Lesa Humanidad, jajajá
Palito Ortega participó en una fiesta organizada por un matrimonio de colaboradores de la última dictadura, uno de cuyos miembros, el marido, está con prisión domiciliaria. El planteo que hace el Dr. Carlos Varela Álvarez.
Argentina no es sólo misterio, pasión o un lugar complejo. Es un lugar que producen decenas de noticias dispares todos los días. Un lugar donde uno no se puede aburrir ni dejar de asombrarse.
Por cierto, no todas las noticias o novedades son pasibles de producir reflexiones. Esta me parece que sí.
Dice la prensa y no ha sido desmentido, que en la casa de un represor Jorge Olivera condenado a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad en San Juan y su esposa Marta Ravasi a quien un medio informativo refiere que también fue colaboradora de la dictadura cívico militar, el 3 de febrero celebraron los 50 años de matrimonio a toda orquesta con la compañía de Palito Ortega quien cantó todos sus memorables hits.
¿Por qué me llama la atención esta noticia? Por varias razones. La primera, el gesto obsceno de un represor que con perpetua se lo ve en bastante buen estado para estar en casa bajo prisión domiciliaria. Segundo por la impudicia de mostrarlo o que nos enteremos de esta fiesta personal. Las noticias dicen que el funcionario más importante hoy de la Justicia Federal de Mendoza, el Fiscal Dante Vega en su calidad de titular de la Oficina de Asistencia en causas por violaciones a los Derechos Humanos cometidas durante el terrorismo de Estado en Mendoza, y el fiscal general de San Juan, Francisco Maldonado, solicitaron medidas al Tribunal Oral Federal de esa provincia donde fue condenado.
Tercero la presencia de Palito Ortega y silencio personal y mediático respecto de él.
¿Cuánto salió la fiesta? ¿Quién la pagó? ¿Cuánto cobró Palito Ortega por asistir al festejo del represor? Aunque sean fondos privados, es importante, porque, ¿cómo es el manejo de plata de los condenados?
Jorge Olivera al ser condenado en el 2013 a cadena perpetua junto con otro represor Gustavo de Marchi se fugaron. Olivera fue recapturado el 30 de enero de 2017, mientras se encontraba escondido en el baúl de un auto en la casa de su familia en San Isidro.
La condena del 4 de julio de 2013 por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal sanjuanino a prisión perpetua comprobó más de 50 crímenes cometidos durante la dictadura militar. El juicio constituyó el primero de su tipo en aquella provincia.
En la fiesta, Gustavo de Marchi, quien también en el 2013 fue condenado a 25 años de prisión estuvo presente según las noticias.
Uno de los crímenes más conocidos de Olivera fue el que realizó contra la joven modelo Marie Anne Erize Tisseau detenida-desaparecida el 15 de octubre de 1976 en San Juan y que fue modelo profesional argentina, además de militante de Montoneros.
El represor Jorge Olivera consiguió que le dieran la prisión domiciliaria en el 2021 por la Cámara de Casación. La decisión la adoptaron los jueces Juan Carlos Gemignani y Eduardo Riggi. Se la otorgaron porque tenía más de 70 años y por "cuestiones humanitarias".
Ahora bien, la fiesta ha sido expuesta en las noticias y los repudios no se han hecho esperar. Así debe ser pues de lo contrario nos están tomando más que el pelo y ahora el Tribunal Oral de San Juan debe decidir si revoca ese beneficio o no.
Sin embargo, a mi lo que más me llama la atención por el silencio reinante de los organismos de derechos humanos, la cultura progresista, los movimientos femeninos, los referentes políticos y la prensa respecto de Palito Ortega, máximo ídolo popular de los 60 y creador de una familia de grandes y excelentes artistas.
Nada ha dicho Palito de su presencia en ese lugar. Palito fue gobernador de Tucumán compitiendo contra el represor Antonio Bussi, candidato a vicepresidente de la Nación acompañando a Eduardo Duhalde y Senador de la Nación. Es decir, como se dice ahora, Palito pertenece a la casta pura o paladar negro.
No es un improvisado en política y el mundo cultural agradece todo lo que hizo por Charly García para su recuperación. Esa aureola, considero, no alcanza para justificar la presencia suya en esa celebración que él animó.
Ahora bien, tampoco ha habido entrevistas para que lo explique ni repudios por su actuación junto al represor y su esposa. Silencio total. A la prensa no le interesa, la pondrá incómoda quizás.
Ni Olivera ni Ortega son personas desconocidas, por el contrario, ambos personajes públicos. Uno un criminal de los más graves delitos que se puedan cometer el otro un cantante popular con prestigio.
La página oficial de Ortega sólo indica recitales y biografía del ídolo (http://www.palitoortegaoficial.com/).
Una vara absolutamente distinta ha acontecido en los medios y referentes culturales y sociales por lo que dijeron durante el festival de Cosquín varios artistas respecto de opiniones, insultos y diatribas del presidente Milei contra Lali y otros artistas, de quien debiera preocuparse más de la inflación y la desigualdad que afronta y padecen millones de habitantes.
Todos elogiamos el derecho y la libertad de expresión, y se condena el abuso de poder en cae el actual presidente con esas conductas claramente autoritarias, pero en Cosquín nadie repudió ni a Olivera y mucho menos a Palito.
Creo importante detenernos en esta noticia, no es cualquier cosa, son los valores los que están en juego y las doble varas.
Aunque sea un ídolo, aunque debamos ser agradecidos a Palito por todo lo que ha hecho, esta vez se equivocó. No sólo hizo feliz a un represor y sus selectos invitados, sino que lo hizo dentro de la casa donde cumple la prisión por sus condenas donde cantó y bailó sin memoria, sin culpa.
Como dice la vieja canción de la Bersuit, aunque se refiera a otro contenido, "devolvé la bolsa" Palito, a un comedor, a una escuela, a una asociación civil honorable son mejores destinatarios que tus bolsillos. Es plata quemada y pide disculpas no a nosotros, sino a los que siguen en las sombras sin ser hallados o quienes siguen buscando sin respuestas, las que seguramente Olivera tiene y sabe tanto como la letra de tus canciones.