Planes versus trabajo en blanco: el choque que genera dolores de cabeza en la construcción
A las empresas constructoras, que son las que mayor empleo generan, las multan por no tener los obreros registrados. Afirman que los propios albañiles no quieren.
En Mendoza hay unas 12.000 personas ocupadas en la construcción. Según datos de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (Uocra), es una cifra que significa una recuperación respecto de los 9.000 empleos que había al final de la pandemia. Sin embargo, el escenario laboral en el sector es complejo, especialmente para las pequeñas empresas o pymes, las que se enfrentan a un escenario que los tiene casi atados de manos. Se trata del efecto de los planes sociales.
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Un dato indiscutible es que la construcción es un motor económico, eso porque en cierto tipo de obras absorbe una importante cantidad de mano de obra que no necesita mayor certificación que las ganas de trabajar y permite levantar el consumo alrededor de una masa importante de población.
Sin embargo, en ese escenario el sector también se enfrenta a un problema que no tiene fácil solución. Se trata del empleo en blanco o registrado, el cual muchas veces no puede avanzar por pedido de los propios trabajadores, los que prefieren estar en la informalidad para no perder las ayudas sociales del Estado. Mismas que en los últimos años se han multiplicado más rápido y por encima de los salarios.
Aunque en la teoría no deberían, los mismos trabajadores reclaman que cuando pasan a estar en blanco se encuentran con la pérdida de beneficios en el corto plazo.
El problema que deben enfrentar las pymes constructoras es que a la hora de recibir una inspección de la Subsecretaría del Trabajo junto a la Uocra o algún organismo nacional, reciben fuerte multas que hacer crujir las finanzas, por el hecho de no tener los trabajadores en blanco.
Problema real
El titular de la Uocra en Mendoza, Miguel Ponce, reconoce que este tipo de situaciones se dan a nivel local, aunque destacó que según los registros del gremio es una situación que se ve principalmente fuera de la zona metropolitana o el Gran Mendoza.
Reconoció que hay trabajadores que no quieren el "blanqueo" porque así no pierden los subsidios que reciben sus familias. Ponce dijo que no tiene cifras exactas de los planes, pero consultas de Memo entre algunos trabajadores del sector apuntan una sumatoria de más de $150.000 mensuales de ayuda social en una familia de cuatro personas.
Desde el sindicato entienden la realidad de los trabajadores, pero igualmente impulsan el blanqueo de los empleados y en ocasiones es la misma Uocra la que pide inspecciones en las obras, especialmente en el caso de las obras privadas, que es donde más -según Ponce- se da esta situación.
En el caso de la obra pública, diferenció la realidad de lo que pasa con las pymes constructoras y las grandes empresas, señalando que en último tipo de compañía no se da tanto el problema de choque entre salario formal y planes.
"La gente que no quieren blanquear, no es tanta en las empresas grandes, porque tienen otro esquema. En la construcción de una ruta, por ejemplo, es difícil encontrar que alguien que no esté registrado", dijo Ponce.
En cuanto al trabajo en el sector, el titular de la Uocra dijo que hay unos 12.000 trabajadores activos en Mendoza y entre 3.000 y 4.000 desocupados. Señaló que la generación de empleo en la construcción está amesetada y aunque tuvieron tiempos mejores, también hay una recuperación.
¿Por qué los planes le pegan más a las pymes?
Gerardo Fernández, presidente de la Confederación de Pymes Constructoras de la República Argentina, tiene un análisis aún más profundo de la situación y señala que el gran problema que se enfrenta con este escenario queda justamente afecta a quienes generan el 70% de los puestos de trabajo en la construcción.
Primero que todo, el titular de CPC destacó que lo que sucede en Mendoza es un reclamo que recibe desde todas las provincias del país. En ese sentido lo que les transmiten es que muchas veces el obrero tiene que enfrentarse a una elección entre dos caminos opuestos, el del empleo registrado y el del plan social.
Para las pymes es un dolor de cabeza, porque no sólo se enfrentan a las multas por el trabajo no registrado, sino porque les falta la mano de obra y en muchos casos tienen que recurrir a pagar salarios por encima de los acordados por la Uocra para poder cumplir con los requerimientos de una obra.
Eso, dijo Fernández, genera que los costos sean más altos para cada obra, haciendo de una u otra manera, por multas o costos, las pymes sufran en su economía.
El titular de la CPC destacó que, tal como dijo Ponce de la Uocra, es un problema que no tienen las empresas más grandes. El especialista señaló que hay que tener en cuenta que en la construcción hay dos grandes tipos de obras, por un lado las de ingeniería e infraestructura, y por el otro las de arquitectura. En el primer grupo están los aeropuertos, rutas, represas y grandes proyectos. En el segundo están las escuelas, hospitales y viviendas.
Esa división también crea dos grupos de empresas con diferentes realidades, las grandes que se ocupan de la infraestructura, y las pequeñas que hacen la arquitectura. En Mendoza, por ejemplo, contra dos grandes hay 150 pequeñas constructoras.
La especialización, el fondo del problema
Los salarios en la construcción se pagan según los acuerdos de la Uocra y allí está la clave, según Fernández, para el problema que se tiene con esta lucha entre trabajo registrado y planes en el sector de la pymes.
Las grandes empresas no tienen ese problema porque por el tipo de obra al que se dedican. Su mano de obra es más especializada y consiste -principalmente- en operadores de maquinaria, choferes y personal con algún grado de especialización.
En el rango de los salarios están por encima de lo que son los albañiles, los oficiales y ayudantes, de una obra de arquitectura que realizan las pymes. Por lo tanto, sus ingresos están por encima de los planes y no tienen que enfrentarse a un escenario de decisiones difíciles.
Sin embargo, las pymes funcionan casi como escuelas para obreros sin mayor especialización. Incluso, destacó el titular de la CPC, basta con tener ganas de trabajar y se les enseña el oficio. De ahí que absorban gran cantidad de mano de obra y movilicen la economía desde los niveles más bajos.
Ahora, el nivel de salario de un ayudante y un oficial -de acuerdo a lo que manifiestan los mismo trabajadores- hace que muchas veces un trabajo en negro les resulte más atractivo para sumarlo así a la ayuda social.
Sin embargo, destacó Fernández, desde el sector se trabaja para registrar a los trabajadores y formalizar el empleo en busca de evitar encontrarse con multas que golpean a la base del empleo del sector.
Como dato adicional, pero no menos importante, la proporción de mano de obra de las obras de infraestructura y arquitectura es del 30% contra el 70%, porcentaje que se da vuelta completamente a la hora de hablar de los recursos que se destinan a cada una de ellas. Es decir, 7 de cada 10 pesos de obras van para la infraestructura, contra los 3 que se reciben para el sector que mayor mano de obra emplea.