En qué se basa Guy Sorman para afirmar que Buenos Aires "es capital de todos los excesos"

Guy Sorman definió a la economía argentina como "inmergente". Habló de Milei, Bullrich y Massa. Pero también de Menem y la dolarización. Culpó a los grandes productores del campo por la pobreza, pero lo contextualizó en los condicionamientos que pone el Estado, autoritariamente.

El economista y escritor liberal francés Guy Sorman, autor de decenas de libros y gran conocedor de la Argentina, en donde dio clases, citó en una columna publicada en España por el diario ABC Raymond Aron, quien a su vez dejó plasmada la frase que define que en el mundo "hay tres tipos de economía: capitalismo, socialismo y Argentina". Lo dijo ya en 1960, cuando visitó la capital argentina.

Su nota se tituló "Buenos Aires, capital de todos los excesos". Allí afirmó algo más: que "Argentina resulta difícil de entender para los argentinos, y con mayor razón para los extranjeros"

Para ello invitó a pensar en su sistema político y de movida, pasó al siguiente "plato": Javier Milei. Sin embargo, acostumbrado a dar respuestas en sus obras, esta vez sembró preguntas, que quedan allí listas para abrir discusiones más profundas que lo que sucede en la superficie de la cuestión electoral, tan efímero, como extremo y polarizado. Sorman recordó que "Milei hace suyas las propuestas más radicales de mentores como Milton Friedman y Friedrich von Hayek , ambos populares en determinados círculos intelectuales y académicos argentinos". 

Agregó al definir al candidato que sacó más votos en las PASO sin haber habilitado la competencia interna en su partido, La Libertad Avanza: "Propone el recurso sistemático al libre mercado, incluso para la venta de órganos; una desconfianza absoluta hacia todo lo que dependa del Estado; y la supresión del Banco Central, al que acusa de ser responsable de una inflación anual que ronda el cien por cien. El candidato plantea sustituir la moneda local por el dólar estadounidense". Sobre esto último, conceptualizó que "la dolarización de Argentina ya es una realidad para las clases prósperas, que realizan todas las transacciones en dólares; la inflación les afecta poco"

Las preguntas abiertas de Sorman sobre el "fenómeno Milei"

- "¿Es el electorado sensible a la retórica económica, aunque sea liberal? Lo que buscan los argentinos es un salvador, un caudillo cuyo referente es el general Perón, que tomó el poder en 1946".

De inmediato, tuvo que reorientar su camino:

- "Pero, ¿qué es el peronismo? ¿Es de derechas? ¿De izquierdas? ¿Liberal? ¿Socialista? El peronismo se adapta a los tiempos y a la personalidad de su líder. Carlos Menem, presidente peronista entre 1990 y 2000, resumió su programa en una fórmula sencilla: «Síganme». Menem era un liberal clásico, admirador de Reagan. Pero el matrimonio Kirchner (veinte años en el poder) también se proclamó peronistas, aunque antiamericanos y antiliberales. El peronismo no es una ideología, sino una forma de patriotismo"

En su columna en ABC, Guy Sorman siguió poniendo bajo la lupa a la Argentina y los argentinos. "En la derecha, los partidos que son a la vez moralmente conservadores y favorables a la economía de mercado cambian de nombre cuando cambian de líder", atinó con su mirada desde el exterior, con suficiente distancia. "¿Y el socialismo?", se volvió a preguntar, para responder: "Los peronistas son prudentes y se refieren a su partido como «justicialista»". 

Informó a sus lectores españoles: "Las próximas elecciones enfrentarán a tres candidatos: Patricia Bullrich, una derechista autoritaria, la peronista de rigor; Sergio Massa, vagamente socialdemócrata; y Milei. Pero los electores votarán menos por los programas que por sus esperanzas de que uno u otro sea el caudillo adecuado".

Pero atentos con el pronóstico: "Cabe esperar que el pueblo argentino sufrirá una decepción y seguirá empobreciéndose. Este empobrecimiento se debe a las instituciones. Los estados federados gozan de una considerable independencia financiera respecto al Gobierno central. Esto permite a sus gobernantes despilfarrar a diestro y siniestro, puesto que el Banco Central compensa sus déficits". 

Más preguntas de Sorman, esta vez con respuestas:

"¿Por qué alrededor del 60% de la población vive por debajo de la línea de pobreza?". Su respuesta es, al menos, polémica, tratándose de quien se trata el autor, un economista que valora al liberalismo: "Paradójicamente, es la consecuencia del éxito de los agricultores argentinos. La soja y el trigo, los dos productos de exportación que sostienen al país, se cultivan según los métodos capitalistas más sofisticados. Los grandes productores son empresarios; arriendan los terrenos por una temporada y alquilan la maquinaria más eficiente en lugar de contratar. Los pobres son las víctimas del rendimiento de la agricultura científica, porque su mano de obra se ha vuelto superflua", dijo.

"Cabría esperar que los superávits se reinvirtieran en nuevas actividades. Pero no es así, porque los empresarios temen al Estado, que confisca de forma reiterada sus beneficios e incluso embarga sus cuentas. También les interesa declarar lo menos posible, porque el Estado grava las exportaciones, un impuesto que fomenta la ocultación. Se dice que un empresario agrícola que gana 100 dólares en Argentina logra depositar 200 en su cuenta de Miami", continuó Sorman. 

Y preguntó, también: "¿Tendrá el próximo caudillo la posibilidad de provocar una movilización nacional de los empresarios?". Respondió: "Milei sería capaz si se modera".

"Buenos Aires, copiada de los bellos barrios de París en la época en que Argentina era uno de los países más ricos del mundo, es un espejismo; pero también es una reliquia, rondada de noche por niños que clasifican basura", retrató Sorman.

Y una última pregunta, una respuesta, una propuesta y una definición que no quisiera haber hecho:

"¿Por qué Argentina no se inspira en sus vecinos más prósperos, Chile y Brasil? Porque Chile ha sido siempre una nación de pequeños propietarios y nunca ha tenido una aristocracia terrateniente comparable a la de Argentina. Estos propietarios se han transformado en empresarios a la conquista de los mercados mundiales. En Brasil, el sentimiento de pertenencia es fuerte. Se dice que cuando un empresario brasileño gana 100 dólares, solo invierte 110 en Miami, y el resto en su país. Los economistas han acuñado el término 'economía emergente' para los países en desarrollo; para Argentina, propongo el neologismo 'economía inmergente'. Espero equivocarme".

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