El muro de las contradicciones en la Universidad Nacional de Cuyo

Una docente y exintegrante de la conducción de la UNCUYO como es Fernanda Bernabé, analiza y opina en torno al muro que construyen alrededor de la Universidad.

Fernanda Bernabé

La reciente construcción de un muro en la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO) ha generado una intensa controversia y un profundo debate. 

Este proyecto, que ha implicado una inversión exorbitante de casi 470 millones de pesos, se presenta como una barrera física que no solo divide espacios, sino que simboliza un enfoque segregacionista y excluyente que choca con el principio de accesibilidad y vinculación que la universidad promovía anteriormente con su programa "Universidad Sin Muros".

Analicemos algunas implicancias de esta obra desde diversas perspectivas.

Inversión desproporcionada

La inversión de 470 millones de pesos para la construcción del muro plantea serias interrogantes acerca de las prioridades de la administración universitaria. En un contexto donde las universidades públicas enfrentan desafíos económicos y sociales, dirigir recursos de esta magnitud hacia un proyecto que separa a la universidad de los barrios populares es un desatino. 

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La universidad, en su misión de ser un espacio de inclusión y formación, parece haber elegido una dirección opuesta. Además, se podría incluir en este apartado la falta de inversión en las necesidades propias de infraestructura universitaria a las que podría haberse dirigido los fondos utilizados en el muro.

Una mirada segregacionista

El muro no solo actúa como una barrera física, sino que también transmite un mensaje claro de exclusión. La decisión de construirlo refuerza una mirada segregacionista que separa a la universidad de las comunidades de los barrios populares vecinos. Esta separación es especialmente preocupante dado que la educación superior debería ser un puente hacia el desarrollo social y económico, en lugar de convertirse en un elemento que perpetúa diferencias y desconfianzas.

El paisaje urbano está lleno de ejemplos de cómo las barreras físicas pueden fracturar comunidades y dificultar la cohesión social. La construcción de este muro no es solo un hecho arquitectónico: es un acto que tiene implicaciones en la forma en que las personas perciben su entorno y su relación con la educación.

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La arquitectura del paisaje debería ser un reflejo de la interacción y la comunidad. Al optar por construir un muro, la UNCUYO está eligiendo una forma de diseño que favorece la división, en lugar de la integración y el diálogo. Esto trae consigo una serie de preguntas sobre qué tipo de ciudad y comunidad se quiere construir, y qué papel juega la universidad en ese espacio.

Impacto simbólico del muro

El impacto simbólico del muro es innegable. Representa un paso atrás en la filosofía de inclusión, extensión y vinculación que se había estado promoviendo anteriormente. Al levantar un muro, la universidad parece aceptar una narrativa que valida la segregación y la desconfianza, lo que contradice los ideales de diversidad y acceso que debería fomentar. La imagen de un campus universitario rodeado de muros puede evocar recuerdos de otros contextos históricos donde se utilizaban barreras para dividir, ya sea por razones raciales, socioeconómicas o políticas.

La construcción de esta barrera resuena con el concepto de "gated communities" o comunidades cerradas, donde la seguridad se prioriza sobre la inclusión. Esto no solo afecta a la imagen de la universidad, sino de la ciudad en la que se inserta.

Contradicciones con el programa "Universidad Sin Muros

La paradoja más evidente surge al recordar el programa "Universidad Sin Muros", implementado durante la gestión anterior entre 2018 y 2022. En un esfuerzo por fomentar la vinculación con la comunidad, este programa buscaba eliminar barreras físicas y conceptuales, promoviendo la inclusión y la participación. La construcción del nuevo muro es un acto que contradice completamente esta iniciativa, dejándonos ante la pregunta de cómo la universidad reconciliará estas visiones tan opuestas.

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Finalmente, este muro, este exabrupto, se enmarca en un contexto más amplio de lucha por la inclusión y la promoción del acceso a la educación superior, y nos invita a reflexionar sobre el tipo de universidad que queremos construir para el futuro. La UNCUYO se enfrenta a una encrucijada.

LA AUTORA. Mgtr. Fernanda Bernabé. Docente Titular. Directora del Centro de Estudios Estado e Innovación pública. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. UNCUYO.

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