Informe del IERAL: con menos restricciones, a Mendoza le fue peor que al resto

Es la conclusión a la que llega un informe del instituto de la Fundación Mediterránea, sobre los índices económicos que muestra Mendoza y el promedio nacional.

Los informes vinculados a la economía se hicieron desde siempre. Pero con la pandemia de por medio y una desorientación generalizada sobre qué les depara el futuro, los ciudadanos de a pie comenzaron a prestar más atención a esos análisis que, con cifras, gráficos y estadísticas, realizan los profesionales del área.

Ahora IERAL (Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana) a través de la Fundación Mediterránea realizó un trabajo editorial focalizado en Mendoza y que se titula "Economía en cuarentena: saliendo de una y entrando en otra". Allí, luego de un extenso análisis, los economistas Gustavo Reyes y Jorge Day llegan a la conclusión de que Mendoza está peor que el promedio nacional del país.

Si bien indica que, como ya conocemos, la cuarentena decretada desde marzo de 2020 es la que explica en gran parte la "pobre performance económica" de Argentina en general, también marca los motivos por los cuáles a Mendoza, aún con restricciones más flexibles en varios tramos de este año y tres meses, le ha ido peor que al promedio nacional.

"A pesar de una cuarentena menos exigente, a nuestra provincia le fue peor que el promedio nacional. Las explicaciones vienen especialmente por el motor privado (los ingresos de la población se redujeron más en Mendoza). Tampoco ayudó el motor financiero ni el público. Sí contribuyó el externo, pero es bajo el peso de las exportaciones en la economía mendocina", indica el documento.

Los cuatro tipos de motores económicos

Veamos en detalle, ahora, cuál es el desglose que hace IERAL de cada uno de estos motores que menciona. En primer lugar, el privado se refiere al poder adquisitivo de la población. En cuanto a la masa salarial, viene con una tendencia decreciente en Mendoza desde 2014. Aunque muestra altibajos, las caídas se dan en los períodos con devaluaciones; cuando el dólar se encarece, los salarios pierden poder de compra.

"Mendoza presenta una mayor caída de esa masa salarial, especialmente a partir de 2019, tanto por empleo como por salarios", remarcan. Así, la expectativa para los próximos meses de 2021 está vinculada con que la masa salarial sigue la tendencia del PBI nacional, con las oscilaciones que generan las devaluaciones.

"Si la economía se estabiliza (como sugieren los pronósticos), y el dólar oficial no sufre un incremento abrupto, es posible que haya una leve mejora en la masa salarial. Quizá no tanto por empleo, sino más por salarios. En este punto surgen dudas. Un alto desempleo y una actividad que se estanca no juegan a favor de una mejora salarial, neta de inflación (es decir, sin considerar este indicador), pero un dólar oficial más barato sí", continúan.

Desde hace ya dos o tres meses, distintos gremios vienen intentando negociar aumentos salariales por encima de la pauta inflacionaria que aparece en el Presupuesto y que es de 29%. Pero, la duda que allí surge es "si superarán a la verdadera inflación".

Siguiendo esa línea, el reporte de Reyes y Day agrega que es posible esperar una recuperación de la masa salarial, siempre y cuando no haya una devaluación abrupta (no se la espera hasta las elecciones, que están relativamente cerca), y además puede venir acompañado de un impulso público, vía obras, gracias a una mejora en las finanzas del Gobierno de Mendoza.

Así, a pesar de haber entrado en una segunda cuarentena que impactará negativamente, los datos de este año claramente serán mejores que los de 2020. Todavía no se alcanzará los niveles previos a la pandemia. Aunque la masa salarial se vaya recuperando, estará todavía por debajo de 2019.

"En cuanto a Mendoza, siguiendo la tendencia del país, posiblemente tenga un desempeño relativamente peor. Las diferencias podrían venir del agro (buen panorama pampeano), la industria (recuperación en la nacional sustituta de importaciones, no así en vinos, con menores stocks y menores cantidades a vender) y petróleo (con una Vaca Muerta neuquina que repunta, no así en las cuencas mendocinas)", enumeran.

El aceite de la economía

En segundo lugar, el trabajo de la Fundación Mediterránea se explaya sobre el motor financiero, que es el vinculado a los préstamos y se considera el "aceite" de la economía. Luego del boom de los UVA en 2017 y 2018, los créditos bancarios, netos de inflación, vienen cayendo en forma notoria. A inicios de este año, son la mitad de los créditos que había hace tres años.

"La explicación no viene por una menor fuente de fondos (los depósitos), sino por destinarse menos a créditos para empresas y población. Hay varios factores que juegan en contra. La recesión y la pandemia reduce la demanda por créditos (hay menos inversiones), los bancos son más reticentes a prestar (ante el temor de una mayor incobrabilidad) y el Banco Central es gran demandante de esos fondos, a través de sus Letras (leliqs), instrumento utilizado para reducir la emisión monetaria", lo cual difícilmente se revierta este 2021 pronostican.

En tercer lugar, IERAL marca la importancia del motor externo que tiene que ver con las exportaciones. También, Argentina sufrió el impacto de la pandemia en este mercado. Pero la pequeña buena nueva aquí es que Mendoza, principalmente por la exportación de vinos, cayó menos que el promedio nacional. Aunque, de todas maneras, los precios del sector vitivinícola fueron más bajos.

"Para este año, el empuje exportador se notará más a nivel nacional. No sólo el mundo se recupera, sino que han aumentado fuertemente los precios de los commodities (soja, maíz, entre otros). Habrá algunos problemas, como el retraso en el dólar oficial y en las restricciones para exportar (carne). En Mendoza, el impulso externo será menor por la escasez de vinos y el derrumbe de las exportaciones de vino a granel", subrayan.

Por último, el informe económico habla del motor público y según su perspectiva, en tiempos recesivos lo ideal es que los gobiernos impulsen la actividad económica, sea con menores impuestos o con un mayor gasto público.

"Los datos muestran que el Gobierno nacional sí fue expansivo en gasto, con asistencia a empresas (ATPs), personas (IFE) y provincias, pero Mendoza y otras jurisdicciones fueron contractivas. Hubo una importante reducción de los ingresos públicos; es lógico que se recaude menos durante una pandemia. Pero Nación cuenta con una herramienta que no tienen las provincias: la emisión de dinero que permitió financiar ese mayor gasto público".

Para cerrar, IERAL Mediterránea señala que el sector público se reactivará en lo que queda del año porque las finanzas gubernamentales mejorarán. Respecto a las elecciones que se avecinan, ven que el Presupuesto establece "un mayor monto para obras públicas, aunque, neto de inflación, sea menos de la mitad de lo gastado hace dos años atrás", concluyen. 

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