Los K y Massa

Inside information: la versión Verbitsky de las cosas que pasan

Desde "El Cohete a la Luna" se dio una versión cronológica, algunas analogías y mucha opinión sobre la llegada de Massa al Poder Ejecutivo.

Horacio Verbitsky verbalizó, desde su portal El Cohete a la Luna, con su firma y en otras columnas, la versión más cercana al cristinismo de los hechos que terminaron con el salto de Sergio Massa desde la presidencia de la Cámara de Diputados a un ministerio múltiple en el Poder Ejecutivo. Su pluma reconstruyó el relato que repetirán los adherentes a Cristina Kirchner, la líder del triunvirato gobernante en lo sucesivo, muy probablemente.

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En el mismo portal, una columna firmada por Sebastián Premici se titula: "El mercado ganó la pulseada", con una foto de Massa. "Es como si la devaluación se hubiera consumado en los hechos", dice en la bajada.

Escribió Verbitsky, textualmente:

Es imposible exagerar el rol de la Liga de Gobernadores en la reestructuración del gabinete. Se lo plantearon en forma abierta al Presidente Alberto Fernández en un tenso encuentro el miércoles 27. Antes se habían reunido a solas, en el Consejo Federal de Inversiones.

Sabían que la noche del viernes 22 Alberto le había escrito a Cristina proponiéndole un nuevo encuentro, que tuvo lugar el sábado 23 durante el almuerzo y la larga sobremesa. La Vicepresidenta le planteó allí la amplia reestructuración del gabinete, con el ingreso de Massa al superministerio de Economía que terminó de diseñarse una semana después, y el acceso de Jorge Capitanich a la jefatura de gabinete. Los gobernadores también fueron informados de la reticencia presidencial a la propuesta.

En un encuentro posterior, Alberto le explicó a Capitanich que si lo hubiera designado jefe de gabinete, la prensa opositora lo hubiera golpeado por haber roto en cámara un ejemplar de Clarín, y el gobernador del Chaco respondió que estaba de acuerdo.

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En la deliberación en la sede del CFI en Retiro los gobernadores acordaron respaldar a Massa, pero preservar en la jefatura a Juan Manzur, cuyo rol se ceñiría a la ejecución del presupuesto. Al tanto de lo que bullía en el CFI, desde la Casa Rosada invitaron a los gobernadores a almorzar. Llegaron a las tres de la tarde y no fueron diplomáticos. Dijeron que no admitirían más aplazamientos.

Esos encuentros en el CFI se volvieron cada vez más frecuentes desde abril. Delinearon un alejamiento de las aspiraciones presidenciales a un segundo mandato, una identificación creciente con las críticas de CFK a las políticas oficiales y una preocupación cada vez menos disimulada por los compromisos asumidos por el Poder Ejecutivo con el FMI, que implicarían una reducción de las transferencias del Tesoro a las unidades subnacionales. O dicho más fácil, de la Nación a las provincias, en lo que no hay grieta: eso también les escuece a los mandatarios uceerreístas. Otro tanto vale para la inflación.

En una de las citas anteriores en el CFI, mientras varios gobernadores analizaban la relación entre Alberto y Cristina, el de Misiones, Oscar Herrera Ahuad, contó su relación con el hombre fuerte de la política provincial, Carlos Rovira. Hace 16 años, Rovira perdió la posibilidad de reformar la Constitución y habilitar su reelección, cuando un candidato episcopal respaldado por el cardenal Jorge Bergoglio lo batió por 13 puntos en un plebiscito. Desde la presidencia de la Legislatura, Rovira siguió conduciendo la provincia, con tres sucesivos gobernadores que él designó.

El único que se animó a desafiarlo fue Sergio Lanziani, a quien Rovira había promovido como Secretario de Energía de la Nación al comenzar el actual gobierno. Desde su cargo nacional no tuvo mejor idea que armar una interna contra Rovira, que le quedó grande: la policía misionera encontró a Lanziani durmiendo la siesta con una novia durante el aislamiento por la pandemia y ahí se acabó su carrera. "Yo soy el gobernador y tomo las decisiones. Rovira no está controlando cada cosa que hago, pero si meto la pata en alguna cosa me lo hace saber y me corrige", explicó Herrera Ahuad.

La columna completa se puede leer haciendo clic aquí.

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