Análisis

¿Argentina va a la guerra?

Javier Milei decidió el alineamiento con Israel y, más rápidamente que Carlos Menem, definió que no hay que ser neutrales en este conflicto. Multiplicidad de frentes que deberá afrontar en su gestión, dentro y fuera del país.

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

El gobierno de Javier Milei se alineó con Israel ante el ataque de Irán en represalia por el asesinato del general de la Guardia Revolucionaria iraní Mohamed Reza Zahedi. ¿Argentina está en guerra? En lo formal no (debería decidir el Congreso si se interviene física y concretamente con poderío militar); en lo informal (y político) sí: Milei considera que nuestro país no puede ser neutral en lo que considera "la Tercera Guerra Mundial".

La Presidencia se alineó con Israel: "Argentina siempre estará de su lado"

El primer ataque directo de Irán contra Israel -sin enviar a hacerlo a grupos terroristas afines, esta vez- ya involucró a naves de Estados Unidos y el Reino Unido de Gran Bretaña y puso en alerta al mundo. Y Argentina no está para neutralidades, de acuerdo a los sucesos de la historia:

- Los atentados contra la Embajada de Israel y la sede de la AMIA fueron perpetrados en territorio argentino por agentes guiados por Irán.

- En Israel, recientemente, el ataque sorpresa realizado por los grupos terroristas en el que tomaron rehenes, tuvo a argentinos como la mayor cantidad de víctimas no locales.

Los sucesos de Oriente Medio suceden ahora justo cuando el presidente Milei junto a su ministro de Defensa, el mendocino Luis Petri, se dirigían a Dinamarca a comprar aviones de combate. Y un dato que poco rebotó, pero que sigue en agenda: se estaba programando un encuentro en junio en Italia con el presidente de Ucrania, Volodmir Zelenski, en el que Argentina le ofrecería respaldo militar en su enfrentamiento con Rusia.

Argentina duplica la apuesta y pedirá ser "socios globales" de la OTAN

Milei no irá a Dinamarca. Petri sí. En el mismo viaje Argentina pedirá ser "socio global" de la OTAN por lo que toda esta serie de antecedentes dados en solo cuatro meses del nuevo gobierno no solamente representan un reposicionamiento del anterior eje del peronismo, amigo de China, Rusia y el Venezuela, y que intentó perdonarle a Irán sus ataques a la Argentina.

De tal modo, ya está claro que Milei coloca al país en una situación de partícipe del conflicto, ya sea naturalmente o como sobreactuación, cualquiera sea la lectura que se haga de su rol.

En lo interno, habrá consecuencias, y no necesariamente bélicas, más allá de que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich ya ordenó reforzar la seguridad de posibles blancos del terrorismo internacional. Se sabe que la escalada de la guerra y el involucramiento global, moverán una vez más los precios del petróleo, entre otros, por lo que sumará conflicto adentro del país, que está en plena efervescencia por la situación económica y en una pulseada política multipolar para conseguir las leyes que el gobierno de Milei cree fundamentales para poder gobernar.

Una vez más hay que vincular a Milei con lo que fue el paso de Carlos Menem por el poder, cuando se alineó con EEUU en su batalla contra Irak para liberar a Kuwait. Cabe recordar algo central: en principio, y a pesar del alineamiento del gobierno de Menem con todas las iniciativas en la ONU del gobierno de Bush, se mostró renuente a la guerra. Finalmente se plegó y creó el Operativo Alfil.

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Era 1990 y la Cancillería era dirigida por Domingo Cavallo. El 16 de septiembre, Menem señaló que su gobierno enviará tropas al Golfo Pérsico sin ningún tipo de consulta "si el objetivo perseguido es consolidar la paz". En ese caso, anunció que "sólo consultaré a sectores de la comunidad. Pero si se tratara de tropas de intervención (...) tendría que resolver el Congreso". Hasta ese momento, el discurso del Gobierno había consistido en afirmar que no se enviarían fuerzas militares si no lo pedían las Naciones Unidas, pero el presidente no aludió en sus declaraciones del 16 de septiembre a la ONU cuando admitió la posibilidad de que "tropas para consolidar la paz" -integradas sólo por oficiales y suboficiales- sean despachadas sin consulta legislativa.

Argentina ahora espera definiciones más precisas, con la política expectante, todavía. La primera voz de alerta es la de Elisa Carrió, que no tiene centralidad política, pero que alerta con fuerza sobre los efectos internos de ser parte del conflicto mundial. Dijo: "Hoy más que nunca Irán es un estado terrorista. Es preciso proteger a la comunidad judía en la Argentina. Agentes iraníes nos rodean y circulan, con impunidad, por Bolivia, Paraguay, Uruguay y Argentina. Lo sabía Nisman y lo sabemos todos".

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