Demuestran que las casas que entregó Fernández en San Luis están sin terminar
"¡Qué lindo que estas familias van a poder pasar la Navidad en sus propias viviendas!", expresó Alberto Rodríguez Saá. Los propietarios deberán esperar para brindar en el interior de las viviendas.
El presidente Alberto Fernández y el gobernador Alberto Rodríguez Saá, "montaron un acto, lo transmitieron al país y escondieron un gran mentira: el barrio de 300 Viviendas que entregaron en Villa Mercedes no está terminado", publicó textualmente el diario local El Puntano.
Rodríguez Saá comparó a Villa Mercedes con París al recibir a Fernández
"No hay momento más lindo para un presidente que cuando se entregan viviendas. Encuentran así un futuro de dignidad", aseguró Alberto Fernández durante el acto del jueves 1 de diciembre cuando festejaba la entrega de la vivienda número 70.000 de su gestión. "Los primeros días de marzo vamos a entregar la vivienda 100.000 y es lo que más deseo", agregó.
El análisis del mandatario nacional está flojo de papeles, como dirían en cualquier barrio del país. Resulta que la vivienda 70.000 aún no se entrega toda vez que las 300 casas del Barrio Unión, llamado así unilateralmente por Alberto Rodríguez Saá, no se terminaron. Apenas el 40% del núcleo habitacional fue entregado a los adjudicatarios, el resto espera que la empresa culmine con las obras que podrían extenderse más allá del mes de enero.
"¡Qué lindo que estas familias van a poder pasar la Navidad en sus propias viviendas!", expresó Alberto Rodríguez Saá. Los propietarios deberán esperar para brindar en el interior de las viviendas.
El diario El Puntano recorrió el lunes, 4 días después del acto kirchnerista, las calles del barrio ubicado a la vera de la Ruta Provincial 2B. "El incesante trabajo de los obreros, maquinarias de gran porte, escombros, hierros, tubos y otros elementos de construcción decoran el barrio y ponen en peligro a los pocos habitantes que recibieron las llaves y que con la urgencia de crisis llegaron al barrio", relató.
"Hasta anoche no teníamos luz en las calles, el barrio está oscuro", contó una de las vecinas que habita el lugar. Resulta que la premura en la entrega ficticia atentó contra los tiempos de la prestataria del servicio eléctrico que trabaja a contrarreloj para proveer el alumbrado público.
"Una mentira que duele, números que se dibujan y realidades que forman parte de un relato tan endeble que una simple recorrida periodística echa por tierra la puesta en escena", publicó el diario.
