El ciclo de la vid: un viaje por las fases de la viticultura
Ningún mendocino debe desconocer esto que aporta el Prof. José Jorge Chade, para leer y aprender en tiempo de Vendimia.
Hace un tiempo todos los mendocinos conocíamos muy bien las fases de la viticultura hasta la vitivinicultura, hoy tal vez no todos los tengan claro. A nivel pedagógico y nada mejor que en tiempos de vendimia, conviene repasar estos conceptos. Exploremos juntos el ciclo de la vid, dividido en distintas fases que guían el trabajo de los viticultores a lo largo del año.
La viticultura es un arte milenario que comprende una serie de etapas cruciales en el crecimiento y la producción de la uva, fundamental para la creación del vino. Exploremos juntos el ciclo de la vid, dividido en distintas fases que guían el trabajo de los viticultores a lo largo del año.
1. OTOÑO/INVIERNO
El otoño/invierno marca el inicio del ciclo anual de la vid. Durante esta fase, las vides pierden sus hojas y las temperaturas más frías inducen el letargo de la planta. Este periodo es crucial para la planta, ya que le proporciona el descanso necesario para prepararse para la nueva temporada de crecimiento. Esta fase finaliza con el «llanto de la vid», un fenómeno natural debido a la savia que vuelve a fluir hacia el sarmiento después de los meses más fríos, escapando de los puntos donde se realizó la poda.
2. BROTACIÓN (primavera):
Cuando llega la primavera y las temperaturas se calientan, las vides salen del letargo y comienzan el proceso de brotación. Los nuevos brotes brotan de los nudos de los sarmientos y se convierten rápidamente en nuevas ramas y hojas. Esta fase es crucial para la formación del follaje que proporcionará energía a través de la fotosíntesis durante el resto de la temporada.
3. FLORACIÓN (primavera):
Durante la floración, las vides producen flores que se convertirán en racimos de uvas. Se trata de una época delicada, ya que las condiciones meteorológicas pueden influir significativamente en la formación de las flores y, en consecuencia, en el rendimiento y la calidad de la uva.
4. POLINIZACIÓN Y FECUNDACIÓN (primavera):
Durante la floración, el polen se transfiere de las flores masculinas a las femeninas, iniciando el proceso de polinización y fecundación. Se trata de una etapa fundamental para garantizar el desarrollo completo de los racimos de uva.
5. FLORACIÓN Y ENVERO (primavera - verano):
La transición de la flor al racimo se denomina cuajado. Durante la fase herbácea, que comienza con el cuajado, el racimo aumenta de peso y volumen y alcanza su máximo peso verde. A continuación, comienza a cambiar de color. Este cambio de color se denomina envero. Pocos días después de la floración, se observan pequeñas esferas: de cada flor nace una uva. Con el tiempo, las esferas aumentan de tamaño y las flores no fecundadas se desprenden, dando lugar a la escarcha.
Entre diciembre y enero comienza la fase de maduración de la uva y los granos cambian de color (envero) según el tipo de variedad de uva. En esta fase, las uvas se vuelven más dulces y el ácido málico disminuye en favor del ácido tartárico.
6. MADURACIÓN (Verano):
Hacia finales del verano, las uvas alcanzan su plena madurez. Durante esta fase, los viticultores controlan cuidadosamente el contenido de azúcar, la acidez y otros parámetros clave de las uvas para determinar el momento óptimo de la vendimia.
7. VENDIMIA (Verano - Otoño):
La vendimia marca el final del ciclo anual de la vid. Durante esta fase, los viticultores recogen manual o mecánicamente las uvas maduras. Se trata de un momento crucial que requiere una planificación cuidadosa y una mano experta para garantizar que las uvas se recogen en el momento adecuado y en las condiciones óptimas para la producción de vino.
Desde la latencia invernal hasta la vendimia veraniega otoñal, cada etapa del ciclo contribuye a la creación de vinos de calidad y a la herencia milenaria de la viticultura.