2020/2021

¡Chau año de mierda! Digámoslo con todas las letras

Perdón por la expresión, pero es necesario una sola y única nota de catarsis. Si estás de acuerdo, compartila con tu pensamiento y deseos para 2021. Desde Memo te deseamos que puedas transitar con coraje y sin miedos este año que se inicia. Gracias por estar. Nosotros también estamos.

Memo

Todo el tiempo andamos midiendo las palabras en la búsqueda de la corrección que nos acerca. Sin embargo, este año 2020 fue un calificativo el término más consensuado para unirnos: mierda, año de mierda. No hay otra forma de decirlo. Una y otra vez en las notas de Memo hemos puesto "este horrible año", "el particular 2020", "la complejidad de un año distinto".

Pero llegó el momento de decir las cosas por su nombre.

La pandemia nos trajo desgracias irreparables, con pérdida de seres muy queridos, cercanos o admirados, sino también problemas económicos personales o de personas que conocemos, un retraso en los proyectos de todo tipo, el encierro involuntario, la tristeza, el dolor, la enfermedad.

Pero también fue la excusa para autoritarismos que creíamos superados, como decisiones hipercentralizadas, injustificadas, violación de la Constitución, xenofobia, egoístas e ilegales cierre de límites internos, ausencia en sus lugares de trabajo de muchos de quienes más cobran en los tres poderes del Estado.

Digámoslo todo: también asistimos a patriadas de gente que hizo esfuerzos extra para no tener que despedir trabajadores; volvimos a saber con quiénes convivimos (de tanto convivir literalmente); hubo cadenas solidarias más fuertes que cualquier virus y quienes se dieron cuenta de que se estaban burlando de nuestras libertades y nos invitaron a no tener tanto miedo injustificado, alertándonos sobre otra pandemia, la del totalitarismo que todo lo quiere decidir puertas adentro de nuestros hogares.

Mendoza tiene mucho más que poner en el "haber": búsqueda de equilibrio entre economía y salud, ejemplo de funcionamiento virtual de la Legislatura cuando en otros lugares directamente daban por clausurado el año, sin esforzarse.

Termina un año de mierda (una vez más, la catarsis). Pero no creamos que entre las 12 de la noche del 31 de diciembre y las 12.01 la magia se hará cargo de cambiarlo todo.

No, no hay ni habrá magia. Tampoco paternalismos gobernantes. Somos nosotros quienes tenemos la responsabilidad de hacer del 2021, desde el primer minuto, un año diferente.

Algo crucial: sin falsos miedos, con mucho coraje y consciencia para enfrentar la enfermedad, para superar la tristeza y las depresiones, y ánimo, que aunque muchos de nuestros sueños se estén esfumando, detrás vienen los pibes, los nuestros (si los tenemos) o los de nuestros amigos y seres queridos. 

No nos van a hacer fácil el 2021. A los amantes del autoritarismo y el control total no les conviene. Se han sentido como peces en el agua con el dirigismo total, aun en medio de una tragicomedia de enredos en la que nada se soluciona y, como si se tratara del más bizarro episodio de Los Tres Chiflados, se chacheteaban entre ellos para hacerse notar activos. 

Será tarea de los que quedemos despabilados después de chocar las copas.

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