Qué pasará con la deuda, según la visión de seis economistas
Los especialistas analizaron la situación de la Argentina en default técnico y lo que puede suceder de acá al 2 de junio, nueva fecha límite para llegar a un entendimiento con los acreedores.
La llegada a un acuerdo entre el Gobierno y los acreedores por la reestructuración de la deuda externa podría llegar "en el corto plazo", según manifestaron algunos economistas, luego de que se fijara el 2 de junio como un nuevo límite para llegar a un entendimiento.
El viernes el ministro de Economía, Martín Guzmán, expresó que existe una "comprensión mutua cada vez mayor" entre el Gobierno y los acreedores y que, si bien "todavía hay una distancia importante que recorrer", lo más importante es que "todos los lados permanecen en la mesa para encontrar una solución".
"Seguramente el 2 de junio se pueda llegar a un entendimiento de entre el 50 y el 60 por ciento de la masa a reestrucutrar. Eso sería un paso inicial muy significativo para luego, en un par de meses más, terminar de alcanzar las mayorías en cada bono para un canje completo", aseguró Ricardo Delgado, director de la consultora Analytica.
En ese sentido, afirmó que "está claro que el Gobierno ha dado muestras de flexibilizar su oferta" y que "la Argentina y los acreedores han entendido que una situación de default abierto y una ruptura de negociaciones es el peor escenario para ambas partes".
Matías Rajnerman, economista Jefe de Ecolatina, aseguró: "En el corto plazo se va a poder llegar a un acuerdo. El mercado está descontando eso con la baja del Riesgo País, la suba de los bonos y la estabilidad cambiaria".
Para Guido Lorenzo, director de LCG Consultora, "lo más razonable sería que se esté cerca de cerrar un acuerdo" con una propuesta de "entre 53 y 57 dólares" por cada 100 lo cual "si bien no es una quita del 65% como la primera oferta del Gobierno, sí es importante".
"Seguramente se resuelva en los próximos días y van a quedar holdouts que, de a poco, se pueden ir sumando. Es importante que ingresen primero los de los títulos de (Mauricio) Macri ya que, como tienen las clausulas de acción colectiva más baja los de la reestructuración de 2005 y 2010, van a arrastrar a los demás bonistas", dijo Lorenzo.
En lo que respecta a los cambios que hará el Gobierno a su propuesta inicial, sostuvo que "sacar la quita de capital sería lo adecuado" y que "no debería ofrecer demasiado cupón (de interés) porque eso repercutiría en el alivio de la deuda a largo plazo, comprometiendo la sustentabilidad de la deuda a futuro".
Eva Sacco, economista del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), sostuvo que "es posible que se cierre el acuerdo" y que el eje de la discusión pasará por el período de gracia que demandó el Gobierno en su primera oferta.
"Algún tipo de oferta como, por ejemplo, comenzar el pago de capital o intereses en 2022 la vuelve muchísimo más atractiva, aunque ofertas más atractivas para los bonitas vuelven más difícil el afrontarlas a futuro", sostuvo Sacco.
Sin embargo, la economista del CEPA marcó que, de resolverse este escollo, el eje pasará por el vencimiento de la deuda con organismos multilaterales que habrá que afrontar en los próximos años.
"En 2022 vence mucha deuda de organismos multilaterales. El objeto del gobierno es diseñar la oferta más atractiva posible sin que la misma se vuelva en contra nuestra a futuro. Lo cual no es fácil", aseguró.
Por su parte, el analista Christian Butteler sostuvo que "tarde o temprano, la deuda va terminar arreglándose" y que hoy "la pelota está en la cancha del Gobierno" ya que "en la medida que se acerque a las contraofertas habrá chances de cerrar antes".
"Es una pena que se haya desperdiciado tiempo y que se haya caído en default. Eso no ayuda en nada", lamentó Butteler, para quien ahora se corre el riego de que algún fondo pida la aceleración de los pagos, lo cual "cambiaría absolutamente todo" y pone a la Argentina en una posición " de mucho menos ventaja"
En esa misma línea opinó Leandro Marcarian, economista jefe de Fineco advisors, para quien hoy existe "una carrera contrareloj" antes del próximo vencimiento de deuda a finales de junio y "en la medida que no se encuentre un punto intermedio, la posición del Gobierno se debilita", agregó
"Cuanto más cerca estamos de un nuevo vencimiento más presión hay sobre le gobierno para acordar. Los bonistas están en una situación más cómoda", aseguró.