¿Qué le está sucediendo a nuestra sociedad?
El análisis del profesor José Jorge Chade.
Nuestra sociedad, en la que hoy vivimos, se caracteriza por numerosos fenómenos interconectados y en evolución, como el individualismo, la globalización, la hiperconexión y el aumento de las desigualdades. Estos elementos conforman el tejido social y el comportamiento individual, influyendo en las relaciones, la cultura y el trabajo.
Alienación e individualismo
El individualismo, es decir, la valoración del bienestar personal y la independencia, es un rasgo distintivo de la sociedad moderna. Esto puede conducir a una mayor autonomía, pero también a una sensación de aislamiento y alienación. Así podemos hablar del "flagelo del individualismo", que se refiere a los posibles aspectos y consecuencias negativas asociadas al individualismo, es decir, al énfasis excesivo en el individuo y sus intereses, en detrimento del bien común y la solidaridad social. Se trata de un punto de vista crítico que subraya cómo una excesiva atención al individuo puede conducir a la soledad, la indiferencia, el egoísmo, a la hipocresía y a la disminución del sentido de comunidad. Las nuevas tecnologías y modos de comunicación han acentuado aún más esta tendencia, creando una distancia entre los individuos y reduciendo el sentido cooperación interpersonal, de conocimiento recíproco, las relaciones amistosas, etc. es decir el sentido de comunidad.
Cambio y globalización:
La globalización ha dado lugar a una mayor interdependencia entre los países, fomentando el intercambio de ideas, productos y culturas. Este proceso también ha contribuido a una mayor conciencia de los problemas globales, pero también ha generado nuevas tensiones y desigualdades. La globalización también ha dado lugar a una mayor movilidad social, con personas que se desplazan de un país a otro en busca de oportunidades. Entendemos por cultura, en términos generales, al conjunto de conocimientos, creencias, costumbres, tradiciones y valores que caracterizan a una sociedad o grupo social. Incluye tanto la cultura material (artefactos, tecnología) como la cultura inmaterial (lenguaje, creencias, valores). La cultura es aprendida, compartida y dinámica, adaptándose a diferentes contextos y circunstancias para garantizar la supervivencia del grupo. Por ello es muy difícil la inclusión entre culturas muy diferentes. Pondré un ejemplo de lo que he vivido residiendo muchos años en Europa y considerando lo que ha sucedido y está sucediendo hoy allí. Los ideales son distintos, hay países muy diferentes desde siempre y resulta casi imposible la adaptación a nuevas realidades. Por ejemplo que le puede interesar a una persona de Argelia acostumbrada a sus ancestrales tradiciones, que en Europa les digan que en determinada catedral fue coronado Carlos V Emperador de Europa. Absolutamente nada. Excepto que los países Europeos hubieran preparado un proyecto de acogida en el momento en que estas personas estaban arribando, activando así la interculturalidad, que no es lo mismo que una multiculturalidad. Todas estas situaciones deben tener un proyecto que sostengan la realidad, sin un proyecto se encuentran hoy con infinidad de dificultades.
Hiperconexión y comunicación:
La hiperconexión, o conexión constante a internet y a los dispositivos digitales, ha cambiado radicalmente nuestra forma de relacionarnos. Esto ha hecho que la comunicación sea más inmediata y accesible, pero también ha provocado problemas como la adicción digital y la pérdida de privacidad. La hiperconexión también ha afectado al mundo laboral, con nuevas formas de trabajo a distancia y mayor flexibilidad.
Desigualdades y desorientación:
Las desigualdades económicas y sociales son un problema que se ha agudizado en la sociedad moderna. La desigualdad social se refiere a las diferencias, consideradas injustas, en recursos, privilegios y recompensas que un grupo social percibe como desventajosas para la comunidad. Estas diferencias pueden estar relacionadas con el acceso a servicios esenciales como la sanidad y la educación, la calidad de vida y las oportunidades de crecimiento.
La brecha entre ricos y pobres, pero también entre honrados y vivarachos y aprovechadores, es cada vez más pronunciada. Esto ha provocado una sensación generalizada de inseguridad y una creciente desorientación sobre los valores, hipocresía y menefreguismo. La pandemia y la cantidad de guerras que hay hoy en el mundo han agravado aún más estas desigualdades, creando una mayor inestabilidad social.
Nuestra sociedad es un sistema complejo
La sociedad moderna es un sistema complejo, caracterizado por muchos elementos interconectados y en constante cambio. Esto dificulta la búsqueda de soluciones sencillas a los problemas sociales y exige un enfoque multidisciplinar e integrado. La sociedad moderna está en constante cambio y es importante comprender los nuevos desafíos y modelos de relación para abordar los problemas del futuro.
Puedo decir para finalizar que la sociedad moderna posee un precario equilibrio entre individualismo, globalización, hiperconexión y desigualdades, que afectan a las relaciones, la cultura y el trabajo. Es crucial comprender estos fenómenos para afrontar las propuestas y desafíos del futuro y construir una sociedad más justa e "inclusiva", respetando el verdadero sentido de esta palabra.