Inflación promedio e inflación punta: ¿cómo evitar las comparaciones equivocadas?
El análisis económico de Sebastián Laza.
La elaboración del presupuesto público en economías con alta inflación, como Argentina, presenta un desafío significativo. La elección de la referencia inflacionaria es clave para evitar distorsiones en la asignación de recursos.
Tradicionalmente, se han utilizado dos indicadores: la inflación punta (diciembre vs. diciembre) y la inflación promedio anual, siendo la segunda más apropiada que la primera, en épocas de inflación alta.
Por ejemplo, en nuestro país la inflación punta el año pasado fue apenas superior al 100%, mientras que la promedio la duplicó (superó el 200% anual), ya que, al ser tan alta durante el primer semestre, marcó una tendencia.
¿Cómo se calculan inflación promedio e inflación punta?
La inflación promedio anual se calcula con las tasas de inflación interanuales mes a mes. Este indicador capta la evolución continua del nivel general de precios y proporciona una medida representativa del impacto inflacionario en los gastos públicos, que es lo que se quiere cubrir a través de los impuestos.
Por el otro lado, la inflación punta compara el índice de precios de diciembre con el del mismo mes del año anterior. Aunque es un indicador de referencia común en economía, su uso en presupuestos públicos puede generar errores de estimación en contextos de volatilidad inflacionaria. Por ejemplo, esta semana en Mendoza, varios dirigentes de la oposición hablaron de "impuestazo" comparando contra la inflación punta (aprox. 100% anual), cuando lo apropiado sería contra la inflación promedio (aprox. 200% anual), lo que ya no implicaría ningún "impuestazo".
Limitaciones de la inflación punta en el diseño presupuestario
- Falta de representatividad: No refleja el comportamiento de los precios durante el año, lo que puede llevar a distorsiones en la planificación del gasto.
- Riesgo de subestimación o sobreestimación: Si la inflación de diciembre es atípicamente alta o baja, el presupuesto del año siguiente puede quedar desfasado.
- Impacto en el gasto público: Programas sociales, contratos indexados y salarios del sector público dependen más de la inflación promedio que de la punta, ya que se ejecutan mes a mes.
Ventajas de usar la inflación promedio
- Mayor precisión en los costos reales: Captura el costo real de vida experimentado por la población y las instituciones.
- Planificación fiscal más realista: Reduce la posibilidad de subejecuciones o reasignaciones imprevistas de partidas.
- Menor volatilidad en la asignación de recursos: Permite una distribución más equitativa y predecible del presupuesto anual.
Para finalizar
La inflación promedio anual es una herramienta más efectiva que la inflación punta para la elaboración de presupuestos públicos en economías inflacionarias como Argentina. Su uso permite una mejor administración de los recursos públicos, evitando desviaciones presupuestarias y garantizando una mayor estabilidad fiscal. De esta forma, deben tener cuidado aquellos que pretenden hablar de impuestazos o subas del gasto público comparando contra la inflación punta, ya que no es representativa en un contexto de inflación aún descendente.
De todas formas, el artículo no busca cargar contra nadie en particular, sino aclarar aspectos técnicos para que todos aquellos interesados en la cosa pública hagamos análisis que enriquezcan los debates, y no al contrario.