Ramiro Albino y una actividad para refrescARTE en enero

Ramiro Albino se dedica desde hace muchos años a la llamada Música Antigua, siendo el fin del Renacimiento y el Barroco sus períodos preferidos. Este artista apasionado se propuso hacer una reconstrucción del patrimonio Musical Colonial Hispanoamericano y le contó a Memo su ardua tarea durante el proceso.

Alejandra Cicchitti

El contacto con ese mundo maravilloso comenzó mientras cursaba en el Universitario Central. En una materia coprogramática que se cursaba los sábados (cuántos de nosotros fuimos algunos gustosos, otros no tanto a pasar esas mañanas allí) conoció esta música que lo subyugó. La semilla fue plantada por la reconocida Profesora Rosa Fader de Guiñazú a cargo del taller de flauta dulce (al que se unió entusiasmado puesto que él ya ejecutaba ese instrumento) y pronto formó parte del Coro del colegio. Durante los ensayos y presentaciones descubrió a Vivaldi, algunos madrigales del Renacimiento, obras barrocas con cuarteto de cuerdas y comprendió que esa era la música a la que quería dedicarse.

Siendo muy joven y viviendo en Mendoza, se planteó que si estaba haciendo música antigua europea quizás hubiera existido ese estilo de música en América Latina. Buscando y preguntando con la curiosidad y frescura de sus 20 años se enteró de que, en la misma época en que Antonio Vivaldi y Georg Friedrich Händel (dos de sus referentes favoritos) componían sus obras, por estos lares había una música similar y decidió firmemente salir a su encuentro.

La cruel realidad era que no tenía acceso a ella, por lo que consultaba sobre obras existentes en todas las disquerías de Mendoza. Preguntando a profesores, músicos, a gente que encontraba en distintos lugares continuó con fe su camino.

Su tesón y constancia fueron recompensados en una progresión de años y conquistas. Pudo conocer la música que tanto anhelaba primero a través de grabaciones, después con partituras y tiempo más tarde logró formar un conjunto especializado de artistas para ejecutarla.

Quiso dejar en claro a los lectores de Memo que no fue él quien encontró lo que tanto buscaba, sino que fueron muchas las personas que generosamente compartieron ese material. Las obras que han podido recuperarse en América provienen en su mayoría de Perú, Bolivia, Méjico, Guatemala, poca de Colombia y muy muy poca de Argentina.

Hizo una muestra representativa de lo que halló y la ha compartido en sus investigaciones, en sus publicaciones periodísticas, en sus dos libros "Guía para disfrutar más de la música antigua" (2015) y "Música colonial hispanoamericana" (2.016) y por supuesto en cada representación que ejecutó, ejecuta o dirige.

"Soy muy afortunado al ser un músico que vive del arte y de lo que me gusta hacer", confiesa satisfecho. Es quizás el premio al compromiso y dedicación del rescate de una parte de la cultura americana que había estado como dormida o escondida y que pudo emerger para ser disfrutada por muchos.

Este camino de conocimiento que emprendió le reveló algo obvio, el arpa fue un instrumento protagónico en el mundo colonial español. Cayó en la cuenta de que muy poca gente la ejecutaba y que si quería revivir esa música antigua, debía aprender a tocarla. En forma autodidacta, consultando tratados de la época, siguiendo sus indicaciones y practicando con ahínco, logró su propósito. Además se hizo hacer copias de modelos históricos españoles de arpas del siglo XVIII.

El conjunto que formó y dirige se llama "Capilla del Sol". Explicó a Memo que las orquestas de la época colonial se llamaban capilllas y que lo del Sol surgió al buscar algo sincrético entre el astro adorado por los pueblos de América y Cristo como el centro, la luz que aparece. De esta manera el nombre del grupo reúne lo americano y lo europeo a la vez.

Capilla del Sol nació en el año 2.003 y es un conjunto residente del Museo Isaac Fernández Blanco de Buenos Aires. Las autoridades de esta institución, dedicada al arte hispanoamericano, convocaron a Ramiro para dirigir un grupo que hiciera música barroca hispanoamericana. El director Jorge Cometti junto a Leila Makarius tienen entre sus tareas, organizar la actividad artística del conjunto y conseguir el financiamiento para solventar los gastos de todas las invitaciones que recibe el grupo alrededor del mundo.

"Que el repertorio colonial haya llegado al Teatro Colón me parece una forma de canonizarlo porque entró a una sala de primer nivel, de gran trayectoria". Foto: Mariana Cullen 

Foto: Alejandro Held

Han brindado conciertos con lo más relevante de la época colonial en Ushuaia, Córdoba, Salta, Jujuy, Mendoza, Tucumán, Santiago del Estero, Misiones, Río Negro y por supuesto en Buenos Aires, en el mismísimo Teatro Colón. También han realizado giras por Bolivia, Perú, Colombia, Estados Unidos, Méjico, Ecuador, Chile, Uruguay, Brasil, España, República Checa, Rusia y Eslovenia.

Cada vez que aparece un nuevo proyecto y su repertorio él arma el conjunto con el número de instrumentos y voces que se requiere porque cada composición suele ser diferente.


  Museo Nacional del Virreinato de Tepotzotlán en Méjico.

Iglesia de los Jesuitas de Praga.


Aunque su vida transcurre entre la Capital y Mendoza, durante este mes de enero nos propone algo muy interesante: un TALLER de APRECIACION ARTISTICA para reflexionar, enriquecerse con actividades no laborales y aprender sobre arte.

Según su experiencia, hay mucha gente que cree que "hay que saber sobre arte", como un imperativo social. Entonc es, para los que quieran aprender en forma relajada y con un gran músico, investigador y docente, Ramiro ha planteado cuatro encuentros haciendo un paralelismo entre lo visual y lo auditivo.

La propuesta es "Escuchar con los ojos"

Martes 7: Música y arte del Medioevo y del Renacimiento

Jueves 9: Música y arte del Barroco y del Clasicismo

Martes 14: Música y arte del Romanticismo

Jueves 16: Música y arte de la primera mitad del siglo XX

Todos los encuentros se desarrollarán en Rioja casi Brasil de Ciudad y serán de 19 a 21 horas. Los interesados en los costos e inscripción pueden comunicarse vía mail (albinoramiro@gmail.com) o por teléfono 1157329575. ¡Quedan todos invitados!

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