La lectura, un tema educativo y político
¿En dónde queda la lectura que enriquece el conocimiento? El análisis del Prof. José Jorge Chade.
Durante la última década, se ha reconocido reiteradamente la importancia de la mejora de la comprensión lectora, que ha desempeñado un papel fundamental en el ámbito educativo. Mejorar la comprensión lectora debe ser uno de los objetivos de los programas de gobierno. Habría que fijarse el objetivo de reducir el número de jóvenes adolescentes con bajo rendimiento lector en al menos un 20 % para los próximos años. Este objetivo sabemos que no se ha alcanzado: a lo largo de la última década, los niveles de comprensión lectora no han mostrado mejoras significativas. Los últimos resultados de la encuesta sobre comprensión lectora realizada por el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos en varios países europeos (PISA) muestran que, de media en estos países , al menos uno de cada cinco jóvenes de quince años tiene un nivel de comprensión lectora muy bajo.
Para las sociedades europeas, esto representa una auténtica catástrofe potencial: los niños que abandonan la escuela sin la capacidad de comprender adecuadamente los textos escritos, incluso en primaria, no sólo corren un grave riesgo de exclusión del mercado laboral, sino que también quedan prácticamente excluidos de cualquier oportunidad de aprendizaje posterior. La comunicación en la lengua materna es una de las ocho competencias clave identificadas por el Consejo y el Parlamento Europeo como esenciales para los ciudadanos que viven en una sociedad del conocimiento (1). El Consejo Europeo instó a los Estados miembros a reducir sustancialmente el número de jóvenes con competencias lectoras insuficientes (Consejo de la UE, 2008) y, posteriormente, se les invitó a centrar la cooperación en la mejora de los niveles de competencia lectora (2).
El fomento de la alfabetización lectora en la sociedad debería implicar diversas iniciativas de base, gestionadas por distintas organizaciones, como bibliotecas o redes de bibliotecas, organizaciones no gubernamentales, organizaciones benéficas, fundaciones o asociaciones de lectura. Estas organizaciones organizan numerosas actividades, como clubes y tertulias literarias, charlas abiertas a la comunidad, eventos temáticos que presentan a autores nacionales e internacionales, exposiciones, ferias, premios y galardones, conferencias, donaciones de libros, cursos, talleres, etc. Para que las entidades no gubernativas puedan apoyar al gobierno en estas iniciativas se hace necesario que las mismas puedan contar con el apoyo de diversos programas de financiación. El fomento de la lectura de esta forma se apoyaría mediante la ayuda de organismos coordinadores y la adopción de estrategias para promover la alfabetización lectora. Esta sección examinaría los distintos tipos de estructuras de apoyo a la alfabetización lectora y proporcionaría ejemplos de estrategias municipales, provinciales y nacionales , como por ejemplo la creación de Clubes de Cultura General para niños y jóvenes donde la lectura sería su gerente general.
Los educadores en general y los políticos deben leer para desempeñar sus funciones con eficacia, aunque el tipo de lectura varíe. Los educadores leen textos pedagógicos y materiales didácticos para actualizarse en metodologías educativas y contribuir al desarrollo humano de las personas. Los políticos, por otro lado, leen documentos, propuestas y debates políticos para gobernar y tomar decisiones informadas a nivel gubernamental y partidista.
Los educadores deben centrarse en lecturas educativas que utilizan para transmitir conocimientos, habilidades y valores. También para poseer lectura crítica que estimulan el crecimiento personal y crítico, como sugieren las reflexiones de Jella Lepman (3) y Paulo Freire.
Para los políticos, una lectura política, histórica, administrativa, leer documentos legislativos, propuestas, análisis de políticas e informes de debates y comisiones para mantenerse al día y tomar decisiones informadas. Pero también son necesarias lecturas complementarias y por lo tanto leer libros y artículos de variadas temáticas, actualizándose permanentemente para comprender mejor los temas sociales, económicos y culturales que influyen en sus decisiones.
Cada vez es más difícil encontrar la continuidad y la concentración que exige una buena novela o un ensayo profundo. Y cabe preguntarse si la nueva forma de lectura es la fragmentada lectura de blogs o redes sociales, que nuestros cerebros están moldeando. Los libros no han desaparecido, pero también es cierto que se lee cada vez menos, y para sobrevivir, la industria editorial (incluso la mejor) centra sus esfuerzos en libros breves de diversa índole (incluidas novelas) destinados a las listas de superventas. La verdadera lectura, que nos enriquece con conocimiento y reduce nuestras dudas, debería ser una práctica habitual para un ciudadano informado y maduro. Es una cuestión política que a los educadores y a los políticos (que no leen) no les preocupa.
Fuentes:
(1) Recomendación 2006/962/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 18 de diciembre, sobre las competencias clave para el aprendizaje a lo largo de la vida, DO L 394 de 30.12.2006.
(2) Conclusiones del Consejo y de los Representantes de los Gobiernos de los Estados miembros, reunidos en el seno del Consejo el 21 de noviembre de 2008, sobre la preparación de los jóvenes para el siglo XXI: una agenda para la cooperación europea en materia de escuelas, DO C 319 de 13.12.2008.
(3) Jella Lepman (Stuttgart, 15 de mayo de 1891 - Zúrich, 4 de octubre de 1970) fue una periodista, escritora y traductora alemana que desempeñó un papel importante en el apoyo a la literatura infantil, fundó la Internationale Jugendbibliothek (Biblioteca Internacional de la Juventud) en Múnich y promovió la fundación de IBBY (Organización Internacional para el Libro Juvenil), una organización sin ánimo de lucro dedicada a la promoción de los libros y la lectura para niños en todo el mundo.