Cenas patrias: una excelente iniciativa para mendocinos y turistas
Dónde comer "comidas patrias" bien regadas: la recomendación de hoy de Juan Marcelo Calabria en "Vinos & Comidas".
No es novedad, y lo hemos destacado en diversas oportunidades, que Mendoza es la meca del enoturismo y uno de los destinos destacados de la gastronomía argentina, pilares fundamentales de nuestra identidad, que es famosa en el mundo dentro de los atributos de la "Marca Mendoza". Pero también resulta importante resaltar una tendencia creciente: restaurantes y bodegas que abren sus puertas no solo al visitante que viene de lejos, sino que también nos invitan a los mendocinos con calidez y nos atraen a ser parte.
Particularmente esos programas especialmente diseñados para que nosotros, los locales, podamos disfrutar de veladas, cenas y almuerzos inolvidables en lugares y rincones maravillosos que hacen de nuestra tierra un destino tan especial. Es una invitación a redescubrir lo nuestro, a celebrar la belleza y el sabor que nos rodea sin tener que viajar lejos, y fundamental es que sea a precios accesibles y para todos los gustos.
En tal sentido hay lugares mendocinos donde el sabor se teje con la historia, donde cada ingrediente nos susurra un relato y cada brindis celebra nuestra esencia más profunda. Y en el corazón de la Ciudad de Mendoza, esa tierra bendecida por el sol y la vid, uno de los lugares resalta como un buen ejemplo de conjunción entre vinos, gastronomía e historia: Ceibo Restaurante, con dieciséis años de trayectoria, este espacio se ha consolidado como un verdadero templo del arte de la cocina a las brasas, marcando su presencia con una fuerza inigualable en la vibrante escena gastronómica de nuestra querida provincia.
Mauricio García Hudson, chef y María Eugenia Loria, sommelier, junto a todo su equipo han logrado que Ceibo conquiste tanto nuestro paladar mendocino como el de quienes nos visitan, con sus especialidades a las brasas y al disco de arado. Es una verdadera danza entre el fuego y la mesa, donde cada técnica busca respetar la esencia más pura de los ingredientes, resaltando esos sabores que nuestra tierra generosamente nos entrega. En cada plato nos sorprenden con una propuesta que es un eco de la conexión genuina "inspirada en el alma de la cocina criolla y acompañada por los vinos de prestigiosas bodegas de Mendoza".
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Y es precisamente esa profunda conexión con nuestras raíces y nuestra identidad lo que ha dado vida a una iniciativa que aplaudimos con gran entusiasmo y que se enmarca dentro de los programas y propuestas de diferentes espacios gastronómicos: el ciclo "Cenas Patrias" de Ceibo Restaurante. Más que simples encuentros para degustar su exquisito menú, estos encuentros temáticos nos proponen un recorrido sensorial por la memoria colectiva argentina a través de las fechas y hechos relevantes de nuestra historia. Es una hermosa invitación a celebrar nuestros hitos nacionales con una armoniosa sinfonía de platos de autor, vinos elegidos con una maestría que se siente en cada sorbo, y una fuerte apuesta cultural, con momentos musicales e invitados especiales que nos hace brindar, no solo por el sabor, sino por la historia que nos une y nos define.
En este espíritu de celebración de lo nuestro, y como un emotivo preámbulo a una fecha tan emblemática, tuvimos el privilegio de ser parte de la "Cena de la Enseña Patria". Un evento que se desplegó el pasado jueves 19 de junio, transformando la anticipación del Día de la Bandera y la vigilia belgraniana en una velada verdaderamente inolvidable. Cada detalle fue orquestado con cariño y dedicación para honrar el legado y la riqueza cultural de Argentina, confirmando que, en Mendoza, el vino y la comida son también caminos que evocan la libertad y a la memoria.
La experiencia se inauguró con una cálida recepción musical, el eco perfecto para despertar los sentidos y sumergirnos en la atmósfera de la noche. Para acompañar este inicio, la frescura y elegancia de un Rosado de Malbec Portillo fueron el abrazo perfecto, anticipando una velada donde los sabores y las sensaciones se entrelazarían, invitándonos a la conversación y al disfrute de esos pequeños grandes placeres que nos regala nuestra gastronomía.
Luego vale destacar que la entrada fue un verdadero guiño a la tradición y al gusto popular: con unos exquisitos pasteles fritos con salsa Llajua (una típica salsa picante andina). Una combinación que de inmediato nos transporta a la calidez de los hogares y a la intensidad de nuestros sabores más auténticos. Para maridar esta delicia, se escogió un Malbec Killka, cuyas notas y estructura realzaban cada bocado de las "empanadas fritas", preparando nuestro paladar para el plato principal que prometía ser toda una declaración de la filosofía del lugar como antesala a la fecha patria.
Y así fue, llegó el plato fuerte, un verdadero emblema de la cocina al fuego que tan bien domina el restaurante: las Lentejas al disco de arado. Esta preparación, profundamente arraigada en nuestra tradición culinaria, no solo nos recordó la maravillosa cocina de nuestras abuelas, sino que también tocó el alma con su sabor apasionado y un toque de picor, justo para una típica noche fría mendocina. El maridaje perfecto para este plato robusto fue el Malbec Reserva Salentein, un vino que, con su complejidad y elegancia, elevó la experiencia, consolidando ese lazo tan especial entre los sabores de nuestra tierra y la excelencia y sofisticación del vino mendocino.
El dulce final de esta velada patria llegó con un clásico: el exquisito vigilante, recordemos una combinación de queso criollo y dulce de membrillo, armoniosamente acompañado por un Dulce Natural Portillo, cerrando la secuencia con la autenticidad y calidez de un postre que evoca una notable conjunción cuyana. Es importante destacar que la cena incluyó diversas bebidas sin alcohol, garantizando una propuesta completa y de alta calidad, armonizada con los prestigiosos vinos de Bodega Salentein como protagonistas.
De esta manera, la "Cena de la Enseña Patria" en Ceibo Restaurante se erigió como una prueba irrefutable de cómo la gastronomía puede ser un puente poderoso para honrar nuestra historia y fortalecer nuestra identidad, rescatando el rico patrimonio cultural de nuestra tierra. La visión de Mauricio García Hudson y María Eugenia Loria se palpa en cada detalle, consolidando un referente gastronómico indiscutido en Mendoza, y un guardián apasionado de nuestras tradiciones culinarias y culturales. En cada plato, en cada copa, y en cada rincón el lugar nos extiende una invitación a reflexionar sobre la riqueza de lo nuestro, a celebrar con el corazón henchido de orgullo la historia que nos une y los sabores que nos definen. Es mucho más que una cena; es un viaje sensorial que nos recuerda por qué Mendoza es un destino donde los paisajes nos enamoran, sí, pero sobre todo, donde los sabores conquistan el alma. Porque nada mejor que un buen vino para contar una buena historia. ¡Salud, por nuestras tradiciones y a disfrutar Mendoza!