Hotelería y gastronomía: estado terminal

"La situación se ha vuelto desesperante. No podemos ya no solo mantener nuestras instalaciones y planta de empleados sino llevar el sustento a nuestros hogares", sostiene la UCIM en su último documento.

UCIM

De la posición de Mendoza en cuanto a referente indiscutido como lugar turístico en Argentina, no hay dudas. Tampoco hay dudas del lugar destacado que con mucho esfuerzo hemos logrado para ser una de las capitales mundiales del vino y cita obligada para el turismo enológico.

El crecimiento del turismo en los últimos años también fue una realidad palpable que permitió disimular la decadencia de otras actividades económicas tradicionales de nuestra matriz productiva.

Y después la pandemia y el cierre de las fronteras, los cielos y la economía...

En un año, el covid "se llevó puestos" hoteles, agencias de viajes y a transportistas de turismo.

Hoy, a pesar de ser una provincia que se animó a abrirse al turismo interno por junio y ha intentado, en la medida de sus posibilidades, promover esta actividad, los resultados son mínimos.

Solo algunos polos turísticos puntuales han recibido a mendocinos que necesitan descansar. Casas y cabañas, que en su mayoría se mueven en la informalidad, son los que se han visto beneficiados de las escapadas necesarias que por este encierro impuesto, buscamos concretar.

Las empresas formales, que recibían en las mejores épocas turistas del resto de Argentina, de países limítrofes e internacional agonizan.

El 70% de los servicios de turismo (hoteles, agencias de turismo receptivo y transportes) ubicado en el Gran Mendoza, empresas pequeñas y medianas, formales y con trayectoria profesional de muchos años están muriendo sin que nadie lo note.

La indiferencia de los gobiernos locales, provinciales y nacionales, ante esta situación; la voracidad de los entes recaudatorios que a pesar de esta realidad no se inmuta y buscan seguir recaudando; una política nacional sanitaria que solo piensa en controlar el virus y cerró toda posibilidad de sustento al turismo -y todas la innumerable cantidad de actividades que lleva consigo- están condenando al sector al cierre definitivo.

¿En qué lugar del universo una empresa puede sostenerse, manteniendo planta de empleados e infraestructura sin facturar un solo peso?

¿Cómo piensan las autoridades que hoteles, agencias y transporte turísticos pueden seguir existiendo como tales si no se permite el ingreso de turistas, no existen vuelos ni medios de transportes terrestres con frecuencias esperables? ¿Cómo vamos a sostener a nuestra planta de empleados profesional, preparada y especializada para la actividad si la mínima ayuda del estado para sostener su mínimo ingreso fue suspendida?

Una vez terminada esta pandemia, sin dudas, el sector turismo será el que permitirá la más rápida recuperación debido a la infraestructura ya instalada en la provincia y a la posibilidad de movilizar a innumerables sectores simultáneamente, pero para eso deberá sostenerse lo que queda.

La situación se ha vuelto desesperante. No podemos ya no solo mantener nuestras instalaciones y planta de empleados sino llevar el sustento a nuestros hogares.

Los empresarios no vamos a dejar que nuestros emprendimientos en los cuales hemos invertido nuestras vidas, se destruyan por factores totalmente ajenos a nuestra voluntad o pericia para manejar los negocios. También sabemos que de esta no podemos salir absolutamente solos, porque las leyes de mercado se han alterado de tal forma que nos encontramos ante un escenario extraño y totalmente inédito. Es por eso que invitamos a un diálogo constructivo con quienes han decidido, por fuerza mayor, cambios repentinos e impensados.

Tenemos que sentarnos no una, mil veces: sector público provincial y nacional, organizaciones y privados a consensuar seriamente sobre cuáles son los pasos a seguir para encontrar una solución a este problema que nos encuentra sobre el límite de la desesperanza no solo a empresarios sino también a los empleados que ven, con mucho sustento, amenazada su fuente de trabajo y que a nivel sanitario parece no tener visos de solución.

Es ahora.

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