Somos cosecha tardía
El tajante olvido institucional que cae como sombra sobre quienes brindaron un servicio y luego pasaron al olvido debido a la jubilación. Una aberración a revisar. De eso se ocupa hoy el Dr. Eduardo Da Viá en su estimulante columna.
La cosecha tardía es un término que se refiere a los vinos que se elaboran a partir de uvas que se dejan en la vid más tiempo de lo normal.
Las uvas de cosecha tardía tienen más azúcar en relación con el agua, por lo que el vino resultante es dulce.
Se deshidratan de forma natural en la vid, por lo que son similares a las pasas.
Eduardo Da Viá: "Nosotros no le importamos al tiempo, somos nosotros quienes le damos importancia"
Los vinos de cosecha tardía son dulces de postre, son vinos naturales, pueden tener aromas a frutos rojos y florales y ser tintos o blancos.
Se corta la fermentación, por lo que parte del azúcar se transforma en alcohol y otra parte queda como azúcar residual.
Los vinos de cosecha tardía son ideales para acompañar postres y quesos fuertes.
Se pueden consumir tanto al principio como al final de la comida.
Mucho se preguntarán a qué viene esta entrada sobre un tema seguramente muy conocido en el mundo del vino, hoy muy amplio y variado especialmente en Mendoza, primera productora nacional y que cuenta con excelentes enólogos, surgidos ya sea de la Facultad de Agronomía o de la Universidad Tecnológica Nacional en calidad de tecnicatura.
No, no he de referirme en este ensayo al tema enológico, sino que se me ocurrió utilizar la expresión "cosecha tardía" como metáfora de los homenajes postremos que sabemos recibir algunos profesionales de edad avanzada y olvidados durante años por las instituciones que nos permitieron graduarnos a nivel terciario.
Soy egresado en calidad de abanderado, de la Escuela Daniel Videla Correas, en el año 1952.
El 20 de abril 2013 y con motivo de conmemorar el centenario de la escuela la comunidad educativa de dicho establecimiento realizó un acto del que participó la titular de la Dirección General de Escuelas, María Abrile de Vollmer, el director de nivel Inicial, Walter Berenguel y la inspectora General de la DGE, Laura Abraham.
La institución educativa cambia su nombre el 13 de marzo de 1915, desde entonces comenzó a llamarse Daniel Videla Correa, en homenaje a quien fue un hombre público de Mendoza que tuvo como norma de su vida el cumplimiento del deber.
¿Y si la edad no fuera la unidad con la cual medir la vejez?
Desde mi egreso y hasta ese festejo, habían transcurrido nada menos que 61 años durante los que la Escuela jamás organizó algún tipo de reunión aunque más no sea en recuerdo de los alumnos desaparecidos, ni tampoco fuimos convocados los exalumnos para participar de los festejos patrios anuales que tienen lugar durante el año lectivo.
En ocasión de celebrar el centenario, varios exalumnos nos autoconvocamos para colaborar en lo que estuviera a nuestro alcance.
Particularmente se me ocurrió acercarme al colegio para solicitarle la lista de abanderados y escoltas que por sus queridas aulas habíamos transitado como así también la de los directores que había tenido la institución.
Todavía recuerdo la cara de asombro de la secretaria con quién hablé al escuchar semejante petición y me dijo -No, señor no tenemos ningún registro, tendría que ir a la Dirección General de Escuelas donde tal vez tengan algo, pero son muchos años.
Solo para comparar:
Archivo General de Simancas
Es el archivo más antiguo del mundo y contiene documentos de los años 1476 a 1800.
Archivos Nacionales de Egipto
Se fundaron en 1828 en El Cairo.
Se construyeron para recopilar documentos escritos del Estado.
Se convirtieron en un almacén del patrimonio nacional egipcio.
Archivos del Vaticano
Se remontan al siglo III, con San Antero en el año 235.
Se consideran entre los archivos mejor organizados del mundo.
Los Archivos Nacionales de Francia se fundaron en 1794.
El Public Record Office británico se fundó en 1838.
En 1785 nacía por deseo del rey Carlos III el Archivo General de Indias con el objeto de reunir en un solo lugar los documentos referentes a Indias hasta entonces dispersos en Simancas (Valladolid), Madrid, Cádiz y Sevilla. El impulsor del proyecto fue don José de Gálvez, secretario de Indias, y el ejecutor del mismo fue el académico e historiador don Juan Bautista Muñoz, cosmógrafo mayor de Indias. El espléndido edificio, la Casa Lonja de Sevilla, que se construyó en época de Felipe II sobre planos de Juan de Herrera sirve hasta hoy como sede del Archivo.
Acerca del juramento hipocrático
Desde 1785, y en distintas remesas, se van incorporando los fondos de las principales instituciones indianas: el Consejo de Indias, la Casa de la Contratación, los consulados, las secretarías de Estado y de Despacho hasta convertir el Archivo en el principal depósito documental para el estudio de la Administración española en el Nuevo Mundo, o, como se ha dicho hasta hacer de ello un tópico, hasta convertir el Archivo General de Indias en «la meca del americanismo».
En Europa y EEUU tienen registros de siglos, aquí sólo de los campeonatos de fútbol.
Pavoroso.
La segunda institución a la que asistí, esta vez en ciclo secundario, el Liceo Militar General Espejo, el polo opuesto.
No solo tiene registro de todos los cadetes, sino que en la pared frontal del área de dirección existen placas de bronce con los nombres de los egresados de cada promoción y además se festeja cada aniversario con una ceremonia de tinte militar incluido el consabido desfile con Bandera y Banda, donde viejos egresados marchan con ayuda de sus bastones.
Un emocionante ejemplo.
Los estudios universitarios los realicé en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Cuyo, fundada 26 de diciembre de 1950. Yo egresé en 1966 y en ese muy breve período se había desarrollado de tal manera que sus egresados, entre lo que me contaba, lo hacíamos con una capacidad competitiva con los de la Universidad de Nueva York. Esto me consta por cuanto en 1970, cuatro años después de mi graduación fui a hacer un Internado de Cirugía en la ciudad de Buffalo, EEUU, cuya facultad era subsidiaria de la de Nueva York y pude comparar niveles: similares o superiores.
Hasta aquí todo bien, pero con mucho pesar debo decir que desde el mismo momento del egreso no tuvimos una sola reunión de egresados propiciada por la institución, al solo efecto al menos, de vernos las caras.
"La virtualidad en la docencia trae aparejado otro peligro: la virtualidad en el estudio"
Peor aún, fui docente desde mi época de estudiante y hasta el nivel de profesor Asociado de Clínica Quirúrgica, total 46 años.
Una vez jubilado "de facto solo por edad", nunca más la Facultad se ocupó de sus docentes, caímos en un total olvido institucional; podría haber celebrado las bodas de plata o de oro de cada promoción, o una reunión anual en recuerdo de los desaparecidos, etc.
Nada.
Por eso me hice orgulloso exalumno de mi VIEJA FACULTAD.
Antes de mi jubilación como docente, en el año 2002, tuvimos el honor de recibir la visita del Prof. Dr. Jurgen Nordestrom, Decano de Educación Médica del Instituto Karolinska de Suecia.
El objeto de la visita fue interactuar con todos los miembros docentes de Clínica Quirúrgica, a fin de ofrecer una beca para una visita de un mes al mencionado y tan prestigiado Instituto.
En total éramos 76 docentes candidatos para viajar, pero de la observación y los diálogos, resultamos elegidos el Pro. Dr. Héctor Perinetti (QEPD) y el que suscribe, a la sazón también profesor de cirugía.
Viajamos en mayo de ese año y la estadía fue magnífica, recibimos toda clase a de atenciones a la par que la beca otorgada a cada uno suplía holgadamente las necesidades tanto de alojamiento como comidas y transporte.
Eduardo Da Viá, médico desde siempre: "Primero, el paciente; después, los honorarios"
Tuvimos el honor de demostrar que, desde el punto de vista quirúrgico, no teníamos nada que envidiar, pero si del resto: estado de los edificios hospitalarios, disponibilidad de insumos de última generación, cumplimiento matemático de horarios, amplios y alegres estancias de descanso entre cirugía y cirugía con servicio de cafetería sin salir del área quirúrgica etc.
El objetivo perseguido para el gobierno sueco fue ampliar sus conexiones de ultramar en el ámbito médico y en especial la cirugía, por cuanto es sabido que la Argentina siempre se destacó por tener excelentes cirujanos.
Un honor procedente de un país extranjero
Cuando me jubilé como Jefe de Departamento del Hospital Diego Paroissien de Maipú, fui objeto de una muy emocionante reunión de despedida organizada por el personal y bajo el acicate de la Dra. Dora Ramos (desaparecida) y del Dr. Mario Grippi.
Pasaron los años y luego de jubilarme me bauticé como escritor, actividad sumamente gratificante, por cuanto es la gente quien lo lee a uno y quien juzga el valor de lo escrito.
Esa nueva actividad, donde mi condición de médico aflora permanentemente, me llevó al plano público en buena medida mediado por el Diario Memo y su alma mater Gabriel Conte que se animaron y siguen haciéndolo a publicar mis escritos.
Así fue como hace aproximadamente 5 años recibí una invitación del entonces presidente del Rotary Club Norte, Dr. Alberto Abramovich, para dar una charla filosófica en su sede; lo mismo sucedió con el Rotary Club Godoy Cruz en el año 2019 bajo la Presidencia del Dr. Mario Grippi, y finalmente en el año 2023, la misma institución me honró con el RECONOCIMIENTO S.A.T.O. (SERVICIO A TRAVÉS DE LA OCUPACIÓN) y por "Dar de Sí, antes de pensar en Sí".
No soy rotario y no tramité las distinciones, como suele ocurrir.
La pérdida de la capacidad de introspección
Por último, y ya en lo inmediato tuve el honor de ser entrevistado en mi propia casa por Gabriel Conte en un mano a mano sin temática previa, pero sí sobre medicina, y el martes último pasado nuevamente a través del programa "Tenés que Saberlo", que se transmite en vivo por radio 92.1 y You Tube, esta vez sobre un tema más filosófico que médico: ¿Es el tiempo buena medida para determinar la vejez?
En definitiva los reconocimientos y distinciones no emergieron de las instituciones en las que me formé (Excepto Liceo Militar General Espejo) y a las que luego serví durante muchos años en cumplimiento de mis vocaciones: Medicina y Arte de Escribir.
No, todo surgió de la GENTE, de la que me ocupé de ayudarlos como médico y de contribuir a su ilustración como escritor y sorprendentemente de instituciones extrajeras, como el mencionado instituto sueco, El Hospital General de Buffalo, El Monte Sinaí de NY y la Cleveland Clinic de Florida.
Y eso tiene un valor inconmensurable que no es otro que la sinceridad de lo espontáneo por cuanto yo ni lo busqué ni lo pedí, y sin visos de retribución, más allá de mi eterno agradecimiento.
Pero estimo que la metáfora requiere una explicación aparte; conocedor del tema Cosecha Tardía y de la existencia de vinos así logrados que se encuentran en cualquiera de las buenas vinerías, es me surgieron similitudes entre el proceso de envejecimiento de esas uvas y el de los humanos profesionales octogenarios o más.
En efecto, por de pronto unas y otros nos vamos arrugando por la pérdida relativa de agua, remedando a las pasas pero siempre colgadas en la vid, en el caso humano, siempre colgados de la vida.
Los viejos sabemos ser más dulces, más pausados en nuestro discurso, en especial cuando nos dirigimos a niños sean o no nuestros nietos; dulce es también el vino cosecha tardía.
Solemos, en las reuniones familiares, sentarnos en la cabecera de la mesa y por lo tanto somos los primeros en iniciar diálogos intertanto se acomodan los demás, a semejanza de la copita inicial de vino cosecha tardía, bien fresco y mejor paladeado.
Esas uvas de larga permanencia en la vid, saben mucho de viticultura porque transitaron todas las etapas, son sabias.
Los ancianos hemos permanecido mucho en la vida y también conocemos todas y cada una de las etapas de la misma, somos sabios.
Finalmente, cuando la reunión familiar profesional concluye, es común que el mayor de los asistentes diga unas palabras de despedida y augurios de reiteración; es la copita de cosecha tardía.
Para quienes gozamos del don de la imaginación exacerbada, esta metáfora me resultó simpática, SOMOS COSECHA TARDÍA.