Agua

Para regar las fincas de Mendoza se utiliza el equivalente a más de 3 diques Potrerillos por año

Desde Irrigación explican las complicaciones que trae la gran cantidad de agua que trae el río Mendoza. El subdelegado del río Mendoza Marcelo Landini explicó los motivos por los cuáles el caudal del río ha aumentado de manera considerable y las consecuencias que esto trae aparejado.

Las maniobras realizadas en Potrerillos en los últimos días han traído un gran caudal de agua y algunas consecuencias en cuanto al suministro de agua potable, además de anegar viviendas en diferentes puntos que atraviesa el río Mendoza. El ingeniero Marcelo Landini, subdelegado del río Mendoza en Irrigación, dialogó con Jorge Fernández Rojas por Radio Jornada 91.9 y explicó la situación.

"Venimos de una sequía importante de 13 años escasos de agua. Este invierno tuvimos la suerte de que cambió la corriente y tuvimos nieve. Hace unos meses nos preguntaban porque el embalse Potrerillos estaba tan bajo, nos criticaban diciendo que estábamos en contra del turismo. Estaba todo programado, estábamos haciendo lugar porque seguramente íbamos a tener mucha agua en verano", explicó Landini.

Agregó que "no tenemos un exceso de agua, tenemos un año normal, pero con características especiales: tenemos una temperatura alta, que hacen que el embalse se llene a una gran velocidad. A partir de que Potrerillos esté lleno, toda el agua que viene tiene que salir por algún lado porque no tenemos cómo sostenerla".

Landini explicó que 'no hemos tenido embalse lleno en los últimos años' y que trae 'complicaciones': "La lógica es sacar el agua por las mismas estructuras que tiene el embalse. Parte de la generación del canal de aducción, que es por donde se saca el agua para generar energía, sale limpia, pero también usamos el descargador de fondo, la válvula de chorro hueco y otras estructuras que son de complemento", señaló el funcionario, explicando que el descargador de fondo es una estructura de seguridad para desaguar el dique a mayor velocidad: "En el fondo tenés los sedimentos que trae el río Mendoza, más al estar bajo tantos años. Al abrir las estructuras, el agua sale turbia, lo que complica el suministro de agua potable. Las tres prestadoras que suministramos (Aysam, Maipú, Luján) no han tenido falta de agua, pero al tener mayor turbidez cuesta un poco más el tratamiento".

En referencia a la situación que atraviesan los vecinos de San Roque, en Maipú, el funcionario explicó que 'han venido programando para no hacer daño, pero llega un momento que el agua sale por el vertedero del embalse': "Es la tercera estructura que tiene, que es ese embudo que se ve en el dique. Eso descarga en el río y genera que recibamos en Cipolletti, que es el dique distribuidor que tiene el río Mendoza, nos llegue una cantidad de agua que una parte la podemos meter, pero tiene un límite, sino inundaríamos dentro del sistema de riego. El resto hay que dejarlo pasar, abrir las compuertas y que se derive al río. El problema es que el río durante muchos años no ha tenido aportes, al principio no llegaba a ningún lado porque se insumía. Eso fue controlado, se verificó que el cauce estaba en buenas condiciones. Hay gente que se instala en los bajos del río y si alguna defensa se rompe o algo sale mal, terminamos anegando gente, que es lo que ha pasado en San Roque".

Landini explicó que, según los últimos estudios, el dique tiene una capacidad original de 415 hectómetros cúbicos y actualmente tiene 393: "Lo que hay que tener en cuenta es que un año de riego del río Mendoza son tres Potrerillos y medio. Un año normal son 1390 hectómetros cúbicos para riego y agua potable, significa mucho para esta cuenca". El funcionario también explicó las posibilidades de realizar una nueva contención en Uspallata, aunque marcó algunos impedimentos: "El proyecto está en ejecución, no es sencillo hacer embalses, de hecho, Mendoza en su historia no ha hecho tantos embalses. Uspallata nos daría una triple utilidad: embalsar un complemento para Potrerillos, una importante generación eléctrica y una protección a Potrerillos, ya que el agua no llegaría por el río y no tendría carga sedimentaria, porque vendría por los canales de aducción y el agua llegaría más limpia y la vida útil de potrerillos se ampliaría".

Dentro de los aspectos positivos, Landini marcó la llegada del agua al secano como 'algo lindo': "Ya preveíamos que íbamos a tener algo parecido a esto si aumentaban las temperaturas. La cosa buena es que podemos atender el ambiente, lo que normalmente no podemos atender. En épocas de escasez o sequía, la prioridad la tienen el agua potable y el agro y no llegamos a tratar los temas ambientales. Estamos cerca de llegar a la Laguna del Rosario, en la noche podríamos haber llegado. Es parte del sistema Guanacache y es el lugar en donde termina el río Mendoza".

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