San Martín en agosto, una propuesta didáctica

El siguiente texto titulado "Agosto, mes significativo en la vida de San Martín" puede utilizarse para realizar diferentes estrategias didácticas como elaborar una línea de tiempo, ubicar en mapas los sitios históricos, ampliar la información de cada acontecimiento con búsqueda en fuentes y bibliografía, investigar la biografía de familiares y colaboradores del Libertador, entrevistar a historiadores sobre diferentes fechas o ilustrar hechos emblemáticos.

Fabiana Mastrángelo

Las instituciones educativas preparan sus actos escolares para recordar el fallecimiento del Padre de la Patria el día 17 de agosto, sin embargo, se puede trabajar en el aula desde el primer día del mes dado que está jalonado por acontecimientos significativos en la trayectoria sanmartiniana. A continuación se presenta una propuesta.

El siguiente texto titulado "Agosto, mes significativo en la vida de San Martín" puede utilizarse para realizar diferentes estrategias didácticas como elaborar una línea de tiempo, ubicar en mapas los sitios históricos, ampliar la información de cada acontecimiento con búsqueda en fuentes y bibliografía, investigar la biografía de familiares y colaboradores del Libertador, entrevistar a historiadores sobre diferentes fechas o ilustrar hechos emblemáticos. Los docentes sabrán utilizar estas u otras estrategias creativas y dedicar todo el mes a una figura cuya obra y valores humanos lo han convertido en un arquetipo social.

Agosto, mes significativo en la vida de San Martín

Por Mg. Fabiana Mastrangelo

Recordamos la trayectoria del Libertador siguiendo un recorrido sintético y cronológico deteniéndonos en emblemáticos hechos ocurridos en este mes. Iniciamos con el 10 de agosto de 1814 en que fue designado Gobernador Intendente de Cuyo por el Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Esta acción obedeció a su plan de realizar un ataque efectivo al poder absolutista español. Consistía en armar un ejército bien preparado en Cuyo, cruzar la cordillera y dar la libertad a Chile. Luego, por el Pacífico arribar a Lima y liberar Perú.

A partir de tal designación, se radicó en Mendoza junto a su esposa María de los Remedios Escalada, creó fuertes vínculos con Cuyo y sus habitantes. San Martín vivió en este suelo "sus horas más gloriosas" y esto lo escribe -años después- en cartas a sus amigos.

El director supremo Pueyrredón, como máxima autoridad de las Provincias Unidas del Río de la Plata, apoyó desde Buenos Aires el plan sanmartiniano. Así el Libertador pudo crear el 1 de agosto de 1816 el Ejército de los Andes cuyo lugar de preparación e instrucción fue el Plumerillo. Un dato puede ilustrar el significado de esta obra: ocho meses antes del Cruce de la cordillera, el ejército de los Andes tenía 180 hombres sin la menor instrucción ni disciplina, y 220 Granaderos a Caballo. En enero de 1817 el ejército estaba formado por casi 5.000 hombres, número apenas inferior al del ejército absolutista español con el que se proponía luchar. Todas las fuerzas habían sido reclutadas en Cuyo por San Martín, con esfuerzo y creatividad. Fue destacable el espíritu de los cuyanos que, alejados geográficamente de los intereses en pugna de Buenos Aires, se entregó a la obra sanmartiniana.

"Sanmartinmanía": imitar y no solo idolatrar

Mientras desplegaba toda su fuerza creadora en la formación del Ejército de los Andes nació su hija Mercedes Tomasa, el 24 de agosto de 1816 en Mendoza. Ante este vital acontecimiento, el gobernador de Cuyo Toribio Luzuriaga -que había reemplazado a San Martín para que éste se dedicara enteramente a la preparación de su ejército- le donó una chacra donde el Libertador soñaba pasar los últimos días de su vida. Al respecto dijo: "El estado de labrador es el que creo más análogo a mi genio". Deseo que pudo cumplir, no como hubiese deseado en su querida "ínsula cuyana" (Mendoza), sino en Europa.

Inició el cruce de los Andes en enero de 1817. Al año siguiente, la gloria de la batalla de Maipú selló la libertad de Chile. Después de este acontecimiento, el libertador se dirigió a Buenos Aires donde obtuvo el apoyo de Pueyrredón para la campaña libertadora a Perú. De regreso pasó por Mendoza y decidió entregar definitivamente el bastón de mando a la Virgen del Carmen de Cuyo, el 12 de agosto de 1818.

Luego se dirigió a Chile para preparar la campaña por mar y partió hacia Perú el 20 de agosto de 1820. Declaró la independencia de este país el 28 de julio de 1821 y el 3 de agosto de 1821 fue proclamado Protector del Perú. Para afianzarla definitivamente San Martín decidió reunirse con Bolívar y aunar fuerzas. Éste venía victorioso después de derrotar al absolutismo español en Boyacá (1819) y Carabobo (1821). Se entrevistaron en Guayaquil (1822). Bolívar acudió con el respaldo de los gobiernos y los recursos de la Gran Colombia, mientras que San Martín concurrió en inferioridad de condiciones. El gobierno de Buenos Aires le negó el apoyo material que pidió insistentemente, su ejército estaba desmoralizado y sin fuerzas físicas después de tantos años de lucha. No quiso ser un obstáculo para la independencia. Entonces, el Libertador argentino se ofreció a combatir bajo las órdenes de Bolívar quien no aceptó. Finalmente, San Martín decidió entregar el ejército y el poder al Libertador venezolano.

Con este acto de renunciamiento se inició la última etapa de su vida. Cuando regresó San Martín de la campaña del Perú, se estableció en la chacra de los Barriales (actual departamento de San Martín, Mendoza) y residió allí durante unos pocos meses hasta su partida a Buenos Aires. En esta ciudad, el 3 de agosto de 1823 falleció Remedios Escalada, su esposa. San Martín emprendió su exilio voluntario a Europa junto a su hija en 1824 y al año siguiente escribió las máximas o consejos para Mercedes.

Qué pasó con el cuerpo de San Martín tras su muerte y cuándo lo trajeron a la Argentina

Regresó a América en 1829, y antes de desembarcar, permaneció en el puerto de Montevideo. Desde allí tomó conocimiento de la división entre unitarios y federales y del fusilamiento de Dorrego por Lavalle. Ante los disturbios y las divisiones intestinas, decidió retornar definitivamente a Europa sin desembarcar en el Río de la Plata. Desde el viejo continente, en silencio, realizó gestiones diplomáticas para afianzar la independencia de estas tierras. También recibió las visitas de jóvenes, como Alberdi, Varela, Sarmiento.

Desde 1848 San Martín residía en Boulogne-sur-Mer, Francia, junto a su hija, su yerno y sus nietas. Estuvo lúcido hasta el final. El 13 de agosto de 1850 ante fuertes dolores intuyó su próxima partida física con esta expresión: "Es la tempestad que lleva al puerto". El 17 de agosto casi una hora antes de su fallecimiento dijo: "Mercedes, esta es la fatiga de la muerte...".

La síntesis de parte de la vida de San Martín hilvanada a partir del emblemático mes de agosto nos sirve, entre otros aspectos, para visualizar que su patria era sudamericana. Trabajó por su libertad y deseaba verla unida. Cuando se refería a nuestros países decía: "Pueblos Unidos de América del Sur". Por esta causa nunca aceptó intervenir con su ejército en las luchas civiles. Los gobiernos de Buenos Aires se lo pidieron repetidamente. Ante tal solicitud respondió, en diferentes ocasiones: "No, el general San Martín no derramará la sangre de sus compatriotas y sólo desenvainará la espada contra los enemigos de la independencia de Sud América. Sea cual fuese mi suerte en la campaña del Perú, probaré que desde que volví a mi patria, su independencia ha sido el único pensamiento que me ha ocupado".




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