El castrismo sin ningún Castro: las múltiples afecciones que alejaron a Raúl de la formalidad del Partido Comunista

¿Cambia algo en Cuba con la salida de Raúl Castro de la conducción del Partido Comunista Cubano? Diversos analistas hacen sus apuestas.

Raúl Modesto Castro Ruz, primer secretario del Partido Comunista hasta este fin de semana, es el hombre fuerte de Cuba. No hay ninguna decisión importante que tome el presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, que no tenga su visto bueno. Pero Raúl, que cumple 90 años el próximo mes de junio, padece cáncer de esófago y de recto, con diarreas crónicas. Además, el dictador cubano tiene una cirrosis hepática causada por su vieja adicción al alcohol y la fuerte medicación que toma le provoca "pérdida de memoria y ausencias frecuentes. Estos síntomas también son compatibles con una enfermedad neurodegenerativa", según publicó este fin de semana el diario español ABC

La misma fórmula usada por Fidel

Milagros López de Guereño, desde las páginas de El Tiempo de Bogotá, interpretó así su salida de la formalidad de los cargos del Partido Comunista Cubano:

Castro, que cumplirá 90 años el próximo 3 de junio y fue segundo secretario desde la fundación del único partido legal en Cuba en 1965, podrá dedicarse a partir de ahora a "cuidar nietos", aunque previsiblemente siga siendo "consultado" en asuntos importantes, como por ejemplo las relaciones con EE. UU., por los "nuevos pinos", como llaman a los dirigentes.

La misma fórmula fue aplicada cuando su hermano Fidel enfermó en el 2006 dando paso al posterior proceso de sucesión. El entonces general de Ejército asumió provisionalmente la presidencia. El delicado estado de salud del líder revolucionario convirtió en definitivo el cargo en el 2008.

"La salida de (Raúl) Castro es un acontecimiento histórico no solo porque marca el fin de una dinastía que ha durado más de 50 años, sino también porque se produce en medio de un período de importantes dificultades y perturbaciones económicas (...). Esto no significa necesariamente que vaya a haber un cambio brusco en el estilo del Partido Comunista", pero "internet va a facilitar una mayor demanda de responsabilidad y de libertades, planteando al Gobierno desafíos que serán difíciles de ignorar para el Partido Comunista", afirmó Norman McKay, analista de la Unidad de Inteligencia de The Economist, según la AFP.

Qué pasará ahora

De acuerdo con la Carta Magna, en este congreso deberán dejar sus puestos aquellos con más de dos quinquenios en sus cargos. Por tanto, muchas de las figuras de la vieja guardia darán paso a las nuevas generaciones. Y todo apunta a que el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, tomará el testigo de la jefatura del PCC. Según el analista Carlos Alzugaray, tendría mayor capacidad de maniobra "con el aparato del partido en sus manos".

Para López de Guereño, de ser elegido un inmovilista resultaría más difícil sortear la profunda crisis, la peor desde el llamado "periodo especial" de los años 90, cuando cayó la Unión Soviética y la isla quedó sin su ayuda. El mismo Raúl Castro dijo el viernes en el Congreso que las decisiones en materia económica en ningún caso pueden provocar una ruptura en los ideales de justicia e igualdad de la revolución.

En Cuba, el PIB cayó el 11 por ciento el año pasado y la inflación se ha disparado tras la unificación monetaria y cambiaría comenzada en el mes de enero. El dólar, que se cotiza oficialmente a 24 pesos, se cambia en el mercado negro a cerca de 50. Es notorio el desabastecimiento de alimentos, productos básicos y medicinas. Las colas para adquirir esos productos de primera necesidad son enormes.

La caída abrupta del turismo ha supuesto pasar de recibir 3.000 millones de dólares en 2019 a obtener apenas 600 en el 2020, según el exacadémico José Luis Perelló. Tampoco son buenas las cifras de las remesas familiares, que de cerca de 6.000 millones de dólares recibidos en 2019 se redujeron a menos de la mitad en 2020.

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