James Dorn

Las lecciones del 2001: volver a leer el libro de James Dorn

El texto introductorio y el acceso al libro "Crisis financieras internacionales,¿Qué rol le corresponde al gobierno?", con un ensayo de Ricardo López Murphy. Para revisar en esta época.

Para que continúen los flujos de inversión en las economías emergentes,es necesario encontrar nuevos medios de previsibilidad en la resolución dela deuda soberana insostenible. Pero ¿esto se impondrá por decreto o surgirá de las fuerzas del mercado? ¿Volverá el FMI a su mandato original oampliará su dominio y control sobre las naciones en desarrollo y los mercados? [...] El resultado determinará la riqueza y el bienestar de los países endesarrollo del globo.Adam Lerrick y Allan Meltzer (2002: 1) 

El problema de la credibilidad 

El empobrecimiento causado por las promesas incumplidas por parte delos gobiernos que no protegen los derechos de propiedad, no respetan loscontratos ni restringen la carga impositiva y los gastos a niveles prudentes semanifiesta en la frecuencia de las crisis financieras en las economías de losmercados emergentes. El impactante default de la Argentina en diciembre de2001 y la crisis brasileña en 2002 son apenas dos de los ejemplos más recientes de cómo las malas políticas gubernamentales socavan la confianza ydestruyen la riqueza. 

Después de que el gobierno argentino no cumplió con el pago de la deuda, rompió su promesa de convertir pesos en dólares a la vista, devaluó lamoneda, negó el libre acceso a los depósitos bancarios y, más recientemente, impuso controles al capital, ¿qué inversionista podría confiar en el futurode ese país -o en el de Brasil- ante la ausencia de reformas políticas y económicas fundamentales?La negativa del Fondo Monetario Internacional de rescatar a la Argentina fue la aceptación de que era imprescindible encontrar un nuevo procedimiento para hacer frente a las crisis de deuda soberana, las cuales están íntimamente ligadas a las crisis bancarias y monetarias. Para contenerlas y prevenirlas se requiere que los gobiernos sigan políticas transparentes pro mercado que no puedan ser anuladas con facilidad. Es necesario que haya uncompromiso a largo plazo con el libre comercio, el imperio de la ley y lamoneda sana: de no ser así, los inversores globales llevarán sus capitales aotra parte. Al no pagar su deuda y devaluar su moneda, el gobierno argentino destruyó la confianza que había establecido y aumentó los costos deatraer futuros fondos de inversión. 

A pesar de que el FMI ha invertido miles de millones de dólares en lospaíses emergentes desde la crisis del peso mexicano de 1994-1995, subsisteel problema de la credibilidad: esto es, cómo crear un marco institucional enel que los gobiernos "no generen problemas", de modo que los mercadospuedan aumentar el crecimiento económico y la estabilidad. Este punto y lapregunta acerca de si la intervención del FMI puede mejorar o no las soluciones potenciales de mercado para las crisis de deuda soberana, fueron eltema central de la XX Conferencia Monetaria Anual del Cato Institute-"Crisis financieras internacionales: ¿qué rol le corresponde al gobierno?"-,el 17 de octubre de 2002, auspiciada por The Economist, con la colaboraciónde la Fundación de la Familia de Donald y Paula Smith. Todos los artículosde este volumen, con excepción del de Ian Vásquez, fueron presentados en laconferencia monetaria de 2002.

Lecciones de la crisis de la deuda argentina 

En diciembre de 2001, el gobierno argentino declaró el default de sudeuda de US$ 95 mil millones, la mayor crisis de deuda soberana de la historia. Más tarde, el valor del tipo de cambio del peso cayó el setenta porciento en relación con el dólar, los depósitos bancarios fueron congelados yla economía se redujo al nivel de 1993, en tanto más del cincuenta por cientode la población caía por debajo de la línea de pobreza (Casey, 2003: A2; Lerrick y Meltzer, 2002: 1). Los artículos de Ricardo López Murphy et al.,Allan Meltzer, Charles Calomiris y Steve Hanke tratan las causas de la crisisy las lecciones que podemos aprender de ella. 

El ex ministro de Economía, Ricardo López Murphy, y sus colegas Daniel Artana y Fernando Navajas, de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas, de Buenos Aires, hacen un detallado informe de lacrisis económica argentina de 2001-2002. Consideran que las causas básicasde la crisis de la deuda son el gasto público excesivo (financiado en granparte por la deuda externa denominada en dólares), la falta de liberalizacióndel comercio y la inestabilidad política. 

Por otra parte, la rigidez de preciossalarios lentificó los ajustes a los shocks externos y aumentó el desempleo.A pesar de que el gobierno federal había tomado importantes medidas pararevitalizar la economía en la década de 1990, éstas fueron insuficientes. LaArgentina aún carece de un compromiso confiable respecto de límites al gobierno y la apertura de mercados. Los autores señalan la reducción generalizada de los derechos de propiedad que se produjo cuando el gobierno obligóa los bancos a ampliar el crédito para cubrir el creciente déficit fiscal, pusofin al dólar fijo del sistema de convertibilidad, emitió cuasimonedas para solventar las operaciones del Estado, bloqueó las cuentas bancarias, no cumpliócon el pago de su deuda internacional y, por último, devaluó el peso. Hastaque en la Argentina no se lleve a cabo una reforma política seria, no puedehaber ninguna seguridad de que habrá estabilidad y crecimiento en el futuro. 

Los autores sostienen, en concreto, que tiene que haber un "fin abrupto ypermanente de la manía argentina de incurrir en déficit fiscales, ocultarlos ydespués sufrir las consecuencias de un gobierno que desconoce sus compromisos".Allan Meltzer, director del Centro Gailliot de Políticas Públicas de laUniversidad Carnegie Mellon, y ex director de la Comisión de Asesores dela Institución Financiera Internacional (IFIAC, según sus siglas en inglés)hace hincapié en que la crisis de la deuda argentina se debió a una falla delgobierno y no del mercado: "El gobierno no llevó a cabo ninguna de las reformas necesarias para la recuperación". Al igual que López Murphy et al.,Meltzer argumenta que "sin reforma política, hay pocas posibilidades de quese cumplan las nuevas promesas". Y, al igual que McDonough, Meltzer estáa favor de un enfoque basado en el mercado para enfrentar las crisis de deuda soberana, además de la utilización de las cláusulas de acción colectiva(CAC) en títulos de deuda (véase Lerrick y Meltzer, 2002).Si se hace necesaria la participación del FMI, éste deberá desempeñar"un papel de apoyo al mercado", esto es, ayudar a crear un mercado líquidopara la deuda soberana. El gobierno argentino canjearía la deuda vieja porbonos nuevos que contengan las CAC, y el FMI estaría dispuesto a comprarlos bonos existentes a un precio mínimo fijado presuntamente por debajo dela oferta de mercado, dadas las expectativas de reformas futuras.1 Una vezresuelta la crisis de la deuda, el capital privado ingresará en la Argentina sólo si se logra convencer a los inversores de que la reforma es real. Para Meltzer, esto significa instituir "el imperio de la ley, políticas fiscales prudentes sistemas bancarios sólidos y regímenes viables de tipo de cambio". 

El FMIno lo puede hacer, sólo la Argentina puede.Charles Calomiris, profesor de Economía de la Universidad de Columbiay ex miembro de la IFIAC, pone a consideración cinco lecciones sobre políticas que surgen de las crisis de la deuda argentina y brasileña: 

1. La política fiscal define, en última instancia, la política monetaria enlos países emergentes que no cuentan con un banco central confiable.La monetización de la deuda es siempre peligrosa. 

2. Sin estabilidad política, no hay garantía de estabilidad bancaria, incluso en un sistema bancario bien reglamentado. En tiempos de crisis,el valor neto resultante de prácticas bancarias sanas y sólidas puedeser confiscado por funcionarios del gobierno para servir a sus propiosintereses, tal como hizo en la Argentina el zar de la economía Domingo Cavallo cuando obligó a los bancos a financiar la deuda gubernamental. 

3. El FMI no debe tratar de evitar los defaults de deuda soberana cuando están justificados. Los rescates proporcionan incentivos equivocados e impiden las soluciones de mercado. 

4. El grado de libertad económica es una medida más significativa de lacapacidad de endeudamiento de un país emergente que la relación entre deuda soberana y PBI. Las normas fiscales que limiten el gasto público y que impidan que los impuestos destruyan la actividad productiva, así como una política de comercio liberal, son los determinantesclave de la capacidad de un mercado emergente para pagar la deuda. 

5. El contagio es "selectivo", en el sentido de que las malas políticas deun país emergente pueden afectar de modo adverso a otro mercadoemergente sólo si ambos países aplican políticas similares. 

-Leé el libro completo online haciendo clic aquí.

Esta nota habla de: