Gustavo Capone

El Este mendocino y su "octubre": acuerdos y desacuerdos sobre la colonización española en los "pagos" de Corocorto

Gustavo Capone se mete en la Historia para recoger momentos de la conquista en el Este de Mendoza, en vísperas del 12 de octubre.

Hay argumentos que son irrefutables. El final del siglo XV marcó el comienzo de una vertiginosa cultura planetaria abriendo la puerta hacia una historia global, confirmando además un evidente cambio de paradigma.

Aunque también, aquel tiempo representó la ininterrumpida sistematización de un proceso con drásticos momentos y definidas consecuencias: reconocimiento, ocupación, conquista y "aculturación" en nuevos espacios geográficos.

Así fue entonces. Lo presentado como un hallazgo europeo, reflejó dramáticamente, muchísimo más que un promovido descubrimiento americano.

Lo cierto es que tendrán que pasar muchos años, desde aquel 12 de octubre de 1492, para que el proceso colonizador empiece en Mendoza (allá por 1551 - 1561), y algunos años más, para que dicha proyección conquistadora se extienda al Este mendocino.

Y si bien son claras las implicancias de dicho "encuentro", incorporarse al mundo colonial significó para América, adherir forzadamente a una nueva organización política, social, económica, religiosa e idiomática. En síntesis, los pueblos originarios debieron "vestirse" con una identidad cultural "importada", pasando de propietarios indómitos de la tierra a siervos de los conquistadores.

La conquista del Este

No se han encontrado los títulos originales de los primeros repartos de tierras sobre el Este mendocino, pero si poseemos las referencias concretas que posteriormente hicieron valer los directos descendientes de tales beneficios. Un antecedente concreto que podría determinar la bisagra entre el tiempo nativo y el tiempo colonial en el Este mendocino, fue la Merced Real del 17 de diciembre de 1578 extendida por el Gobernador del Reyno de Chile, Rodrigo de Quiroga López de Ulloa a Pedro Moyano Cornejo. Documento emitido un tiempo después que el español tomara posesión, "de hecho", en la zona.

Los beneficios que consiguió Moyano Cornejo se debieron a que fue uno de los españoles que llegó con Pedro del Castillo en 1561, ocupando en la pionera expedición el cargo de "Regidor" con funciones de policía y seguridad. Podríamos agregar, que fue parte de la inaugural gestión gubernativa española, recibiendo tierras en compensación de su acción colonizadora. Además, al poco tiempo adquirió las posesiones que pertenecieron a los también expedicionarios Antonio Cambranes y Alonso de Torres. Además, sobre lo recibido, Moyano Cornejo adosará tierras en Tiasta y Uspallata, convirtiéndolo en uno de los mayores hacendados mendocinos.

Pedro Moyano Cornejo se convertirá entonces, en el "señor del Este". Y así, el oriundo de Cabeza de Buey (Badajoz) pasó a ser el primer encomendero de la zona, construyendo su estancia y residencia en el actual distrito de La Reducción (Rivadavia), también denominado por los hispanos - chilenos como "la región del Gelante", cuyo eje de asentamiento será el Río Tunuyán (o río "Palempoto", para los huarpes del lugar).

Por lo tanto, podemos afirmar que "administrativamente" el actual Este mendocino, tiene en el 17 de diciembre de 1578 la fecha oficial de inicio de la conquista española. Una especie de 12 de octubre para la zona de Palorma, el filósofo paceño Enrique Dussel, el palmirense Julio Le Parc, el santarrosino Leonardo Favio, los rivadavienses Carlos W. Lencinas, Ramón Enrique Gaviola (aquel discípulo y amigo de Einstein) y Américo Calí. Como también del compositor de La Paz: Gabino Coria Peñaloza, de Jorge Enrique Ramponi (oriundo de Maipú y autor de "Piedra infinita"), la cantora lavallina Juanita Vera, y del mismo General José de San Martín que soñaba morir en La Tebaida esteña.

Todo esto se corroborará ante la solicitud de Manuel de Toro Mazote en 1624, requiriendo una "merced" sobre el Tunuyán Inferior, de cuatro mil cuadras entre Mendoza y La Punta de Los Venados. Y si bien se le brindó la mitad de lo solicitado, quedó certificado en el documento de concesión, que dichas tierras habían pertenecido a Antonio Moyano Cornejo y Aguilar (hijo de Pedro) y comprendían la región de Machaota, Lagunillas y Yopacto, hoy Santa Rosa y La Paz.

Otro argumento que confirmaría el inicio de la colonización esteña, es el documento de 1629, por el cual Antonio Moyano y Cifuentes (hijo de Antonio Moyano Cornejo y Aguilar, y nieto de Pedro), solicitó directamente al Rey Felipe IV las tierras que fueron de sus antepasados. La Merced Real fue concedida por el Capitán General de Chile, Luís Fernández Córdoba y Arce con fecha 28 de abril de 1629, dando la concesión de "novecientas leguas", base del nacimiento de las primeras estancias del Este, desde Rodeo del Medio (Maipú) hasta el río Desaguadero.

En el medio de las disputas, y paralelamente, una voz desde de Mendoza se sumó a la defensa nativa. Será el padre Diosdado, Rector del Colegio de la Compañía de Jesús, cuando denegó el reclamo de Domingo Sánchez Chaparro en 1634, que exigía para Clara Sánchez, su hija, las tierras que el cacique Tabalque, donara a la congregación jesuita. Sánchez Chaparro sostiene que los naturales no tienen facultad para disponer de tierras, vender o donar. A lo que Diosdado, contestó: "los naturales son los señores de las tierras, no conociendo él ninguna legislación que ampare vuestro reclamo".

En síntesis

Palabras más, palabras menos. Un nuevo tiempo, y nuevos dueños sobre "las venas abiertas" de Maipú, San Martín, Junín, Rivadavia, Santa Rosa, Lavalle y La Paz.

Paradoja puntual donde los pequeños espacios, como el Este mendocino, se asemejarán a los grandes espacios continentales americanos. Seremos todos, desde la llegada del español hasta nuestros días, el producto de la yuxtaposición de culturas convergentes. Por lo tanto, nuestro denominador común surgirá de nuestras especificidades, siendo la rica diversidad creativa el mayor presupuesto ostentado. Y muy a pesar de nuestros desencuentros y los abusos que sometieron culturas y generaciones, América es la tierra de las emociones, la fantasía y los recursos naturales. Continúa siendo el transparente espacio de la esperanza. "Porque en la historia de los hombres cada acto de destrucción encuentra su respuesta, tarde o temprano, en un acto de creación" (Eduardo Galeano).

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