Nutricionismo de cargos: la UCR pide calmar el apetito electoral de sus dirigentes

Empieza la pretemporada electoral y muchos salen a marcar que quieren ser candidatos. Suarez y Cornejo salieron a pedir que frenen el hambre de cargos y a ratificar: "estamos unidos".

Hay un mensaje silencioso que echaron a circular en el congreso partidario radical del sábado pasado: que no se desaten tempranamente los apetitos electorales. Es que como se sabe, con un partido en el gobierno y las posibilidades de entrar a algún puesto legislativo en las elecciones del año que viene, los radicales se activan casi genéticamente para la disputa.

Luego de que se conocieran reacciones contradictorias en el oficialismo mendocino en torno a las decisiones del Ministerio del Interior en torno al futuro de Portezuelo del Viento, los discursos tanto del gobernador Rodofo Suarez como de Alfredo Cornejo en el encuentro partidario tuvieron como objetivo remarcarle a la dirigencia dos puntos centrales: el adversario está afuera y es el Frente de Todos, y "estamos unidos" como mensaje, sea verdad o no.

Hacia adentro hay diversas corrientes que echan a andar sus andamiajes a la hora de discutir lugares. Hay al menos cuatro grupos identificables, que no se mueven como sectores internos en concreto, que se respetan y colaboran, pero que vuelven a cohesionarse alrededor de sus figuras centrales a la hora en que hay que discutir lugares en las listas. Todo ello, con la competencia de los otros partidos del frente Cambia Mendoza que pujan por ser considerados, además.

Duro mensaje de Suarez contra el peronismo mendocino

Cornejo es quien lleva el liderazgo general todavía, pero Suarez tiene a su propia gente que defender y empujar a integrar candidaturas. Se le suman el siempre ecléctico juego de Julio Cobos con sus intendentes y los seguidores de Enrique Vaquié y César Biffi, un eje diferente que tiene equipo propio. Puede haber más, pero no en el sentido de presión, por carecer de fuerza para justificarla, sino por otros valores o condiciones, como son los casos de Ernesto Sanz e intendentes en sus individualidades locales.

"Estamos unidos" se ratificó en los discursos de cierre del congreso radical y es la consigna con la que la máxima dirigencia le exige al resto que se alineen, sin hacer públicas sus expectativas electorales.

Si logran contener las propias, las ambiciones circundantes dentro del espacio oficialista de Mendoza también podrán ser administradas por una conducción que a todas luces es bifronte, entre Cornejo y Suarez, en "consulta" permanente, digamos, ya que si se trata de disputas que los enfrente, no llegan jamás a trascender con elementos de prueba debido a la estricta discreción con la que se manejan ambos en estos temas.

En el segundo círculo, se fueron los demócratas, el PRO hace ruido y tiene una discusión interna propia en Mendoza y en el país, llegaron los de Recrear y siguen los de antes, que están a la espera de que se les convide con alguna discusión electoral. Ya en su momento desde alguno de los aliados se trató al radicalismo de "kirchnerismo asintomático" por no abrir discusiones a los partidos de Cambia Mendoza y simplemente guiarlos por el camino que deben seguir, sin chistar.

Esta última condición -aguantarse hacia adentro- tiene que ver con que consideran menos tolerable lo de afuera, y es un factor de unión en la tensión que continuará, salvo que la oferta del PD de jugar al libertarismo consiga cuajar y convertirse en "troskos de derecha" para reemplazar al FIT en el tercer puesto en la próxima elección.

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