El palacio por el que Evita pujó contra el nazi Goering para desmontarlo y traerlo a Buenos Aires
La segunda esposa de Juan Perón y "Abanderada de los humildes", quiso desmontarlo y traerlo a Buenos Aires.
Una obra del "primer banquero de la Corona de Aragón, Gabriel Zaporta, un judío converso que se hizo riquísimo exportando productos como lana, azafrán o trigo a otros países europeos", el palacio conocido como Patio de la Infanta de Zaragoza, fue objeto de una puja entre Eva Duarte de Perón, Evita, con el nazi que fue mano derecha de Hitler, Hermann Goering. Ambos querían comprarlo.
Así lo revela hoy el diario El Mundo de España, que da cuenta de que su creador "no sólo tenía dinero, sino también gusto por el arte y la arquitectura, por lo que mandó levantar en 1549 este monumento de estilo italiano, un icono del renacimiento aragonés, en el que volcó su pasión por el humanismo y la mitología, en el patio a cielo abierto de dos plantas, considerada la joya indiscutible del edificio, hoy recuperada como sede de la Fundación Ibercaja en la capital maña (calle de San Ignacio de Loyola, 16), en la que tienen lugar todo tipo de eventos, entre talleres, charlas, conciertos y exposiciones".
De acuerdo con lo señalado, Evita quería desmontarlo y trasladarlo a Buenos Aires.
El Mundo dio cuenta de que "su magnitud cultural ha hecho que el edificio haya sido objeto de deseo desde su origen. No en vano, el nombre actual del patio (antes se llamaba simplemente Casa Zaporta) se debe a María Teresa de Vallabriga, condesa de Chinchón, esposa del infante Luis de Borbón (hermano a su vez del rey Carlos III), quien residió en él a partir de 1785, cuando, ya viuda, decidió instalarse en su Zaragoza natal tras un tiempo en la Villa y Corte, 'convirtiendo el lugar en punto encuentro de intelectuales y artistas', apunta González. Entre ellos, Francisco de Goya, aragonés ilustre, quien la inmortalizó varias veces. El pintor era, además, amigo del comerciante Martín de Goicoechea, uno de los anteriores inquilinos (junto al ilustrado Ramón de Pignatelli) del palacio, que llegó a acoger la Real Academia de Bellas Artes de San Luis, el Casino monárquico y liberal o el Liceo literario".
Tras lustros de decadencia y un terrible incendio en 1894, el patio se vendió por 17.000 pesetas en 1903 a un anticuario francés, Ferdinand Schultz, fue quien sí lo desmontó y lo trasladó, pieza a pieza, para que fuera el escaparate de su tienda en la calle Voltaire de París.
En 1958, los herederos de Schultz lo pusieron en venta a través de la prensa. Después de una complicada operación, la Caja de Ahorros de Zaragoza, Aragón y Rioja (hoy, Ibercaja) consiguió comprarlo por 30 millones de francos en una gesta que llena de orgullo a los maños en particular y a los amantes del arte en general.
Imagen del Patio de la Infanta desmontado a la espera de su traslado a París a principios del siglo XX.