Informe

¿Por qué la biodiversidad es tan importante y debe conservarse?

Las soluciones a la crisis de la biodiversidad son ilimitadas como la imaginación. Con instrumentos financieros igualmente creativos, es posible idear nuevas soluciones. El informe del Banco Mundial.

Banco Mundial

Las alianzas público-privadas (APP) son otra forma en que el Banco Mundial colabora con las comunidades. Las áreas protegidas cumplen una función valiosa en la protección del capital natural y los servicios ecosistémicos del mundo, y en la mitigación de los impactos del cambio climático. Sin embargo, existe un enorme déficit de financiamiento para las actividades de gestión de las áreas protegidas. El Banco Mundial ha utilizado un modelo de APP con 15 Gobiernos de África (i) para establecer asociaciones de gestión colaborativa en 40 zonas protegidas. Autoridades de áreas protegidas (gubernamentales, del sector privado o comunitarias) se asociaron con 13 organizaciones (privadas y ONG) para coadministrar o delegar la gestión de las zonas protegidas que abarcaban el 11,5 % de esas áreas en África. En un examen exhaustivo (i) de estas asociaciones de gestión colaborativa se concluyó que el financiamiento medio para las áreas protegidas en África con gestión colaborativa es 2,6 veces mayor que el valor de referencia de las áreas sin asociaciones, y 14,6 veces mayor para las asociaciones de gestión colaborativa autorizadas. Este aumento del financiamiento refuerza la eficacia del modelo de áreas protegidas, haciéndolas más atractivas para ser objeto de inversiones sostenibles.

Las zonas protegidas y el turismo basado en la naturaleza son una fuente importante de crecimiento económico. Por cada dólar invertido, la tasa de rentabilidad es 6 veces mayor.

Financiamiento: el agente catalizador de soluciones para la biodiversidad

Reorientación de los flujos financieros: hacer más verde el financiamiento y financiar iniciativas verdes

El financiamiento es el agente catalizador de estos proyectos transformadores. El Grupo Banco Mundial se encuentra en una posición única para movilizar instrumentos financieros dirigidos a inversiones con un enfoque inteligente en relación con la naturaleza. Eso significa "hacer más verde el financiamiento" teniendo influencia en los encargados de formular las políticas para desviar las inversiones existentes de las actividades que degradan el medio ambiente y los ecosistemas hacia las que los protegen. También implica "financiar proyectos verdes" creando productos totalmente nuevos e inéditos, específicamente para inversiones en biodiversidad.

Para alcanzar los objetivos mundiales en materia de biodiversidad, se necesitarán USD 700 000 millones en financiamiento anual para fines de conservación a lo largo de la próxima década. En la actualidad, el mundo gasta entre USD 120 000 millones y USD 140 000 millones.

Las tierras secas de Asia central son una de las zonas del mundo que se degradan más rápidamente y más vulnerables al clima. Las condiciones naturalmente áridas de Uzbekistán se han agravado debido a las presiones de la actividad humana, como la intensificación de la agricultura comercial y la explotación forestal. El suelo está degradado, y ello agrava aún más la erosión y la pérdida de vegetación, y aumenta la fragilidad en toda la región.

Con una combinación de financiamiento en condiciones concesionarias de la Asociación Internacional de Fomento (AIF) del Banco Mundial, el Fondo de Asociación de Corea y el Banco Mundial y la Alianza Mundial para Paisajes Sostenibles y Resilientes, Uzbekistán tuvo acceso a capital con tasas inferiores a las del mercado para implementar y ampliar un programa de gestión sostenible del paisaje (i). Esto se diferencia de los modelos de financiamiento tradicionales, que son demasiado costosos para los países de ingreso bajo y mediano. En la actualidad, Uzbekistán ha aumentado su resiliencia frente a la mayor desertificación, la degradación de los paisajes y el cambio climático.

En la transición hacia una economía inclusiva, sostenible y más adaptable, se necesitan instrumentos financieros innovadores.

Alrededor del 96 % de los rinocerontes negros desaparecieron debido a la caza furtiva entre 1970 y 1992. Anteriormente, se podían encontrar en la mayor parte de África subsahariana, pero en la actualidad el 98 % está presente en tan solo cuatro países. Esto no es solo una tragedia de la vida silvestre; es una tragedia para ecosistemas enteros. Los rinocerontes son una "especie de categoría general": conservarlos, al igual que los espacios que necesitan para sobrevivir, garantiza la supervivencia de miles de plantas y animales que viven en el mismo hábitat.

Para detener, y revertir, esta tragedia, el Banco Mundial puso en marcha el primer bono de conservación de la fauna y la flora silvestres (i). El bono por valor de USD 150 millones canaliza flujos financieros hacia la conservación de la vida silvestre y las comunidades locales. Los esfuerzos de conservación en los parques de vida silvestre tienen como objetivo proteger y aumentar las poblaciones de rinocerontes en grave peligro de extinción. Uno de sus cobeneficios es el fortalecimiento de los servicios ecosistémicos, como el agua potable y los hábitats para los polinizadores que ayudan a la industria local de los cítricos.

El bono de conservación de la fauna y la flora silvestres es un modelo de inversión basado en los resultados; genera empleos a nivel local relacionados con la conservación, y los inversionistas obtienen rentabilidad si se consiguen las metas de aumentar la población de rinocerontes. La iniciativa ajusta el capital privado con las necesidades de desarrollo. Se puede replicar y ampliar para canalizar más capital privado hacia otras actividades de conservación, medidas climáticas y objetivos de desarrollo en todo el mundo.

Las soluciones a la crisis de la biodiversidad son ilimitadas como la imaginación. Con instrumentos financieros igualmente creativos, es posible idear nuevas soluciones.

Las islas del Caribe oriental han sufrido importantes retrocesos financieros como consecuencia de la disminución del turismo debido a la COVID-19. Mientras trabajan para reconstruir sus economías, el Banco Mundial está junto a ellas. Con donaciones y financiamiento en condiciones concesionarias por valor de USD 60 millones, el Banco ha establecido el proyecto Unleashing the Blue Economy of the Caribbean (Liberar la economía azul del Caribe), una iniciativa destinada a ayudar a varios países del Caribe oriental a catalizar el potencial económico sostenible de sus recursos marinos y costeros vivos.

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Con la utilización de un enfoque integral y multisectorial, las islas de Granada, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas se están uniendo para llevar a cabo una transición estratégica hacia el turismo azul. El turismo es el elemento central de la economía del Caribe oriental y genera el 50 % del PIB regional y el 40 % del empleo.

Para respaldar esta transición, el Banco Mundial elaboró un paquete de financiamiento de múltiples asociados, en la forma de préstamos por valor de USD 38 millones para los tres países, combinados con una donación de USD 1 millón del fondo fiduciario de múltiples donantes PROBLUE (i) para cada país. También se otorgó un financiamiento de USD 9 millones (USD 8 millones del Banco Mundial y USD 1 millón de PROBLUE) a la Organización de Estados del Caribe Oriental (i) para iniciativas regionales integradas.

El financiamiento ayudará a estos países a avanzar hacia un modelo turístico más sostenible, de mayor valor y resiliente dirigido a visitantes con conciencia cultural y ambiental. El nuevo enfoque se centrará en actividades que generen bajos impactos ambientales, conserven los recursos naturales y apoyen a las comunidades locales. Al mismo tiempo, estos países mejorarán las perspectivas de desarrollo económico y fortalecerán su resiliencia frente al cambio climático.

El Banco Mundial administra 70 fondos fiduciarios generales de múltiples donantes. PROBLUE (i), PROGREEN (i) y el Programa Mundial sobre Sostenibilidad (i) financian la labor transformadora relativa a los océanos y los paisajes, y la integración de las cuestiones ambientales y de sostenibilidad en la toma de decisiones de los sectores público y privado.

Proteger y preservar la biodiversidad del planeta es un pilar para el desarrollo económico y una inversión en la prosperidad futura. El Banco Mundial cuenta con herramientas, como la contabilidad del capital natural, para medir el valor de la biodiversidad y entender las ventajas y desventajas. También dispone de los instrumentos financieros para financiar soluciones basadas en la naturaleza que generarán tres beneficios: aumentar la biodiversidad, generar empleos locales que respaldan la protección del medio ambiente y promover la resiliencia ante el cambio climático.

Este año, el Banco Mundial trabajará para lograr resultados ambiciosos derivados de la COP15. La institución tiene claro que la naturaleza constituye la riqueza de los países pobres, por lo que debería situarse en el centro de los esfuerzos climáticos y en materia de desarrollo.

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