Empresarios aún de pie frente a un Estado sin propuestas claras

"Tenemos que sostenernos y mantenernos y así lograr que todo el cuerpo social recupere la confianza de que su destino no será la pérdida de su negocio o de su empleo", dice Daniel Ariosto, presidente de la UCIM, en esta columna.

Daniel Ariosto

Es obvio que a los empresarios les preocupan sus negocios. Están para eso. Generar riqueza, empleo, tributar al estado como forma de repartir la riqueza.

Es obvio también que si hablamos de empresarios argentinos (mendocinos en nuestro caso) lo de generar riqueza puede discutirse, lo de promover empleo, en cierta forma se puede contemplar y lo de tributar, se sobreentiende, ya que deben trabajar 6 o 7 meses para pagar la gran cantidad de impuestos que paga, por vivir y trabajar en Argentina.

Si hablamos de empresarios mendocinos en pandemia, tras un 2020 con caída de actividad, nos encontramos con un panorama para nada alentador, con muchas pérdidas en la gran mayoría de las actividades y con perspectivas de profundización de la crisis. Eso se podrá observar hacia el final del documento con un detalle de una encuesta realizada por la UCIM, a representantes de 15 sectores de la economía de nuestra provincia y cámaras territoriales, fundamentalmente del sur provincial.

Hotelería y gastronomía: estado terminal

Pero los empresarios también forman parte del país y se preocupan por temas que exceden su órbita de subsistencia diaria y entre los temas que debaten en el ámbito de su organización gremial muestran preocupación por:

Gastos del Estado: Funcionarios que exigen sacrificios de parte de todos los argentinos y que no están dispuestos a renunciar a sus dietas y privilegios. Jubilaciones de personas en actividad que no se ruborizan cuando ven que un jubilado cobra $19.000 de mínima y que no parecen ser conscientes de la tasa de desempleo en aumento y que cada vez hay más argentinos, más jóvenes y niños, pobres. Con la cantidad de problemas que esto acarrea para la coyuntura y para el futuro. Presente y futuro de un país endeudado, empobrecido, en gran parte por responsabilidad de la clase dirigente.

Falta de apoyo, en general, a actividades económicas y de apoyo puntual a las que más mal la están pasando: el 70% de los encuestados por UCIM respondió que el apoyo del Estado ha sido escaso hacia su actividad.

Clase política preocupada por lo electoral y en seguir manteniendo sus privilegios a cualquier costo: Diariamente vemos en la prensa cómo se toman medidas electoralistas y cómo los políticos se preocupan por qué va a ser de su poder, luego de las elecciones, independientemente de los destinos de sus gobernados.

Falta de una política económica clara, que indique hacia dónde nos dirigimos: Vemos cómo la pandemia se ha llevado todo el protagonismo. En la actualidad, la vacunación parece la solución al tema que nos ha preocupado durante todo este año y que debemos reconocer, las autoridades nacionales provinciales y nacionales han estado muy atentas y han implementado acciones para controlar, en la medida de sus posibilidades a este virus. Pero, sabemos cómo sigue el tema sanitario y qué esperar al respecto, situación que no sucede con la economía. El aporte al sistema sanitario parece ser prioridad absoluta.

El pago de la deuda, es un tema que los ha ocupado y ocupa. El pago de los sueldos a estatales y beneficios al sector más carenciado, también. Los ATP dejaron de pagarse el 31/12/20.

Falta de preocupación de las autoridades por el abismo que enfrentan no solo empresarios pymes y medianos, sino lo que significará la pérdida de una gran cantidad de empleos. El ATP sirvió para que los empresarios pudieran sostener su planta de empleados durante lo peor de la cuarentena. Pero las actividades no han demostrado recuperarse al ritmo de la apertura de los cepos existentes. Apareció el fantasma del desabastecimiento y la falta de insumos para numerosas actividades productivas. El desempleo de muchos, la caída en la informalidad de muchísimos, la inflación que nunca se fue y la falta de poder adquisitivo, producto del combo mencionado, no parecen poder esperanzarnos en el mediano plazo. La macroeconomía, en este contexto más que complicado, no tiene respuestas tampoco, para los problemas cambiarios y para las dificultades de siempre de la balanza exterior.

La conclusión de los empresarios, ante este panorama, es que ante la aparente parálisis de los gobiernos frente a la economía, deberán asumir protagonismo, llevar ideas, dialogar y proponer salidas creativas , para constituirse en una positiva ayuda. La conjunción entre el sector público y privado es indispensable. Despertar interés en los responsables de que todo vuelva a funcionar -no solo de recaudar, a cualquier costo y en cualquier contexto- , es fundamental para el logro de programas económicos adecuados que permitan la recuperación de las actividades productivas.

Tenemos que sostenernos y mantenernos y así lograr que todo el cuerpo social recupere la confianza de que su destino no será la pérdida de su negocio o de su empleo.

Lograr este objetivo es obligación y trabajo de todo los argentinos.

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