Chofer asesinado, Berni golpeado: Una política aislada de la realidad

La reflexión del abogado Pablo Giordano sobre el asesinato de un conductor de colectivos y las piñas al ministro bonaerense Sergio Berni.

Pablo Giordano

El episodio vivido el día de hoy contra el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, representa la materialización del hartazgo que posee la sociedad ante la inacción de la clase dirigente que está inmersa en un "mundo ideal" y ajena a la realidad emíirica que atraviesa el país. 

En lo personal no justifico la violencia de ningún tipo puesto que como hombre de derecho considero que la implementación de la misma nos conduce a un estado retrógrado como lo fue en su momento la "Ley de Talión" (ojo por ojo diente por diente), pero no puedo dejar de soslayar y entender la génesis, es decir el origen de la misma, que no es ni más ni menos que la bronca de aquellas personas a quienes unos malvivientes le arrebataron la vida de un amigo, compañero de trabajo, como era el chofer de colectivos verdadera víctima de la jornada de hoy.

Los dirigentes que encabezan los diferentes partidos políticos como así también las coaliciones que cada uno de estos integran, hoy por hoy se encuentran ajenos a la realidad empírica que atraviesa el país e inmersos en la fábula de un mundo ideal, ante lo que la sociedad está abriendo los ojos y dándose cuenta que el país necesita de personas comprometidas a dar un viraje constante y no meros espasmos.

En Argentina lastimosamente la política está siendo utilizada por algunos como una profesión y no como una vocación (como profesaba el gran economista y sociólogo alemán Max Weber), todo ello con el mero fin de que los aspirantes a cargos políticos lo hagan solo para enriquecer egos o por apetencias personales pero lejos de idear planes estratégicos o salidas alternativas a los problemas que acechan día a día a los ciudadanos a pie.

Merecemos de una vez por todas líderes que realicen un análisis FODA del estado, descubriendo cuáles son sus fortalezas, cuáles sus oportunidades, cuáles sus debilidades y cuales sus amenazas, delineando en base a ello un plan sistemático y sinérgico cuyo resultado final sea levantar el país de la debacle actual.

En conclusión queremos una dirigencia política que deje de inferir promesas signadas del prefijo quiero, sin hacer nada por ello... "quiero una argentina mejor", "quiero más trabajo", "quiero más gente que estudie", "quiero disminuir la inflación", quiero "eliminar la pobreza", "quiero combatir la inseguridad" y... ante esto es necesario refutar lo expresado por el prestigioso empresario chino Jack Ma: "Qué fácil es querer sin hacer".

 Hay que ponerse las pilas, puesto que una boleta la puede integrar cualquier ciudadano pero un Estado solo lo pueden mejorar personas comprometidas con la causa.

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