Dengue, paludismo y enfermedades autoinmunes: la curiosa red que los relaciona

El médico Eduardo Da Viá expone sobre el hilo conductor de enfermedades transmitidas por mosquito y su relación histórica. La necesaria erradicación del mosquito.

Eduardo Da Viá

Tanto el dengue, enfermedad producida por virus, como el paludismo producida por un protozoo, tienen como vectores a los mosquitos de distintas especies.

El vector es el intermediario en la adquisición de la enfermedad por los humanos: cuando el mosquito pica para succionar sangre de la cual se alimenta, arrastra consigo tanto a los virus como a los protozoos, y en la próxima víctima, al picarlo le transmite los agentes patógenos. El mosquito no sólo ignora que es portador de los agentes sino que no le producen ningún daño.

Es notable el hecho de que el paludismo sólo es transmitido por el mosquito de la especie Anopheles, en tanto el dengue lo es por el Aedes.

Los cuatro mosquitos más mortíferos del planeta.

La malaria o paludismo, es una enfermedad grave que tiene una mortalidad de alrededor de 600.000 decesos anuales a nivel mundial, no así el dengue que es menos grave pero tiene también mortalidad que afecta a las personas mayores y portadores de otros padecimientos que disminuyen sus defensas. En Mendoza no hay anopheles pero ya se han detectado Aedes, por lo que es imperioso cumplir con las normas que permanentemente anuncian los medios.

Pero el objetivo de este escrito es destacar una historia muy curiosa vinculada más al anopheles que al Aedes y que tuvo si se quiere un final feliz.

Durante la Segunda Guerra Mundial, en ocasión de enfrentarse japoneses y norteamericanos, en la llamada Batalla del Pacífico, los nipones empezaron con el pie derecho porque se habían preparado sin que lo supieran claramente los americanos. Primero el ataque sorpresa a Pearl Harbor que le significó pérdidas considerables de su poderío naval a estos últimos, y a continuación invadieron varias islas del Pacífico con el objeto de acercarse a futuros blancos muy distantes de las cuatro islas principales del Japón.

Recuperados del golpe inicial, los americanos pasaron de la defensa al ataque, y sabedores de la ocupación de las islas por los nipones llegaron a la conclusión que era indispensable conquistar esos enclaves lo que significaba desembarcar en islas muy bien defendidas para lo que procedieron primero a intensos bombardeos aéreos y luego la invasión por las tropas de infantería.

Loa sorpresa fue que los marines fueron recibidos no sólo por fuego enemigo, que aunque de menor intensidad dado los ataques aéreos, era significativo, sino que fueron atacados también por un enemigo desconocido, a la larga más letal que las balas japonesas: los mosquitos Anopheles infectados con malaria.

Se calcula que más de 600.000 efectivos contrajeron la enfermedad con una mortalidad superior a la causada por las armas.

Rápidamente reaccionaron ante esta inesperada amenaza, rociando las islas con DDT desde aviones ad hoc y recién las acciones militares propiamente dichas. Pero además les proporcionaron a los soldados comprimidos de una derivado de la quinina. Su extracción proviene del árbol de quino (Cinchona pubescens), a partir del componente químico alcaloide llamado quinina. El primer uso de este compuesto se remonta a 1630, cuando incas lograron curar a la condesa de Chinchón de una enfermedad febril, con un "polvo misterioso" extraído de la corteza del árbol que pasó a llamarse con el apellido de la condesa.

Cientos de años después, la industria farmacéutica inicia la producción en masa de drogas anti maláricas derivadas de la quinina. La cloroquina fue la primera droga comercializada en 1943 y fue la que se administró a las tropas americanas.

Por otra parte, el DDT insecticida de segunda generación sintetizado por primera vez en 1874, gracias a los estudios del científico suizo Paul Hermann Muller quien demostró la efectividad de la droga contra los mosquitos en 1939 y que la valiera el Premio Nobel de 1948.

Pero lo curioso aún estaba por verse; efectivamente, un numeroso grupo de militares que consumían cloroquina y que padecían de fiebre reumática, enfermedad autoinmune incurable hasta hoy, junto con el lupus eritematoso, comenzaron a experimentar notable mejoría de sus síntomas articulares, en especial el dolor.

La observación ha sido siempre una de las armas más poderosas de la Medicina, y fue por ella que alguien vinculó esta misteriosa mejoría con la ingesta de cloroquina.

La molécula fue perfeccionada con el agregado de un grupo químico dando lugar al nacimiento de la Hidroxicloroquina, hoy medicación universal y de por vida para los pacientes de artritis reumatoide y lupus con afectación articular.

Tiene la ventaja agregada del bajo costo y de la escasez de efectos secundarios lo que permite medicación crónica.

El Plasmodio, nombre técnico del protozoo causante de la malaria nunca se enteró que gracias a él, millones de humanos han cambiado radicalmente su calidad de vida.

Ni la malaria, ni el paludismo ni el dengue y muchas otras enfermedades transmitidas por los mosquitos, han sido eliminadas de la superficie terrestre, pero sabemos de qué se trata, cómo prevenirlas y cómo tratarlas; por ello es imprescindible cumplir con las normas difundidas por los medios en forma permanente, hoy se supo que ya hay tres pacientes con Dengue autóctono en Mendoza.

El mosquito está en nuestra ciudad y debemos evitar su reproducción. 

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