El Gobierno apura la idea de una "devaluación fiscal"
Las medidas anunciadas esta semana son bajar la presión de los impuestos sobre muchos sectores, así como terminar con subsidios, para evitar una devaluación del peso. La columna de Rodolfo Cavagnaro.
El Gobierno comenzó el año con mucha presión. Confirmada la baja de la inflación, cumplió en lo que había prometido y bajó la tasa del crawling peg del 2% al 1% mensual. En teoría, la tasa de inflación debería, desde marzo, colocarse en menos del 2%. Si se mantiene, la tasa de devaluación debería bajar a cero, pero tendría varios problemas que resolver.
El más complejo tiene que ver con la eliminación del cepo porque, si la tasa baja a cero el cepo no tendría sentido, pero, para eso, debería haber saneado las cuentas del Banco Central. Por esa razón el apuro del Gobierno por cerra un acuerdo con el FMI que le permita el financiamiento para esa operación. El problema es que el FMI le pide devaluar antes.
La liberación del cepo es un tema crucial para el gobierno porque implicaría cambiar el régimen cambiario y pasar a un sistema de flotación. Ellos dicen que sería libre, pero, viendo lo que hacen ahora, no pareciera que lo dejen tan libre. Es que el Banco Central está interviniendo en el CCL vendiendo dólares y sacando pesos, como para mantenerlo controlado. De todos modos, no se espera que la liberación del cepo opere hasta después de las elecciones.
Si liberan el cepo y liberan el tipo de cambio tienen miedo de que pueda haber sofocones cambiarios, porque todos, incluso en el gobierno son conscientes que hay un atraso cambiario. El miedo es se produzca alguna disparada. Algunos economistas han arriesgado valores. El más moderado lo ve cercano a $1.400, muy cerca al valor actual del blue, pero habría que hacer la experiencia de una flotación limpia para que el mismo mercado encuentra su punto de equilibrio.
¿Qué dejó entrever la nueva baja de tasas del BCRA?
El Banco Central, finalmente, decidió bajar la tasa de interés a 29% anual, para que sea coherente con la baja prevista de la inflación, aunque sigue siendo muy alta. Con una inflación estimada de 1,5% para el próximo mes, una tasa mensual de 2,4% parece muy caro y muchas empresas están viendo la posibilidad de tomar duda en dólares, con menores tasas, al menos en el corto plazo.
La devaluación fiscal
El gobierno está tratando de aflojar presiones en el mercado interno ya que el atraso cambiario se hace sentir con varios factores. Atraso cambiario significa que Argentina está cara en dólares y que el poder adquisitivo del peso, medido en dólares, es mayor. El problema es que todavía seguimos en un régimen bimonetario y nadie se desprende de divisas y, si puede, se endeuda en esa moneda.
En la tarea de desregulación del ministro Federico Sturzenegger ya se han generado muchos cambios regulatorios pero que involucran a algunos sectores o personas. Otros son generales, pero aún no se hacen sentir. El gobierno quiere bajar el costo argentino haciendo una "devaluación fiscal" es decir, bajar impuestos, regulaciones, aranceles y otras gabelas que se cuelan en la vida de los argentinos.
Esta semana, en forma sorpresiva, se anunció una rebaja importante en los impuestos internos que gravan las ventas de autos que superan los 40 millones de pesos. Este impuesto, conocido como "impuestos al lujo" eliminó el 20%, mientras que rebajó del 35 al 18% el impuesto a los autos de valores superiores a 75 millones.
No hay que apurar la salida del cepo
Con esta decisión el gobierno pretende dinamizar este mercado porque aporta mucho en términos de nivel de actividad. Por otra parte, estiman que la baja de los autos más caros (que se calculan entre 12 y 18 %), arrastrará como en efecto cascada los precios de los autos más baratos y este mismo efecto se podría verificar en los autos usados. El problema que tiene el Gobierno en este sector es que ahora podrán ingresar mayor cantidad de autos importados y estos presionarán sobre las divisas, por lo que la salida del cepo es fundamental.
En su afán por gastar costos fiscales también comenzó a bajar el nivel de subsidios que beneficiaba a los usuarios de luz y gas y que tenían beneficios. Si bien la disminución será gradual, el gobierno quiere terminar con este sistema y los consumidores deberán ser cautelosos con el nivel de consumo, tanto de gas como de electricidad.
Con la rebaja parcial y por un tiempo de las retenciones el gobierno esperaba una reacción positiva, pero, hasta ahora, no ha tenido grandes respuestas. Por ahora, el gobierno espera una reunión con los exportadores para convencerlos de que liquiden. Con el nuevo sistema tiene que presentar una declaración jurada y liquidar dentro de los 15 días, aunque tienen un año para hacer el despacho. Otra forma de liquidación a cuenta que ya usaron los gobiernos kirchneristas.
La micro sigue caliente, con actores que hacen lo que quieren
Mientras el gobierno sigue preocupado por resolver los temas de la macro, que son muy importantes, hay sectores de la economía que se mueven con mucha velocidad como queriendo que los frenen para negociar después desde una posición mejor. Es el caso de las empresas de medicina prepaga, que vuelven a aumentar un 3,5% promedio, contra una inflación pasada de 2,7% y argumentan aumentos del dólar más inflación más otros rubros, que, finalmente están todos sintetizados en el IPC. Esta gente, realmente, no tiene vergüenza.
Podcast: "Las prepagas están subiendo por encima de la inflación"
Otro caso insólito son los médicos, al menos en Mendoza, porque ya aumentan los coseguros cada día más, como varios rubros, donde se ve a los empresarios desesperados por recuperar un 1,7 o un 2,3 mensual como si las finanzas de sus empresas dependieran de esas cifras. A todos los atacó la enfermedad de la indexación y, sobre todo, a los funcionarios públicos.
El gobierno nacional ya autorizó aumentos mensuales para cubrir la inflación, los impuestos provinciales han aumentado por encima de la inflación y las tasas municipales más. Esta dinámica indexatoria, que el presidente Milei explica con el eufemismo de "inflación inducida", es una enfermedad adictiva que no podrán parar porque cuando la inflación logre bajar, seguirán indexando por cualquier variable porque la dinámica de aumentar precios sigue siendo más fuerte que la búsqueda de eficiencia.