Si Videla era "malo" y Maduro hace lo mismo que Videla, ¿por qué Maduro es "bueno"?

¿Tan difícil es comprender la contradicción intencionada y maliciosa de pretender ser los abanderados de unos derechos a los que permite vulnerar activamente en Venezuela, el actual gobierno argentino desde su accionar internacional? Dictaduras criminales, explicadas con peras y manzanas.

Memo

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas, dirigido por la ex dos veces presidenta de Chile, a socialista Michelle Bachelet, detectó y pudo probar una contundente lista de violaciones a los derechos humanos perpetrados por el régimen de Nicolás Maduro a los ciudadanos de Venezuela.

De igual modo, la organización Amnistía Internacional detectó ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas de personas, torturas y persecución.

Las acciones del chavismo en el poder han sido denunciadas ante el Tribunal Penal Internacional en La Haya como delitos de lesa humanidad, imprescriptibles y abominables.

Los han echado al olvido

¿Qué más falta para que el gobierno argentino acepte que lo que impera en la Venezuela que admira y aprecia, protege y defiende es una cruel dictadura?

Las acciones del régimen de Maduro son totalmente comparables con las de la última dictadura cívico militar argentina cuyo exponente referencial es Jorge Rafael Videla, pero que incluye a toda una serie de responsables de las atrocidades que se cometieron.

¿Por qué, entonces, la bandera de los Derechos Humanos del actual gobierno argentino se quedó clavada en los tiempos que corrieron desde 1976 hasta 1983, ni antes, con el imperio del terrorismo de Estado de la Triple A, ni después, con lo que sucede por ejemplo con el eje de Caracas?

Hay una selección de víctimas y victimarios contraria a los principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y, de tal forma, esta actitud argentina, que solo sostienen un grupo que detenta el poder temporalmente, también los viola.

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"Al enemigo nada, al amigo todo", parece ser el único valor rector de las acciones de una política en la materia que también tiene un capítulo interno, como resulta de bajarle la categoría a las persecuciones en Formosa y levantársela a cualquier incidente que ocurra en provincias gobernadas por una fuerza que no sea la que ocupa la Casa Rosada.

En Venezuela rige el terror. En un capítulo que va más allá de los hechos criminales comprobados por la ONU y Amnistía Internacional, millones de venezolanos han huido de su país, perdido a familiares, bienes, propiedades, amistades. Y los que no han tenido recursos u oportunidades, están condenados a sufrir la hambruna y la incapacidad del régimen gobernante, que sostiene sus métodos autoritarios desplazando al Congreso (la Asamblea Nacional) cuando la ganó la oposición o anulando los derechos cívicos de los opositores. Todo eso, bajo el amparo de naciones que, como la Argentina, se corren de su rol histórico de defensa de los Derechos Humanos y de su propia historia dramática, para respaldar la continuidad de un sistema perverso aparentemente solo por razones de coincidencias políticas.

En Venezuela funciona la Doctrina de la Seguridad Nacional que advierte que "el enemigo" está adentro del país. Por ello, todos los habitantes son sospechosos, hasta que se sumen a las filas del partido único que se construye con este sangriento mecanismo, bajo el monitoreo de Cuba y la complicidad argentina.

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¿Tan difícil es comprender la contradicción intencionada y maliciosa de pretender ser los abanderados de unos derechos a los que permite vulnerar activamente en Venezuela, el actual gobierno argentino desde su accionar internacional?

Un capítulo aparte y en otra nota merecería la ausencia de una política clara de relacionamiento exterior, selectiva, arbitraria y hasta errática por momentos.

Suficiente ya con comprender el tamaño de una tragedia como la de Venezuela, que repite la que Argentina sufrió en los años '70 y '80 y que el gobierno no solo se niega a impedir, sino que ampara y protege.

- Si quedan dudas, podés acceder haciendo clic aquí a los informes del Alto Comisionado para los Derechos Humanos sobre Venezuela de las Naciones Unidas.

- Clic aquí para acceder a los informes de Amnistía Internacional sobre las violaciones a los Derechos Humanos en Venezuela.

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