Triple aplazo: Salud, economía y libertades durante el 2020

Este es el informe de la Fundación Libertad sobre el año de la pandemia. Aplaza al gobierno en tres puntos fundamentales.

Desde comienzos de 2020, Fundación Libertad insiste en que "se comprimió un problema grave, multidimensional y dinámico, la pandemia de covid-19, a sólo dos variables: contagios y muertes". De este modo, en palabras de Alejandro Bongiovanni, uno de los directores de la entidad, "se generó una cancelación total de toda discusión, análisis y observación de variables económicas, educativas, legales y constitucionales, entre tantas otras. Lo único importante durante un año entero fue evitar la mayor cantidad de muertes posibles por coronavirus, a cualquier costo".

En este sentido, la entidad rosarina creó un Observatorio de análisis integral, que midió durante el año pasado las variables de salud, pero relacionadas con economía y, sobre todo, respeto a libertades y derechos constitucionales. Así surgió el Observatorio Provincial de SALUD + ECONOMÍA + LIBERTAD (SEL), un sitio que se actualizó y compendió información sanitaria, y que también mostró la evolución temporal de las actividades permitidas en cada provincia y las restricciones a las libertades impuestas por las autoridades en cada jurisdicción.

Situación del covid en las provincias.

A un año de la creación del Observatorio, la Fundación Libertad presentó un reporte con la información recabada, que puede consultarse online aquí.

El informe recorre el derrotero de la gestión nacional y las diferentes performances provinciales, en lo respectivo a la salud, a la economía y a la vulneración de derechos y libertades.

El informe del Observatorio recuerda que al primer período de Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) anunciado por el Presidente Alberto Fernández, vigente del 20 al 31 de marzo de 2020, le siguieron catorce prórrogas, que culminaron en el generalizado Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio (DISPO) que rige en el país desde el 30 de noviembre de 2020.

El confinamiento estricto abarcó inicialmente a todo el territorio del país durante 46 días y luego cambió para establecer medidas de distanciamiento social, con excepción de algunas áreas urbanas como el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Debe señalarse que dichas fases se explicitaron con mayor precisión en la segunda parte del año, siendo una suerte de vacío legal y de ambigüedad jurídica durante la primera parte del 2020.

Informe completo, al final de la nota.

Ha de destacarse que Argentina presentó una serie de medidas extremadamente draconianas al comienzo de la pandemia, que no mostraban un correlato con la situación actual del avance del coronavirus en el país. Argentina se cerró y se aisló al mundo al mismo tiempo en que lo hacían Europa y América del Norte, con la salvedad de que por esas latitudes estaban transitando los picos de la pandemia mientras que Argentina no presentaba casos de contagios oficiales confirmados de relevancia. Al 20 de marzo, cuando comenzó la cuarentena, en el país se registraban 373 contagios y 3 fallecidos.

En tal sentido, Argentina mantuvo medidas de aislamiento que duraron en su formato más extremo en todo el territorio del país al menos hasta fines de mayo o mediados de junio, según los indicadores que se tomen en cuenta de los establecidos por el Estado Nacional. Indicadores que fueron, en gran medida, elaborados retroactivamente y sin claridad sanitaria y/o administrativa, ya que Argentina comenzó su cuarentena estricta sin normativa publicada en ninguno de sus boletines oficiales, siendo publicada la misma con posterioridad y de a fragmentos que se actualizaban progresivamente y en ocasiones se contradecían entre sí o con los anteriores.

El resultado de ello, no obstante, es que al 31 de enero de 2021, Argentina se encuentra entre los 12 países con más casos diagnosticados oficialmente, solo superado por Brasil y Colombia en Latinoamérica.

En cuanto a fallecidos en relación a la población, Argentina ocupa el segundo puesto detrás de Perú en Sudamérica y el puesto número 24 en el mundo, con 1.061 muertos por millón de habitantes.

Entre los 12 países con más casos detectados, Argentina es el séptimo con la tasa de mortalidad más alta -fallecidos por millón-, detrás de Reino Unido, Italia, Estados Unidos, España, México y Francia.

La tasa de letalidad -número de fallecidos en relación al total de casos confirmados, es del 2,5% en Argentina, un ratio menor al de México, Ecuador, Bolivia, Perú, Colombia y Chile, y mayor al de Brasil, Paraguay y Uruguay en Sudamérica. Este indicador depende en forma directa del número de tests realizados, así como también de la demora de cada país en la carga de datos de los fallecimientos.

En cuanto al número de testeos por millón de habitantes, Argentina se ubica en la posición 111 en una lista de 203 países sobre los cuales hay datos para este indicador, elaborada por el sitio de estadísticas Worldometers. Al 31 de enero de 2021, en el país se llevan realizados 6.226.585 tests, lo cual representa el 13,7% de la población. En tanto la tasa de positividad, es de las once más altas del mundo: 24% en promedio para los últimos 7 días, solo superada por México, Bolivia y Paraguay en Latinoamérica.

Respecto de la economía, destrozada a causa de las restricciones por la pandemia, el informe observa que todas las provincias, a exepción de Río Negro, han visto mermada la población que integra al mercado laboral: Buenos Aires, con la mayor caída (-1.957.290), es seguida por CABA (-313.670) y Santa Fe (-182.161).

La mayor variación porcentual en la tasa de desocupación se observó en la provincia de Misiones (241,5%) al pasar del 2,4% a 8,2%; le siguieron las provincias de Neuquén (106,9%) y Corrientes (98,8%). Sin embargo, el desempeño entre las jurisdicciones no fue homogéneo: en San Luis (-5,8%), Río Negro (-11,1%), Jujuy (-14,1%), Santa Cruz (-17,5%), Tucumán (-20,3%), La Pampa (-22,7%), Chaco (-37,4%), Chubut (-59,6%) y Santiago del Estero (-73,8%), la desocupación cayó.

Si bien el INDEC sostiene que la tasa de desocupación creció del 10,4% al 13,1% (siendo el guarismo más alto observado desde el 2004), este es un dato al menos controversial, ya que subestima el cuadro de destrucción laboral ocurrido durante la fase más dura del ASPO. Lo que significa que la caída en la Población Económicamente Activa (PEA) ha contribuido en que el crecimiento en la desocupación sea significativamente menor.

En línea con lo planteado, se realiza una medición de la tasa de desocupación por provincia para el segundo trimestre del año. Se supone que la PEA es la misma que el primer trimestre, por lo que la población que dejó de formar parte de ella según el INDEC aquí se la considera que sigue buscando trabajo activamente.

Leé el informe completo abajo

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