Vitivinicultura

El INV flexibiliza los requisitos para importar vino

El organismo nacional eliminó trámites redundantes y agilizó el procedimiento de importación, en línea con estándares internacionales y sin dejar de lado los controles de calidad.

El Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) dispuso cambios significativos en el régimen de importación de vinos y productos vitivinícolas, con el objetivo de facilitar el comercio internacional y reducir la burocracia sin perder garantías sanitarias. La medida fue oficializada este viernes a través de la Resolución 20/2025, publicada en el Boletín Oficial.

El nuevo marco normativo permite prescindir de ciertos certificados analíticos para productos envasados que provienen de países con los que Argentina mantiene acuerdos técnicos, como los impulsados por el Grupo Mundial de Comercio del Vino (GMCV) o la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV). En estos casos, bastará con una declaración jurada electrónica para habilitar el ingreso, a menos que haya razones sanitarias específicas que justifiquen controles adicionales.

Los productos a granel seguirán requiriendo certificados con información detallada sobre su composición, incluyendo las variedades de uva utilizadas. En todos los casos, el etiquetado deberá ajustarse a las normas vigentes para los vinos nacionales, incorporando además datos del importador como razón social, número de lote y domicilio, pero sin obligación de incluir el número de análisis del país de origen.

Otra novedad es que, cuando no haya certificaciones oficiales disponibles, los importadores podrán solicitar la toma de una muestra por parte del INV para verificar la aptitud del producto. Este mecanismo busca mantener la trazabilidad y la calidad sin afectar los tiempos logísticos.

La resolución también deja sin efecto normativas anteriores, con el objetivo de unificar criterios y actualizar el marco regulatorio a las exigencias actuales del comercio global. Se complementa con otras disposiciones recientes del organismo, como el reconocimiento de certificaciones de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) y la simplificación de trámites vinculados al alcohol etílico destinado a biocombustibles.

Con este conjunto de medidas, el INV busca alinear la regulación argentina a estándares internacionales, favorecer la competitividad del sector y atraer inversiones, manteniendo al mismo tiempo su función de control de calidad dentro del marco legal que rige la actividad vitivinícola en el país.

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