Gira asiática

Por qué para Bergoglio es un desafío personal llegar a Japón

Como todo jesuita, el espíritu de conquista religiosa lo lleva a pensar en diversas estrategias para llegar al pueblo asiático, en donde el catolicismo no ha penetrado con la misma fuerza que en el resto del mundo.

Es histórica la visita del papa Francisco a Japón, en donde pidió por los jóvenes, para bajar la alta tasa de suicidios, y aprovechó para recordar sobre el impacto nuclear, justo allí, en la nación que lo sufrió en carne propia.

Los viajes a Asia de Jorge Mario Bergoglio representan un desafío personal. Siempre quiso misionar en Japón. Así lo contó previo a viajar a Corea del Sur y Filipinas, ya que es el mandato de los jesuitas, que lo intentaron una y mil veces y apenas lograron penetrar con el catolicismo en ese costado grande del mundo. Bergoglio quería misionar en Japón, pero una enfermedad pulmonar en su juventud le impidió su proyecto. Hoy está allí.

Acercamiento inédito a China

Tal como lo relata el periodista especializado Hernán Reyes Alcaide en Religión Digital, el Papa al sobrevolar el gigante asiático tuvo un fuerte gesto hacia Beijing, en medio de los crecientes acercamientos bilaterales: en el vuelo de Bangkok a Tokio llamó "Nación" a China, apenas "territorio" a Hong Kong y solo habló de "pueblo" en Taiwán, pese a que la isla asiática es la única de los tres que mantiene relaciones diplomáticas con la Santa Sede.

"En el gesto político más importante de la gira asiática que inició el miércoles en Tailandia y por la que visitará Japón desde hoy hasta el martes, Jorge Bergoglio volvió a dejar en claro su constante acercamiento a China, donde los (hoy) apenas 10 millones de católicos son vistos por el Vaticano como un fermento para potenciar el catolicismo en busca de crecer dentro de los 1.300 millones de habitantes del gigante asiático", escribió el periodista desde Tokio.

El papa Francisco llegó hoy a Tokio, en mitad de una tormenta de lluvia y frío, e inmediatamente se hizo eco, ya en su primer discurso, de dos de los grandes flagelos que atacan a los jóvenes del país asiático: los casos de suicidios y de bullying generados en un ambiente de auto exigencia y soledad. Y por eso fue decidido al pedirle a los obispos locales que "acompañen" a los jóvenes de frente a estos problemas.

"Somos conscientes de que existen diversos flagelos que atentan contra la vida de algunas personas de vuestras comunidades, que están marcadas, por diversas razones, por la soledad, la desesperación y el aislamiento", planteó el Papa a los obispos de 13 diócesis del país a los que encontró en la Nunciatura Apostólica de Tokio.

"El aumento del número de suicidios en vuestras ciudades, así como el "bulismo" (ijime), y diversas formas de auto exigencia, están creando nuevos tipos de alienación y desorientación espiritual. ¡Cómo afecta esto especialmente a los jóvenes!", lamentó. El llamado casi desesperado de Jorge Bergoglio está fundamentado: hasta 30.000 personas, en su mayoría jóvenes, se quitan la vida cada año en Japón

"Los invito a que les presten especial atención a ellos y a sus necesidades, busquen priorizar espacios donde la cultura de la eficacia, el rendimiento y el éxito se vea visitada por la cultura de un amor gratuito y desinteresado capaz de brindar a todos, y no sólo a los que "llegaron", posibilidades de una vida feliz y lograda", agregó el pontífice.

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