El "modelo Bukele" y la predicción sobre "dictadorcillos" regados por Latinoamérica

Un hilo destinado a personas no exaltadas y despiertas: invita a pensar. El escritor mexicano Federico Guzmán Rubio alerta sobre un nuevo "modelo" de gobierno, el que impuso el salvadoreño Nayib Bukele, con más del 90% de la población respaldándolo. las alertas. Argentina en el mapa. Y concluye: "El ascenso del autoritarismo no es mérito de los demagogos; es culpa de los demócratas ineficientes, corruptos e indolentes".

Este hilo de Twitter fue preparado por el escritor Federico Guzmán Rubio y deja en superficie un debate que cada vez crece con más energía en los círculos especializados de América Latina: el "modelo Bukele" como ángel o demonio.

Su aporte es de alto nivel para abordar el tema y permite reconocer las aristas del tema. Nayib Bukele, el presidente de El Salvador surgió como "lo nuevo" frente a los partidos atornillados al poder y protagonistas de la corrupción, a los que barrió. Pero de inmediato asumió como poderes totales y una personalidad innovadora y avasallante.

Eliminó el peligro de las "maras" o pandillas de cuajo, pero con medidas por fuera de lo que el consenso internacional considera correcto. El escritor mexicano al que citamos más abajo y recomendamos leer, habla de que su accionar a generado "una falsa dicotomía: autoritarismo con seguridad vs. democracia con crimen". 

¿Quién es el autor de este análisis? Federico Guzmán Rubio es Licenciado en Letras Hispánicas por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), maestro en Filología Hispánica por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC) y doctor en Literatura Europea por la Universidad Autónoma de Madrid, sus intereses académicos se centran en la literatura latinoamericana y española de los siglos XX y XXI, y la literatura de viajes. 

Sobre estas cuestiones, ha presentado ponencias en congresos y publicado artículos en revistas arbitradas. Es autor de diez libros, publicados en México, España y Argentina, entre los que se cuentan novelas, libros de cuentos, libros infantiles y manuales de ortografía y gramática para educación media. Actualmente, es profesor de tiempo completo en el Instituto Tecnológico Autónomo de México.

El "modelo Bukele" bajo la lupa

A continuación, textual el aporte que Guzmán Rubio hizo abiertamente desde Twitter:

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, exterminó a las pandillas de su país en unos cuantos meses. Las consecuencias políticas de este hecho serán determinantes en el futuro de toda América Latina. Abro hilo con algunas reflexiones al respecto.

Las pandillas habían convertido a El Salvador en uno de los países más violentos del mundo. En 2015, la tasa de homicidios por 100 mil hab. fue de 103. Aunque la tendencia era descendiente, tras la ofensiva de Bukele (mar-2022), la tasa de 2022 fue de 7.8, de las más bajas de AL.

Aparte de los homicidios, las pandillas controlaban varios delitos que arruinaban la vida de la población, como la extorsión o el secuestro, que en El Salvador alcanzaron niveles inconcebibles. Aparentemente, estos delitos casi han desaparecido.

Clic en esta foto para ampliar la información.

Para combatir a las pandillas, Bukele implementó un "régimen de excepción" que anula los derechos constitucionales. La policía puede detener a quien sea y retenerlo 15 días por considerarlo sospechoso. Miles de inocentes han sido encarcelados y cien han muerto en prisión.

Por supuesto, Bukele aprovechará su victoria para anular a los otros poderes, reelegirse y convertirse en un pequeño dictador. Qué más da que vulnere la legalidad si cuenta con el apoyo de la población y si logró lo que ningún líder latinoamericano: terminar con la delincuencia.

Ni los exguerrilleros del FMLN ni los ultraderechistas de ARENA, los dos bandos políticos del país, estuvieron cerca de conseguir algo así, ya sea con sus treguas y pactos o con la aplicación de "mano dura". Los partidos tradicionales fracasaron; el nuevo líder triunfó.

Esto da pie a una falsa dicotomía: autoritarismo con seguridad vs. democracia con crimen. Para desmontar esta falacia, basta pensar en casos como el venezolano, en que el crimen explotó con el autoritarismo chavista, o en la democracia chilena, funcional en un país seguro.

Habrá cola de iluminados para gobernar al estilo Bukele. Esto sucede ya en países donde el crimen es un problema real, como México, y en países donde es más una paranoia televisada, como Argentina. La militarización en el primero ya empezó y en el segundo Milei se frota las manos

El modelo Bukele se basa en un profundo desprecio a la vida: la baja en los homicidios es evidente, pero en esos datos no entran los supuestos pandilleros ejecutados ni los inocentes asesinados en prisión: no se les considera gente. Sobra decir que son pobres, o sea, sospechosos.

¿Qué va a pasar? En mi opinión, se avecina el peor de los mundos: gobiernos autoritarios, de derecha o izquierda, encabezados por dictadorcillos medio carismáticos, en países con inmensas tasas de crimen. Finalmente, la existencia del crimen es lo que los justificará.

EUA apoyará a esos líderes: es más fácil negociar con un megalómano que con diversas fuerzas políticas. Además, se ha visto que éstos, a pesar de su discurso nacionalista, son más dóciles al obedecer las órdenes de Washington en el tema que más le importa: la migración.

Bukele eliminó a las pandillas a costa de la democracia. ¿Vale la pena? No lo sé. No hay que olvidar, sin embargo, que El Salvador superó mediante la democracia su Guerra Civil, en la que murieron 80 mil personas, la mayoría asesinadas por los nuevos salvadores: los militares.

Pero es innegable el hecho, incómodo y sorprendente, de que sólo Bukele, saltándose la ley, venció al crimen. Así, la democracia parece cada vez más una superstición o una abstracción que poco tiene que ver con la realidad y no ofrece soluciones a los problemas de la mayoría.

Muchas democracias latinoamericanas fracasaron en la creación de un aparato de justicia eficiente que garantice la seguridad. Es más práctica, y peligrosa, la opción Bukele: suprimirlo. Cuando una institución no funciona, habría que mejorarla; es mucho más fácil eliminarla.

En mi opinión, el modelo Bukele es insostenible. Las garantías individuales surgieron para proteger al ciudadano de los abusos del poder. Si se suprimen, el poder abusará. No hay más. Otra opción es que Bukele encarcele a todos los salvadoreños pobres de entre 15 y 60 años.

Ojalá me equivoque y que Bukele resulte un visionario. O, mejor, que las instituciones democráticas creen condiciones de prosperidad y justicia. Porque afirmar que la democracia es buena porque es buena, porque es el mejor sistema o porque costó mucho construirla es otra falacia.

El ascenso del autoritarismo no es mérito de los demagogos; es culpa de los demócratas ineficientes, corruptos e indolentes.

Si te interesó, sumate al debate en su hilo de Twitter, abajo:

Bonus track: la megacárel recientemente inaugurada por Bukele en El Salvador (esta información no es parte del hilo de Twitter anterior)

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