El contundente llamamiento de Joan Manuel Serrat a reactivar las conexiones humanas

"Vengo de una familia humilde, lo mejor que pueden encontrar de mí, viene de ahí". El monumental cantautor recibió el Premio princesa de Asturias a la Cultura.

Este viernes se entregaron en España los premios Princesa de Asturias en una ceremonia que ofreció varios discursos orientados a defender la democracia y la libertad.

Uno de los momentos más significativos del evento fue cuando Joan Manuel Serrat recibió el galardón por la categoría de artes. Al recibir el galardón, esgrimió un discurso contundente y emotivo.

Cuando finalizó, interpretó Aquellas pequeñas cosas ante la atenta mirada de los reyes y de la audiencia.

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En su intervención, el artista comenzó recordando sus raíces y cómo la música ha sido una constante en su vida, un refugio y una forma de expresión: "Vengo de una familia humilde, lo mejor que pueden encontrar de mí, viene de ahí".

También recordó momentos de su juventud, cuando se vio obligado a complementar su escasa beca de estudios con trabajos temporales, lo que le permitió valorar la importancia de cada segundo.

Así, el salón se comportó en silencio ante las palabras del cantautor. "Se me ha recomendado brevedad. Me parece muy prudente. Por mi experiencia, la brevedad, en general, siempre se agradece. En mis años universitarios, obligado a complementar la magra beca de estudios, antes de que fuesen remuneradas mis habilidades en el mundo de música, tuve que recurrir, como tantos de ustedes, a empleos eventuales", comenzó.

Y tras una pausa, siguió: "En uno de ellos, para casos de urgencia de los empleados, la empresa tenía habilitado un teléfono que funcionaba a base de fichas celosamente controladas por el encargado, un hombre de confianza de la casa, que racionaba el tiempo en plan estajanovista y distribuía celosamente los codiciados objetos", recordó.

En un tono nostálgico, compartió anécdotas sobre sus primeros empleos, donde el tiempo era un recurso limitado, enfatizando que "tres minutos son más que suficientes" cuando se tiene algo importante que comunicar.

El artista, que ha dedicado su vida a la música y la composición, habló sobre sus orígenes humildes y cómo, a pesar de las dificultades, encontró razones para seguir adelante.

"Trataré de ser breve. Como ven, soy un señor mayor tirando a viejo. Vengo de una larga posguerra y de una familia humilde que me dio lo mejor que podrán hallar en mi. En el camino azaroso fui encontrando las razones para seguir adelante y con el impulso de los sueños llegué hasta aquí. Soy una persona que se siente querida y respetada, a la que le gusta su oficio. Cantar y escribir canciones"

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Tal como se indicó, la ceremonia se realizó enarbolando la bandera de la defensa de la democracia y la libertad. Sobre esto, Serrat expresó: "Soy persona partidario de las vidas propias y ajenas. Prefiero los caminos a las fronteras, la razón a la fuerza y el instinto a la urbanidad. Soy un animal social y racional que necesita del hombre mas allá de la tribu. Creo en la tolerancia", dijo.

Sin embargo, no ocultó su descontento ante un mundo que considera "contaminado, hostil e insolidario", donde los valores morales han sido reemplazados por la avaricia.

"Creo en el respeto al derecho ajeno y el diálogo como la única manera de resolver los asuntos justamente. Creo en la libertad, la justicia y la democracia. Valores que van de la mano o no van. Les confieso que no estoy conforme ni a gusto con el mundo y con el tiempo que me tocó vivir recientemente. Vivimos un tiempo contaminado, hostil, e insolidario donde los valores democráticos y morales han sido sustituidos por la avidez del mercado, donde todo tiene un precio. No me gusta ser testigo de atrocidades sin unánimes y contundentes respuestas", agregó.

Hacia el final de su discurso, Serrat se tomó un momento para expresar su gratitud. Agradeció a sus maestros, compañeros y amigos que lo han acompañado a lo largo de su carrera.

"No me conformo al ver los sueños varados en la otra orilla del río. ¿Cuándo llegará el tiempo de vendimiar los sueños?, me pregunto de mala gana, al ver partir a los amigos sin cosechar. Quiero dejar el recuerdo de un buen hombre, justo y agradecido y espero no haber llegado hasta hoy para mostrar gratitud y afecto a quienes generosamente me han regalado su amistad, su compañía y su consejo pero, por si acaso desde aquí, quiero dar las gracias a mis maestros que han sido muchos, a mis compañeros, a los amigos que han compartido el camino conmigo y que me han estimulado y ayudado a sabiendas o no a recorrerlo y sobre todo quiero agradecer a mi mujer haberme permitido compartir la vida con ella".

También dedicó palabras especiales a su familia, resaltando la importancia de su esposa y sus hijos, quienes son su mayor orgullo: "Gracias a mis padres que me la dieron y a mis hijos y a mis nietos que son mi mayor orgullo".

Con un cierre conmovedor, Serrat agradeció a quienes han hecho suyas sus canciones y a todos aquellos que celebran su reconocimiento.

"Gracias a los que han hecho suyas mis canciones y a todos los que, desde los cuatro puntos cardinales, se alegran conmigo al ver mi nombre unido a la rotunda lista de galardonados con este Premio", concluyó.

El discurso de Joan Manuel Serrat no solo fue un homenaje a su trayectoria artística, sino también una reflexión profunda sobre la vida, los valores y la importancia de la conexión humana. 

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utor de una serie de cuatro volúmenes sobre la historia de las divisiones políticas y culturales de los Estados Unidos, y el auge del conservadurismo, desde la década de 1950 hasta la elección de Ronald Reagan. Radicado en Chicago, fue columnista de Rolling Stone y es una de las firmas habituales de la revista The American Prospect.

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