El modelo de casas hechas en Mendoza que 26 años después están intactas

En Maipú está el primer barrio del mundo que fue construido con esa tecnología. Hoy, 26 años después, las casas están intactas. Lo contó Leonardo Bravin, el representante de la canadiense Vision Building Technologies en Latinoamérica. Cuanto cuestan, hoy.

Acceder a la casa propia, ya lo hemos escuchado hasta el cansancio, es el sueño (frustrado) de muchos argentinos. Y si bien podríamos comenzar ahondando en los motivos por las cuales no se puede cumplir tal anhelo, la propuesta inicial de esta nota es darle un giro a eso e ir más allá. Nos referimos a que aquí, en Mendoza, hay propuestas concretas para avanzar en la construcción de viviendas.

Están aquí, al alcance de la mano, pero hasta ahora no se han aprovechado. O al menos no lo suficiente como podrían exprimirse para solucionar uno de los problemas estructurales más grandes que tiene nuestra provincia y nuestro país: el déficit habitacional.

Para ser más claros e ir al grano, la información llega de la mano de Leonardo Bravin, un mendocino que representa a Vision Building Technologies, una de las empresas constructoras más grandes del mundo, en América Latina. En diálogo con Memo dio una visión completa desde su experiencia y junto a él recorrimos casas del barrio Juan B. Justo de Maipú.

Ese complejo fue construido por ellos hace más de 26 años y las casas, que se realizaron con un sistema de tradicional no convencional para desarrollar viviendas sociales, hoy están en perfecto estado y, además, no tienen casi costo de mantenimiento.

"El sistema está compuesto de un encofrado que se hace con una extrusión de PVC que tiene 12 aditivos que le confieren que los paneles no sé cristalicen, que sean ignífugos, que no los ataquen los rayos UV. Es decir, hay una cantidad de elementos que se estudiaron para que el costo de la vivienda sea eterno, al igual que su mantenimiento", comenzó explicando Bravín.

Luego, siguió, se monta una estructura de 50 metros cuadrados en seis horas con seis personas, una que tiene conocimientos en construcción y las otras cinco, colaboran. Se ponen los paneles que están vacíos y al segundo día se rellena de hormigón toda la vivienda. Esto es lo que se llama sistema de construcción tradicional no convencional.

La carpintería, marcos, puertas, ventanas, también los provee la misma empresa. "Pero puede proveerlo cualquier otro tipo de empresa local para no traer materiales de importación y darle trabajo a quienes son del lugar. En cuanto al plazo de ejecución, en 7 días la casa está terminada. Trabajan alrededor de 12 personas para montarla", detalló.

-¿Cuánto cuesta actualmente una casa de esas características?

-Son un 15 o 20 % más económicas que el sistema tradicional, sin calcular los plazos que tenés de construcción de obra entre un sistema y otro. Al sistema tradicional hay que sumarle un 60% más por la demora y la inflación (algo que desarrollará más adelante en esta misma nota) que se produce en ese tiempo. Hoy, una vivienda de 50 metros del IPV está en el orden de los 6 millones de pesos y acá estamos hablando casi de 4.800.000 millones de pesos.

Vision Building Technologies, que construye en Panamá, Guatemala, Honduras, El Salvador, también ha desarrollado obras en Mendoza, tanto viviendas como escuelas. Pero, lo llamativo, es que las primeras casas que se hicieron en el mundo con la tecnología más arriba descripta, están en el mencionado barrio maipucino y se entregaron en 1996.

Cómo repercute la inflación en la demora al momento de construir

"Actualmente, con la inflación que existe, pasan unos meses, las obras no se entregan, y ya salen más de lo pautado inicialmente. He hablado con gente del Gobierno de Mendoza varias veces porque esa demora, en este contexto inflacionario, significa dilapidar el dinero del Instituto Provincial de la Vivienda (IPV)", determinó.

Un ejemplo concreto de ello, puntualizó quien proviene de familia constructora, es un barrio que hizo recientemente el IPV para trasladar a familias que viven en la Ruta 68. En marzo, la empresa ganó la licitación por 211 millones de pesos. Pero, como el terreno estaba en trámite de sucesión, los tiempos se dilataron. Recién en octubre volvieron a licitarlo, ganó la misma constructora pero ahí ya fue por 430 millones.

"Es decir, en la demora del tiempo de ejecución de obras y todo, se dilapida una enormidad de dinero. Sería mejor, si el Gobierno provincial está dispuesto, que subsidien la tasa de interés para los futuros adjudicatarios, que hoy están todos colapsados con los créditos UVA, que se han ido al 70% de lo que son los ingresos", remarcó.

Bravín trabaja hace seis años en Panamá en la nombrada compañía canadiense. Allí, entregan actualmente 85 casas por mes: "Lo cual facilita mucho las cosas porque la gente reemplaza pago de alquiler por pago de vivienda, al ser la entrega es en corto plazo".

Vic de Zen, presidente de Vision Building Technologies, junto a Leonardo Bravín.

Claro que en aquel país, aclaró también, las tasas de interés de los créditos hipotecarios están en el 2% anual. Un ejemplo concreto y por demás impactante para un país como Argentina es que en Canadá el metro cuadrado de construcción salía 112 dólares hace seis años, transcurso de tiempo en el que sólo "subió" a 112,70 dólares.

El sistema constructivo con el que un mendocino revierte las usurpaciones en Centroamérica

De todas maneras, insistió quien estudió arquitectura, si las casas se entregan con celeridad, en 60 días el IPV podría hacer un barrio y tenerlo listo para que se habite.

El planteo del Gobierno es que si los plazos son tan cortos, se reduce la mano de obra (en construcción) que ellos pueden ofrecer. Pero desde la experiencia del mendocino, eso no es así y lo explicó de esta manera: "En los sistemas de vivienda tradicional, como ya hay un aumento del 30% sobre el presupuesto oficial, el IPV plantea reducir la curva de avance de obra. Esto significa que las empresas empiezan a sacar gente de las obras, que se mantienen en vez de con 50 operarios con 10, y terminan entregándola en tres años.

Otro ejemplo es un barrio en San Carlos que se empezó hace 2 años y medio, se ganó la licitación con un millón de pesos cada casa. Después de 2 años y medio el valor de las viviendas está en 7 millones de pesos: "Lo cual implica que el futuro adjudicatario en vez de pagar una casa por un millón de pesos tiene que pagar seis meses más, no conseguís créditos hipotecarios razonables en el país, indudablemente por la inflación".

Por eso, volvió a enfatizar, lo ideal sería ejecutar las viviendas rápidamente, entregarlas y que los beneficiarios comiencen a pagar el crédito hipotecario. Ya que de la forma que se hace actualmente, se termina generando una morosidad que no le permite al IPV el recupero de las cuotas para poder seguir reinvirtiendo.

El verdadero concepto de la vivienda sustentable y los beneficios

Así, la intención de Bravín es también demostrar que existe un concepto equivocado con el tema de los sistemas industrializados de construcción de viviendas. En su relato, para explicar los motivos de esa creencia colectiva errónea, se refirió justamente a las casas que Memo visitó en el barrio de Maipú.

Leo Bravin, el argentino que integra socialmente construyendo casas en Centroamérica

"Fueron las primeras que se construyeron en el mundo, hace 26 años. Canadá me pedía informes para poder demostrar que después de esos 26 años, que es cuando terminan de pagar el crédito hipotecario, las viviendas están en perfecto estado y la gente pueda ampliarla y hacerle las modificaciones que quiera. Ese es el concepto", destacó.

Hoy se están licitando 14 viviendas con un plazo de ejecución de 8 meses, ejemplificó respecto a la tarea del IPV. Y en ese tiempo, la vivienda costará el 70% de lo que costaba 8 meses atrás. Por eso, este hombre a quien perfectamente se puede definir como un romántico del posmodernismo por sus ganas de seguir insistiendo (a pesar de todo), se reunió también con cámaras empresariales de Mendoza para llevarles su propuesta, que fue muy bien recibida.

"En Mendoza hay dos o tres empresas que son importantes. Entonces, la idea es trabajar en conjunto y hacer una propuesta general al Gobierno de Mendoza en donde les digamos, por ejemplo; en un año podemos entregar 2 mil casas, 200 casas por mes, repartiendo la tarea entre las distintas constructoras que están trabajando", dijo como una parte de la solución que esto significaría para el déficit habitacional.

En la misma línea, Bravin contó que han hablado con varios municipios donde se les pide a los intendentes gente del lugar y, de esa manera, se le brinda mano de obra a los habitantes del departamento en el que se está desarrollando la obra. Lo cual, genera un lógico movimiento de la economía local.

"Nosotros tenemos más de 50 millones de metros cuadrados construidos en toda América Latina porque en los países que trabajamos es más sencillo todo. Aquí es lento, complicado, burocrático y entregar 14 casas en 8 meses en el transcurso de un año, la verdad que me parece fuera de todo contexto. En toda Latinoamérica no se trabaja más con sistema tradicional, y menos en lo que es vivienda social", se explayó.

-¿Estas casas que usted propone serían accesibles para los trabajadores?

-Exactamente. Y además la clase media trabajadora es la que menos puede acceder al tema de los créditos y la que necesita una solución de vivienda inmediata. De hecho, esto mismo lo hemos planteado a nivel nacional, con el Gobierno de Alberto Fernández. Incluso me reuní con el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat (por Jorge Ferraresi) pero tienen otro concepto. La verdad es que no se están construyendo viviendas en el país, a pesar de la necesidad que tiene hoy Argentina.

Lo importante de complejos como el de Maipú es que "vos entregás hoy la casa y luego los que la habitan, cuando van teniendo ahorros, pueden ir  ampliando. Pero ya tienen una vivienda, en la que habitan hace 26 años en ese caso, y que se mantiene en perfecto estado. El costo de mantenimiento, además, es casi nulo", aseguró.

-Además, las viviendas sustentables que construyen implican un ahorro para los usuarios...

-Sí, estamos utilizando energía solar o eólica en los lugares donde lo podemos hacer. Justamente porque reducís así costos de infraestructuras que son monstruosos de otra manera. Estamos trabajando con paneles solares, con LED dentro de las casas, lo cual también le simplifica la vida a la gente que menos tiene.

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Para poder corroborar en carne propia la versión de Bravin, Memo llegó hasta el barrio Juan B. Justo de Maipú, recorrió las casas y charló con vecinos.

"Las casas están iguales a cuando se construyeron. Intactas. Nosotros lo único que le hemos hecho es la cochera pero están impecables realmente. El bajo alacena y la pileta de la cocina por ejemplo son las originales. Le pusimos cerámica y quedó mucho más bonita pero está en perfecto estado", contó Daniel Fadrique, vecino y expresidente de la mutual de la Policía.

A lo que Bravin sumó: "El tema de trabajar con los sistemas industrializados significa una reducción en tiempos de ejecución, pero no en la calidad del producto. He comparado estas viviendas con otras entregadas en sistemas tradicionales, en bloque, en ladrido y se ve humedad en los muros, el tema de la pintura que se va arruinando. En estas viviendas, las paredes se limpian con agua por ejemplo".

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Por su parte, Daniel cerró aportando: "A nosotros se nos incendió la casa y a las paredes no les pasó nada. Lo único que tuvimos que cambiar fue el techo pero no las tejas, por ejemplo, porque quedaron perfectas. Después de tantos años tenemos las mismas puertas, los mismos vidrios, que les agarró piedra de frente y no les ha hecho nada, los materiales son eternos y no requieren mantenimiento".

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