Dólares baratos, precios altos

Javier Cofano opina aquí sobre el programa económico con los datos de la realidad.

Javier Cofano

Tradicionalmente se asocia la apreciación de la moneda local con economía en crecimiento, sector público equilibrado, alta productividad y crecimiento de exportaciones.

Estas condiciones generan el ingreso de divisas (o dólares) por dos canales fundamentales: el comercio exterior y el ingreso de inversión extranjera.

En economía todo es relativo, decir que el dólar es barato equivale a decir que los bienes y servicios argentinos son caros o dicho en otras palabras que se necesitan más dólares que en otros países para adquirir los mismos bienes.

La razón por la que tenemos un dólar barato es artificial, ante el peligro de una inflación descontrolada los agentes económicos aumentaron fuertemente el precio de bienes y servicios, mientras el gobierno luego de devaluar decidió utilizar el dólar como ancla del nivel de precios con cepo y mini devaluaciones mensuales.

El gobierno intenta convencernos que esta situación es sostenible, sólo se requiere que el FMI nos preste más dólares para reforzar las reservas del Banco Central y luego se podrá ir a un esquema de mayor libertad, incluso levantar el cepo.

Esto no es del todo correcto, porque los dólares del FMI son un préstamo, y su efecto es transitorio y por única vez.

La solución de fondo es que crezcan las exportaciones, aparezca la inversión extranjera o los argentinos decidan vender sus dólares para invertir o comprar bienes o servicios argentinos.

Y el problema por lo tanto es que no hay incentivos para generar un flujo constante de dólares, si es más barato producir soja en Paraguay o Brasil y tienen menos impuestos, no es esperable que se invierta más en Argentina.

Si en dólares un departamento o un auto es más barato en Brasil que en argentina, es difícil que los argentinos compren masivamente, no porque decidan comprar en otro país, sino porque perciben que los precios están altos y prefieren retener sus dólares.

Como el precio de los bienes es bastante inflexible a la baja, el gobierno se encuentra en una encrucijada, no tiene instrumentos para bajar el precio de los bienes y servicios. Liberar el cepo o acelerar el ritmo devaluatorio puede generar un aumento de la inflación.

Por lo tanto, ha decidido profundizar su principal objetivo que es bajar la inflación, reduciendo el crawling peg, es decir el ritmo de devaluación, para forzar una nueva baja de la inflación. Llama la atención que el uso de este instrumento de alguna manera subestima el mayor logro del gobierno: la baja del gasto público y la emisión monetaria.

Ha priorizado la estabilidad por sobre el crecimiento, implícitamente el gobierno está diciendo que lo primero es estabilizar y ese objetivo es primordial, para luego poder crecer.

La estrategia está logrando sus objetivos, pero tiene costos, muchas actividades productivas están teniendo dificultades para competir, el mercado interno no reacciona y probablemente el crecimiento sea más lento que lo deseado.

Si el gobierno eligiera la otra solución, es decir permitir una apreciación del dólar, probablemente el crecimiento sería más rápido, pero con un gran riesgo inflacionario.

Como siempre, gobernar es tomar decisiones. Esperemos que acierten.



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