El enojo de Marcelino Iglesias por la fiesta clandestina en Guaymallén

El jefe comunal mostró su molestia por la fiesta que se realizó ayer en la madrugada, y que la Policía abortó a poco de comenzar. Se detectaron 112 personas que asistieron al lugar y violaron la cuarentena en un galpón del distrito de San José.

La Municipalidad de Guaymallén pidió ser querellante en la causa penal contra los organizadores de una fiesta clandestina, que se realizó ayer en la madrugada, y que la Policía abortó a poco de comenzar, en la que se detectaron 112 personas que asistieron al lugar y violaron la cuarentena, en un galpón del distrito de San José.

El encuentro se fue difundiendo de "boca en boca", y se convocó en un galpón donde se guardaban micros de larga distancia, ubicado en calle Saavedra al 1180, de esa localidad, a escasas cuadras del límite con la capital provincial.

Vecinos del lugar alertaron al 911, y cuando los efectivos policiales llegaron al lugar, alrededor de las 2.30, se encontraron con la fiesta clandestina, con música, bebidas alcohólicas, catering contratado, violando todas las normas.

El intendente de Guaymallén, Marcelino Iglesias, dijo hoy en declaraciones a Radio Nihuil que han "pedido ser querellantes porque esto no puede quedar impune. Violaron todas las normas, incluso si no existiera la pandemia: cantidad de gente, espaciamiento, horario. Este caso es una vergüenza".

"No entiendo la audacia, la irresponsabilidad de quien organiza, y quien concurre. Era una fiesta ilegal porque estaba en un depósito de colectivos. La denuncia entró poco después de la una de la madrugada (ya entrado el domingo). Esto no se ´puede volver a repetir. Primero van a ser multados, lo va a decidir la Justicia", dijo el jefe comunal.

El organizador del evento fue identificado como Ángel Zuccor, y según Iglesias "esa persona sigue detenida".

También agregó que "las violaciones a la cuarentena son un delito", e informó que al resto de los concurrentes "se los identificó uno por uno, entre los que había un menor".

"Esas personas van a tener que guardar en cuarentena", informó el jefe comunal, quien alegó que la fiesta clandestina fue una "violación manifiesta de las normas vigentes".

"Tenemos que convivir lamentablemente con esta pandemia", dijo Iglesias, quien analizó que "he sido partidario de la flexibilización".

Luego sostuvo que "sabemos que no van a volver grandes encuentros públicos, por lo menos hasta dentro un año, año y medio, como recitales, boliches".

El municipio clausuró el lugar, y a pesar que en la puerta del galpón donde se realizó la fiesta estaba identificado con el nombre de la Empresa Viajes Sendas, la empresa de transporte salió al cruce con un comunicado de prensa donde explicó que "nada tiene que ver con este inmueble que inexplicablemente exhibe la marca de nuestra querida empresa, ni mucho menos con sus ocupantes, quienes habrían organizado el evento masivo o incluso quienes con su omisión y participación permitieron que algo así ocurriera".

Es que allí funcionó hasta hace unos años atrás el garage y taller de micros de la empresa, por eso los carteles con el nombre de la empresa afuera del lugar.

En la causa interviene el ayudante fiscal Juan Manuel Sagás.

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