Modernizar la educación: el desafío de integrar tecnología en el aula
Más que considerar a los dispositivos móviles una distracción, debemos verlos como herramientas educativas.
La reciente media sanción del Senado de Mendoza al proyecto de ley Nº 7861 que autoriza el uso de dispositivos móviles y tecnologías en el aula para actividades pedagógicas específicas a fines de mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje, de la que fui parte como uno de los autores, representa un avance necesario para modernizar la enseñanza.
Más que considerar a los dispositivos móviles una distracción, debemos verlos como herramientas educativas. Bajo una planificación adecuada y supervisión docente, estos dispositivos pueden desarrollar competencias clave en los estudiantes: pensamiento crítico, colaboración y creatividad. Aplicaciones, plataformas educativas y contenidos digitales enriquecen el aprendizaje, haciéndolo más atractivo y accesible.
En este sentido, la Dirección General de Escuelas desde el año pasado, ya había generado lineamientos sobre el uso de tecnología en las aulas. Ahora, con esta iniciativa legislativa se otorga un marco normativo, donde los dispositivos móviles podrán emplearse con fines pedagógicos de manera planificada.
El proyecto también pone énfasis en la formación de docentes, estudiantes y familias para garantizar un uso responsable. La alfabetización digital es más que usar dispositivos, esto implica entender tanto sus beneficios como sus riesgos. Por eso, en la modificación de la ley también se incluye que se realicen programas sobre seguridad en internet, prevención de juegos online, privacidad y prevención del ciberacoso. Estas medidas son esenciales para proteger a los estudiantes en el entorno virtual.
Desde 2015, Mendoza ha impulsado cambios para modernizar la enseñanza, entre otros sectores. Este proyecto contribuye a que las aulas sean espacios donde la innovación conviva con el aprendizaje tradicional, preparando a los estudiantes para el futuro.
Es destacable la importancia de un acompañamiento consciente y estratégico para maximizar los beneficios y minimizar los riesgos asociados, coordinando entre instituciones educativas y familias para crear entornos seguros y propicios impulsando el desarrollo integral de los estudiantes en el mundo digital actual. Ahora, el proyecto pasará a la Cámara de Diputados para su tratamiento.