"Sin competitividad no hay futuro": Gómez Minujín trazó la hoja de ruta para el desarrollo argentino

En el marco del AmCham Summit 2025, Facundo Gómez Minujín, presidente saliente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina, ofreció un diagnóstico crudo pero optimista: Argentina tiene potencial, pero necesita condiciones estructurales para ser competitiva en el mundo. En un discurso que combinó autocrítica, llamados a la acción y reconocimiento de avances recientes, el ejecutivo delineó los pilares imprescindibles para destrabar el desarrollo del país.

"La competitividad no es un concepto abstracto, es la llave que abre las puertas al desarrollo, al empleo, a la inversión y al progreso sostenible", afirmó, marcando el eje del evento. Y agregó: "Argentina tiene con qué, pero también enfrenta barreras estructurales que frenan su desarrollo".

Las claves para una economía competitiva

Gómez Minujín señaló que el primer paso es consolidar la estabilidad macroeconómica, algo que -destacó- comenzó a lograrse con la baja del déficit fiscal y el ordenamiento del mercado cambiario. Sin embargo, advirtió que "no alcanza con estabilizar", y reclamó un marco que brinde previsibilidad para planificar e invertir a largo plazo.

Otro eje fue la necesidad de una reforma tributaria integral. "Las empresas operan en un entorno asfixiante, con alta presión fiscal y normas superpuestas que desalientan la inversión y la formalidad", afirmó. Propuso un sistema más equitativo, eficiente y simple, que reduzca tributos distorsivos y premie al que produce, invierte y genera empleo.

En el plano laboral, remarcó que el costo del empleo formal en Argentina duplica al de países como Brasil o Chile, debido a rigideces normativas y alta litigiosidad. Llamó a una reforma que modernice las reglas sin perder inclusión, para estimular la contratación y reducir la informalidad.

También apuntó a la educación como un pilar olvidado de la competitividad: "Estamos en el puesto 81 en calidad educativa global, con bajos resultados en lectura, matemáticas y ciencias". Propuso una "revolución educativa" que prepare al país para una economía basada en el conocimiento.

Infraestructura, instituciones y cohesión social

Gómez Minujín advirtió que, sin infraestructura física y digital adecuada, la productividad y la integración regional son imposibles. Mencionó el alto costo logístico -30% del valor exportado- como una barrera para la competitividad, y reclamó más inversión en rutas, trenes, puertos y energía.

A su vez, dedicó un fuerte tramo a la necesidad de fortalecer las instituciones. "No hay inversión sin seguridad jurídica. No hay desarrollo con inestabilidad regulatoria ni con burocracia excesiva", subrayó. Criticó la falta de avances en la Ley de Ficha Limpia y reclamó una dirigencia con compromiso ético y reglas claras.

Finalmente, destacó que una economía competitiva debe ser inclusiva. "No puede haber competitividad en un país con el 40% de su población en la pobreza. El crecimiento tiene que reducir desigualdades y generar oportunidades reales", dijo.

Un llamado a la acción conjunta

Gómez Minujín cerró su gestión al frente de AmCham con una convocatoria a pasar del diagnóstico a la acción, articulando esfuerzos entre el sector público y privado. Reconoció señales positivas como la reducción del déficit, el impulso de sectores como el tecnológico y el agroindustrial, y la reactivación del interés inversor, pero insistió: "El desafío es consolidar estas señales en un rumbo claro y sostenido".

Al finalizar, presentó a su sucesora, Mariana Schoua, CEO de Aconcagua Energía Generación, quien se convertirá en junio en la primera mujer en presidir AmCham en más de un siglo.

"Es tiempo de avanzar, de invertir, de crecer. Es tiempo de construir juntos una Argentina competitiva", concluyó.

Editó: Carina Pérez