Definitivamente, en Mendoza "está mal pelado el chancho"

Mientras la política hace su campaña y la crisis macroeconómica está en su peor momento, las cifras de la situación laboral nos demuestran que muchas veces estamos enfocados en escuchar a los "grandes empresarios", pero los que sostienen a flote la nave son otros.

Como he dicho en muchas ocasiones, me cansé de contar las veces que he visto eventos y seminarios para pensar la Mendoza de los próximos 20, 30, 40 o 50 años. También me cansé de ver cómo ninguno de esos discursos se tradujo en acciones reales, porque venimos para atrás y cada año es peor.

Quizás la falta de acción es porque cuando los que conducen los destinos de Mendoza se sientan a una mesa a tomar decisiones se enfocan en escuchar a los grandes empresarios, sus necesidades y sus problemas, pero poco o nada de representación se les da a las pymes.

La cuestión de fondo es que las cifras del propio Gobierno de Mendoza confirman que sólo el 4,2% (35.470 personas) de la fuerza laboral corresponde a lo que podríamos denominar grandes empresas, que pueden ser aquellas que tienen más de 300 empleados. Sin embargo, las pymes que tienen menos de 5 empleados, son las que sostienen el 53,9% del trabajo de Mendoza (451.582 personas).

Si tomamos todos los establecimientos de menos de 40 empleados nos encontramos que son los que emplean al 85,3% de la masa activa (715.160 personas) de toda Mendoza.

Entonces, lo que queda claro es que la fuerza laboral depende de las pymes, pero tengo serias dudas que esa realidad se traduzca en políticas de acción directa para apoyarlas. De hecho, muchas de ellas se perdieron durante la pandemia y no nos importó, pero cuando se hizo el salvataje de Impsa se justificó hablando de los empleos, aunque la realidad (de los propios informes del Estado) es que son las pymes las que se deben sostener para poder mantener el nivel de empleos en el mercado laboral.

Una de las señales de dificultad que tienen las pymes es el nivel de salario no registrado que existe en Mendoza y que alcanza al 52.6% de la masa activa (441.223 personas). Los registrados sólo llegan al 47,2% (395.823). Si sólo analizamos las zonas rurales, el trabajo en negro se eleva al 64%.

Con mucho empleo de pyme y mucho trabajo en negro, la realidad indica que estos establecimientos no tienen forma de seguir funcionando con empleados registrados. Eso, porque simplemente no tienen la capacidad de enfrentar la alta carga impositiva de la Argentina y de Mendoza, que castiga a los emprendedores. Seguramente muchos dirán que un gobierno u otro bajó o mejoró la situación, pero la realidad es que los impuestos siguen destruyendo a los generadores de empleo.

Sin grandes inversiones en el horizonte, porque incluso muchas son espantadas por el lobby de algunos de los llamados "grandes sectores empresarios" (como las mineras), si el Estado no pone el foco en los pequeños empresarios y los sienta a una mesa en igualdad de condiciones con los que "son más poderosos", Mendoza va a seguir teniendo los mismos problemas que maneja hasta ahora.

Si en realidad se quiere ser diferente, como dice el discurso oficial permanentemente, se debe cambiar el foco y apuntar al emprendedor, pero con soluciones reales y no migajas, con medidas de fondo y reformas profundas.

Como decía un viejo amigo del campo en Chile, en Mendoza "está mal pelado el chancho" (expresión para indicar que algo anda mal y que no hay algo justo) y mientras no se corrijan algunas injusticias, el panorama laboral seguirá siendo igual de malo o peor.

PD: Y que agradezcan que no hablamos del nivel de los salarios.

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