El vino de las piedras en Capadocia: un viaje en el tiempo
Fotos y crónica de la presencia milenaria de la viña y el vino en Turquía, en donde resiste -con nobleza- el paso de los siglos.
Durante mucho tiempo se especuló con la posibilidad de viajar en el tiempo. De hecho, hoy también aparece una nueva mitología en torno a los "viajeros del tiempo", algo que entretiene (y mucho) en las redes sociales, cazando crédulos.
Pero sí hay algo que permite hacerlo: un producto que, por su nobleza y extensión a lo largo de la historia, intrínsecamente adosado a los destinos de la humanidad, como es el vino.
Milenario, solo viajar para conocer sus diversos orígenes y todo su contexto temporal, representa la más auténtica navegación por el tiempo.
Una de esas formas de ejercicio transtemporal la contamos aquí, tras vivirla en una pequeña localidad de Turquía, su zona vitivinícola con cientos de años de experiencia.
Ürgüp es considerada la capital del vino en Capadocia. Tuvo muchos nombres antes, pero es el mismo lugar: Osian, Hagios Prokopios en la época del Imperio Bizantino; Bashisar durante el periodo selyúcida; Burgat Kaalesi en el Imperio Otomano; hasta el nombre actual que le fue adjudicado hace poco más de 100 años, tras la fundación de la República de Turquía en 1923.
Es uno de los centros turísticos más importantes de Anatolia Central y está ubicada a la entrada del Valle de Goreme.
La rodean el Valle Rojo (Kizilcukur Vadisi) y el Valle Rosa (Güllüdere Vadisi), que toman sus nombres del color de las formaciones rocosas que cambian de intensidad y grado de tonalidad conforme avanza el día. Contexto: se trata de ciudades literalmente cavadas en la roca, para refugio climático o de persecuciones, según se trate el período del tiempo analizado. Inclusive en la zona se refugiaron los primeros cristianos.
La roca solo es interrumpida por retorcidos troncos de los verdes viñedos de la zona, más las plantaciones de albaricoques, ciruelas, manzanas y cerezas, producto este último al que se le reconoce su nacimiento precisamente aquí antes de ser esparcido por el mundo.
Pero volviendo sobre la verdadera poción del viaje en el tiempo, que es su vino, omnipresente, hay que especificar que antes de la refundación de Turquía 1923, durante el reino otomano de condición musulmán, prohibía -salvo a minorías de cristianos- la producción y consumo de vino. La vitivinicultura como industria nació hace 100 años. Pero como cultura, hace más de 3 mil, y hay elementos -que mostraremos más abajo- que así lo testifican.
Con la "nueva Turquí" se mandó a construir bodegas estatales durante la década de los años '20, con la finalidad de convencer al pueblo turco sobre los beneficios del vino.
Desde entonces, en Capadocia, la calidad de producción ha ido en aumento, y ponen de relevancia sus propias uvas históricas, sobre las que se fundó la industria:
- - Emir. Uva blanca nativa de Capadocia, favorita desde la era hitita. Produce vino seco con aromas particularmente delicados; es de color amarillo verdoso o amarillo claro; funciona también para producir vino espumoso. Prospera en los suelos volcánicos de la región.
- - Narince. Uva de vino blanco de aroma cítrico y frutal que crece en la provincia de Tokat en el medio-sur de Anatolia. El periodo de maduración es el mismo que el del Merlot.
- - Öküzgözü. Una variedad de uva y vino turco producido a partir de ésta. Es nativa de Elazig, en la meseta de Anatolia Norte.
- - Kalecik Karasi. Como la anterior, es una uva y vino que reciben el nombre de área, el distrito de Kalecik de la provincia de Ankara.
Acompañando a sus vinos no pueden faltar los quesos, las aceitunas o las frutas, en una costumbre que replantea los usos y costumbres occidentales del vino, con la potencialidad de esas combinaciones.
Entre las piedras, una bodega de hace miles de años
A estos pequeños y milenarios pueblos de Capacocia les gusta su origen vitivinícola ancestral y hacen alarde, merecidamente, de ello.
Ya en el centro de la ciudad, las pérgolas están compuestas por cepas y sombra:
Así, pequeñas fracciones de tierra entre las rocas dejan ver viñedos que parecen estar secos, pero que en cada temporada revientan de uvas:
La zona, famosa por la navegación en globos aerostáticos (pueden hacerlo en simultáneo más de 100) ofrece paisajes que podrían pasar por extraterrestres, inalcanzables por una cámara. El brindis, tras el aterrizaje, es con vino o espumante del lugar
Y al escudriñar las rocas, la bodega, que se conserva como testimonio de muchas otras en el museo abierto del Valle de Zelve, a pasitos de Göreme
Aquí está: Primero, la cueva. En su interior, un piletón cavado perfectamente para recibir las uvas. Allí mismo tiene una "cañería" tallada que lleva hacia una inferior, que sirvió hace 3 mil años de antigüedad para depositar el mosto resultante y guardar el vino, al final.
ANTICIPO Hubo una bodega cavada entre estas rocas hace cientos de años, cuando el vino estaba prohibido en Turquía. Este domingo leelo en Memo. Lo cuenta @ConteGabriel pic.twitter.com/kClzSbYtk1
— Memo (@memodiario) January 25, 2025
Es, consecuentemente, una "máquina del tiempo" eficaz para comprender la historia de una zona vapuleada por diferentes culturas, en la que el vino quedó.
Gabriel Conte, el autor de esta nota, en una de las ciudades de Piedra de Cappadocia, Capadocia o Kapadokia.
Recomendación: leer con clic aquí la crónica desde el lugar de Mauricio Llaver
Video superior: Una catedral cavada en las rocas en tiempos de persecución del cristianismo.