El "Increíble Hulk" que habita en cada intendente mendocino quiere salir del clóset
Los municipios son pequeñas "ciudades Estado" o "mini repúblicas" en una Mendoza en las que han asumido roles más allá de os fundacionales. Es hora de blanquear su rol sin irse a los extremos imposibles. El Plan Costarelli.
Blanqueo: acción y efecto de blanquear. En la Argentina, el término tiene muchísima más fuerza, probablemente, que en cualquier otro punto del planeta. Es que en el país en donde se ha hecho carne "hacer las cosas por zurda", también llamadas "en negro", el hecho de llegar a su "blanqueamiento" representa un hito, un esfuerzo, un renacimiento, un alivio: es como poder decir lo incontable, mostrar lo oculto, sacar al sol lo que permanecía en las sombras.
Ya solo con esta primera parrafada podemos especular en mil cosas posibles.
Sin embargo, hay un blanqueo que resulta bastante más sutil. Se trata de la necesidad imperiosa, algo que se sale de madre por exhibirse a pleno, que es el rol que tienen las municipalidades en Mendoza.
Cuatro intendentes, por la reinvención de los municipios en Mendoza
Nacidas como delegaciones policiales del gobierno provincial para administrar y mantener el orden, en todo caso al servicio de los "mandamases" del viejo puñado de familias poderosas del pasado, hoy representan pequeñas repúblicas a las que les queda chico el sistema normativo que las sostiene.
Como si se trataran de pequeñas versiones del Increíble Hulk, ante la demanda social creciente sobre sus jefes, los intendentes, cada tanto se transforman, rompen sus ropajes y actúan por mano propia, en un acto de heroísmo que luego, cuando, la realidad de la normativa las muestra "en bolas" nuevamente, las envuelve en incertidumbre y timidez.
En Memo y en el programa "Tenés que saberlo" (lunes a viernes de 7 a 10 por Radio Jornada 91.9, 100.1 en el Este y 96.9 en Luján) hemos venido analizando con los intendentes qué les pasa, cómo se mueven, qué se les reclama, qué tienen ganas de hacer, qué pueden y qué no pueden, de qué corsets se quieren liberar y cómo sería estabilizar al monstruo que les sale de adentro cada tanto, de modo tal de sostenerlo activo, en todo caso, en los actos de heroísmo que la sociedad les pide minuto a minuto.
Surgió el estorbo que representan algunos concejos deliberantes, como estructura antigua y perimida, en un debate que molesta e incomoda a sus protagonistas directos, pero que le importa poco al resto de la sociedad, salvo para exigir la crucifixión de sus integrantes, a poco de empezar a hablar.
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Pero Godoy Cruz lanzó una consigna, bajo el liderazgo de su intendente, Diego Costarelli, que resulta un punto de equilibrio y que requiere de la atención, no solo de sus pares, sino también del vecindario.
Es que propone lisa y llanamente un "blanqueo" de las funciones actuales del municipio, sin exagerar con proponer reformas constitucionales que nunca salen, que no son acompañadas políticamente y que se postergan in eternum, ni tampoco desviando "lo necesario" hacia "lo ideal": lo justo.
Costarelli sostiene -y lo ha plasmado su Concejo Deliberante en una resolución aprobada por unanimidad- que hay que cambiar la norma que rige a los municipios (la 1079) de modo tal de que las comunas no se ven forzadas a violar la ley y engordar su departamento jurídico para defenderse de penales que no deberían ser marcados por ningún VAR.
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Los municipios llegan más rápidos con respuestas a temas que son, todavía hoy, de jurisdicción provincial y, para hacerlo, deben ignorar advertencias legales y avanzar.
¿Son aventuradas sus acciones? De ningún modo. Cualquier observador de la realidad se da cuenta de que en Mendoza hay municipios de primero, segundo y tercer orden; comunas que recaudan y tienen recursos que luego la Provincia reparte en las que no tienen nada (y hasta podría decirse, que dilapidan cuando les llega "el regalito", en algunos casos).
Ese ordenamiento no se va a dar porque a nadie le importa cambiar la Constitución. Tampoco va a suceder que se les otorgue mayor autonomía para recaudar impuestos, por varias cosas, entre ellas: porque no saben cómo recaudarlos y manejarlos, con estructuras débiles para tales fines y porque no hay Legislatura que se aguante el tironeo de intereses de unos y otros en ese sentido.
El sentido práctico del blanqueo al que convoca Costarelli está ya a disposición de los legisladores y requiere que se lo mire con atención, pero también con urgencia.
¿Pueden seguir los municipios asumiendo tareas que no les corresponden? Algunos intendentes dirán, con razón, "que nos manden los fondos para eso". Otros dirán, sincerándose: "Mejor hagámoslo, porque si no lo hacemos la gente nos castiga a nosotros, y no a los verdaderos responsables".
Ahí está, para ejemplo, el caso de la hiper intervenida calle San Juan de la Ciudad de Mendoza, que está dejando esquirlas políticas por todos lados. Con un área de obras sanitarias como es Aysam que debe afrontar el colapso de las vetustas instalaciones de Mendoza, es al intendente a quien se le reclama por las consecuencias de la parálisis de una arteria del eje comercial de la Capital.
O veamos el derramamiento de cloacas en Godoy Cruz, o los pozos por colapso de cañerías en Guaymallén, o temas de otra índole a la que deben responder los intendentes del sur, el este o el Valle de Uco, sin tiempo para ver si les corresponde o no.
De allí que Mendoza tiene un blanqueo pendiente por hacer, y posee ya una primera herramienta disponible a la que, se estima, se le puede "poner y sacar" temas. La lista que Godoy Cruz le plantea a la Legislatura y los municipios mendocinos es la siguiente:
Obligaciones de las Municipalidades
- Asegurar un ambiente sano y equilibrado.
- Promover educación ambiental y participación comunitaria.
- Apoyar la educación para el consumo y asociaciones de consumidores.
- Desarrollar políticas de vivienda sostenibles y eficientes.
- Atender la educación no formal y colaborar con el gobierno provincial para la infraestructura escolar.
- Fomentar políticas integrales para la juventud.
- Integrar la igualdad de género en todas las políticas públicas.
- Facilitar la participación ciudadana y el presupuesto participativo a través de formas de participación semidirecta. Por ejemplo, la posibilidad de presentar proyectos a través de la Banca del Vecino o similar.
Modificaciones específicas
- Incluir sistemas de acceso a la información pública en sitios web municipales.
- Establecer duración y reelección de los concejales, con renovación parcial cada dos años. Asimismo, permitir una única reelección.
- Adecuar el acceso a los cargos de concejales según la Ley de Ficha Limpia.
- Ampliar el período de sesiones ordinarias y la posibilidad del llamado a extraordinarias del Concejo Deliberante.
- Crear oficinas para consumidores y desarrollar planes urbanísticos y turísticos.
- Congresos municipales con participación igualitaria en los representantes de los departamentos. Esto es importante, ya que en la Ley actual la Ciudad tiene mayor representación que el resto.
- Derogación de artículos en desuso o en contraposición con la legislación actual. Por ejemplo, régimen de jubilaciones y pensiones, inscripción de electores municipales cuando no sean personas humanas, libreta cívica para votar.
- Adecuación normativa respecto a la elección del intendente y la duración en el cargo.
- Incorporación en la normativa de herramientas digitales. Algunas de ellas son publicación de registro municipal, votación en el HCD, presentación de proyectos, libros obligatorios.
- Actualización de penalidades por incumplimiento. Entre ellos, en caso de incumplimiento de los miembros del Jury de Tachas, se propone sanción en unidades tributarias.
- Adecuación del registro de extranjería y simplificación de inscripción y votación.
- Revisión de la composición del Jury de Tachas.
- Incorporación de mecanismos de participación ciudadana como la iniciativa popular.