Nuevo Gobierno

Empieza el tiempo de Los Fernández, marcados por "la herencia" y la necesidad de señales

El nuevo Presidente y su Vice, inician un nuevo período en la Argentina con la necesidad de dar señales fuertes de cambio, una vez más, en la historia del país.

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

A pesar del contexto general del país y de las condiciones que lo reodean en lo partidario, amplios sectores no peronistas confían, en silencio, que alberto Fernández "lo haga bien". Hoy, el lobista que se convirtió en político, pasó por varias fuerzas y finalmente, fue llevado a la primera magistratura por Cristina Fernández de Kirchner, que lo lanzó un sábado por la mañana en video desde El Calafate como candidato, empezará su tarea de lobbie más dura: "poner a la Argentina de pie", como rezaba su eslogan de campaña.

"No le queda otra que hacer las cosas bien", señalan desde sectores diversos sectores no afines al gobierno, más allá de la religiosidad con que los propios suelen ver a sus líderes, cual salvadores y sin defectos.

Alrededor de las 11:30, Michetti le tomará juramento a Cristina Kirchner, quien se convertirá en vicepresidenta. Minutos más tarde, quien fuera compañera de fórmula de Mauricio Macri en 2015 también estará a cargo de la jura de Alberto Fernández, a pesar de la intención que tenía CFK de hacerlo ella. Una vez consagrada la fórmula electa el 27 de octubre con el 48% de los votos, Mauricio Macri le entregará la banda y el bastón presidencial a Alberto Fernández y el flamante jefe de Estado dará su primer discurso como presidente de la Argentina. 

El texto lo escribió el Presidente electo, afecto a hacerlo por sus propios medios, desde siempre, aunque con la asistencia de quien será su jefe de Gabinete, Santiago Cafiero para el corpus estructural y del futuro ministro de Eduación, Nicolás Trotta, en la incorporación de datos de índole técnica.

Allí será ineludible hablar de "la herencia". Aquello que siempre es usado como latiguillo, esta vez -como hace cuatro años cuando asumió Macri- cobra relevancia. Otrora fue la corrupción y el despilfarro. Ahora, el endeudamiento y el agravamiento de las condiciones sociales.

Del acento que el Presidente ponga en "la herencia" y de un conjunto de medidas efectistas dependerá tener un verano tranquilos, todos, él, la ciudadanía y el resto de los factores de poder. Por ello, es de esperarse que "llene las heladeras" como lo prometió en campaña, con la Navidad cercana y que siga girando en descubierto para generar un mini shock de consumo a niveles sociales, del que no habría que confiarse demasiado porque la situación del país no es precisamente para seguir endeudándose, ahora internamente.

De todos modos, arranca la luna de miel (o de hiel, según quien lo diga) de Los Fernández en el poder y, en palabras del exgobernador mendocino Alfredo Cornejo a la hora de preguntarse quien es Alberto Fernández, después de tantos cambios de rumbo en su pensamiento, "la moneda está en el aire" y el tiempo dirá si cae cara o ceca, o si queda girando en forma permanente e ingeniosamente, para entretener y satisfacer un poco a cada uno de los sectores en pugna dentro del frente que hoy se hace del Poder Ejecutivo.

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