"Hablemos de dislexia": El trastorno que afecta el aprendizaje y las relaciones de las personas
Daniela Agrain es presidenta asociación "Hablemos de dislexia Mendoza" y en el Día de Internacional de la Dislexia se acercó a Radio Post junto a Marcelo Deambrosi para dialogar acerca de este trastorno que afecta a cerca del 10% de la población.
Cada 8 de octubre se celebra en todo el mundo el Día internacional de la Dislexia, una problemática que afecta a gran parte de la población y que debido a su importancia e influencia, se ha comenzado a visibilizar y a estudiar más enfáticamente en los últimos años. Daniela Agrain, presidenta asociación "Hablemos de dislexia Mendoza", y Marcelo Deambrosi, secretario de la asociación, se hicieron presentes en Radio Post 92.1 y en diálogo con el equipo de "Tenés que saberlo" abordaron esta problemática de alcance global.
"La dislexia es un trastorno específico del aprendizaje con base neurobiológica. La característica de esta dificultad es en la lectura y en la escritura: la falta de lectura fluida y en los errores ortográficos en la escritura. Esa es como las principales características de la dificultad. Es una dificultad específica del aprendizaje en la lectoescritura. Es hereditario, tiene una carga genética de un 70%, podríamos estar hablando", comentó Agrain.
La presidenta de la asociación señaló que el porcentaje es de entre el 10 y el 12% de la población, por lo que en un curso con 30 chicos puede haber 3 que padezcan este trastorno: "La mayoría de los adultos se han enterado de adultos que son disléxicos por el diagnóstico del hijo. Por ahí dicen ‘a mí me pasaba eso, a mí me pasaba lo que le pasa a él en la escuela' o ‘ahora estoy entendiendo por qué me iba así en la escuela', y ahí es donde saltan los diagnósticos de los adultos".
Por su parte, Deambrosi contó su caso, un paradigma en la detección adulta: "Hace más de 5 años que me di cuenta que yo he vivido con esa condición, y que está asociada también a la desatención, a la distracción. Cuando yo iba al colegio en la primaria, lamentablemente nos trataban de burros. Además de eso tiene otras consecuencias: hoy se habla mucho del bullying y de la exclusión que sentíamos, entonces esto no es algo para que pase desapercibido".
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En esa línea, añadió: "Yo lo viví con mi hija, que por suerte se detectó en primer grado, y ha llevado la vida con grandes dificultades. A veces sus compañeros leían un texto, o estudiaban una materia a lo mejor en 20 minutos y ella tenía que hacer gráficos con colores, resaltarlos y demoraba cuatro o cinco veces más. El esfuerzo, el empeño que le puso mi hija fue fantástico, de hecho tiene dos títulos universitarios, pero el sobreesfuerzo que tiene es muy grande. Hay otra connotación, que es el costo emocional que tiene de la exclusión, del bullying, de la separatividad que te generan, porque te ven que como que sos tonto".
La presidenta de la asociación comentó que todos los chicos que tienen dislexia tienen a su vez déficit de atención: "Se está hablando mucho del tema de la lectura y la fluidez lectora, pero hay ciertos patrones que son específicos de la dislexia, que al momento de diagnosticar podemos saber que se trata de una dislexia y no de una falta de lectura. Por suerte está mucho más hablado y más visibilizado, necesitamos más visibilización y más concientización sobre esta dificultad, pero sí no es como era antes, hay muchas más herramientas".
En esa línea, señaló que la fluidez lectora es el principal indicio a tener en cuenta en los niños: "Cuando un chico se escolariza en primer grado, que es donde aprende a leer y a escribir, hay ciertos momentos en la educación: a los seis meses o los siete meses de haber empezado las clases ya tiene que tener una lectura fluida o haber ya incorporado distintas palabras, distintas letras. Si ahí se empieza a detectar justamente eso, que no está teniendo una fluidez lectora, que le está costando más que al resto, porque es notable que va distinto al resto de los chicos, ahí se toma acción. La docente tiene que dar aviso al gabinete y decir ‘vamos a tomar a este chico, a ver qué hacemos'. Primero le damos una posibilidad, herramientas, lo ayudamos para ver si viene por otro lado y si con todas esas herramientas que le damos y la ayuda que le da el colegio o una maestra de apoyo por fuera del colegio, el chico sigue igual, ya podemos estar hablando de una dificultad del aprendizaje, ahí ya hay que derivarlo".
Además, señaló que por fuera de la lectura y la escritura los chicos con dislexia comienzan a tener problemas emocionales: "Son chicos que están mal en el aula, por ahí lo vas a ver arrinconado o que no quieren hablar, que no quieren leer en voz alta, a un chico con dislexia si lo haces leer en voz alta lo ponés en una extrema situación de nervios, de ansiedad, de frustración.Son distintas señales que podés ir teniendo en cuenta: que no quiere hablar, no participa de las clases. La psicopedagoga es quien lo va a diagnosticar y le va a dar las herramientas para ir trabajándolo. En la dislexia no hablamos de cura, porque no es una enfermedad, pero sí se compensa con distintas herramientas y distintas formas de ir aprendiendo. Los chicos con dislexia aprenden distinto, estudian distinto, tienen un cerebro distinto".
Agrain también se refirió a la ley nacional existente en estos casos: "La ley es la 27.306 y en un mundo ideal, estaría buenísimo que todo lo que dice la ley pase. Entre otras cosas, la ley habla de la capacitación a los docentes y al profesorado, que estén capacitados para detectar esto, para que se detecten las aulas, para que tengan una detección temprana, que es fundamental para el tratamiento y para que tengan las adaptaciones que corresponden a estos chicos en el aula. Hay muchas cosas para hacer, son mínimas, no son de mucho trabajo, pero hay que hacerlas".
Además, añadió que los costos están contemplados en la ley pero muchas veces las obras sociales se niegan a cubrirlos: "La ley también habla de la obra social, que tiene que sí o sí cubrir ese tratamiento. Muchas veces no pasa y terminan recurriendo a un certificado de discapacidad, a un CUD, para poder acceder a todos esos tratamientos. No debería ocurrir, los psicopedagogos empiezan a dibujar, a hacer códigos para que le den ese certificado de discapacidad, que no es necesario porque no hablamos de una discapacidad, sino de una dificultad. Pero por ahí es la forma más fácil y rápida de que las obras sociales se comprometan con el tratamiento. No debería ser así: es ley, es nacional, Mendoza está herida, así que las obras sociales deberían cubrir el costo de los tratamientos".
Además, a raíz de diferentes audios de oyentes, Agrain tomó la definición de uno de ellos en donde lo definió como "tener un cableado distinto": "La dislexia tiene grados: leve, moderado y grave. Hay un patrón disléxico que siguen todos, que es como lo mismo para todos, pero no todos los disléxicos son iguales, ninguno es igual al otro, y cuando hablamos de distintos grados en algunos casos viene acompañado con otra dificultad, que se llama con comorbilidad, porque vienen acompañados con otra dificultad: es la dislexia con discalculia, disortografía o disgrafía, que son las otras dificultades que tienen las personas. Hoy se dice DEA, dificultades específicas del aprendizaje, porque no es sólo la dislexia hay otras dificultades que lo acompañan".
A su vez, comentó que la asociación surgió debido al trastorno sufrido por su hija: "‘Hablemos de dislexia Mendoza', yo la formé justamente por mi hija porque Fran hoy tiene 17 años, pero a los 8 años fue diagnosticada con esta dificultad y ella tiene todas estas dificultades, que hizo más fácil su diagnóstico. Por ahí el diagnóstico es más difícil cuando no es tan grave y tienen sólo una dificultad, como mi hijo más chico que también es disléxico, pero él sólo tiene afectada la lectura y la escritura, entonces fue diagnosticado más tarde, porque era más leve y no se le notaba tanto, sino que era más que nada la lectura y la escritura".
Finalmente, Agrain señaló que existen muchas personas con inteligencia por encima del promedio e incluso famosos con este trastorno, además de mencionar que la asociación se encuentra permanentemente recibiendo llamados y mensajes a su instagram o a su teléfono 2615536816: "Yo estoy siempre recepcionando los mensajes a todo lo que quieran consultar, los ayudamos en el camino de ver por dónde ir, a quién acudir. Hay muchos papás que dicen ‘creo, tengo sospecha', y la idea es ayudarlos a hacer ese camino para llegar a un diagnóstico. También estamos con el apoyo a los colegios, a los docentes, damos capacitaciones. Estamos apoyando a la Municipalidad de Mendoza, que estamos haciendo capacitaciones a todo el personal, porque esto no es solamente en el colegio: es en el día a día, en la vida, al momento de hacer un trámite, al momento de enfrentarse a cualquier cosa", concluyó.