Perspectivas

Federalismo, una agenda cargada de ambigüedades

Los gobernadores quieren más recursos y amenazan al gobierno nacional con oponerse a futuros proyectos en el Congreso. Escribe Rodolfo Cavagnaro.

Rodolfo Cavagnaro

Los gobernadores se reunieron el lunes pasado en Buenos Aires poniéndose de acuerdo en presionar al gobierno nacional para que les transfiera más recursos (algunos están en situaciones muy comprometidas). Estas provincias son las mismas que le piden al gobierno que baje impuestos y permita la reactivación de las economías regionales que están ahogadas por la presión impositiva.

En realidad, cada vez que las provincias quieren algo sacan a relucir una particular visión del federalismo y el gobierno nacional tampoco tiene claro cómo entender esta institución esencial de nuestra forma de gobierno. La formulación original que hizo Alberdi, entre las Bases y el Sistema Económico y Rentístico preveía la concurrencia de dos estados: la Nación y las provincias.

Las autonomías de las provincias estaban limitadas por las funciones que las mismas le transferían a la Nación, entre ellas la Defensa nacional, las Relaciones Exteriores, la acuñación de moneda, entre las principales, y el financiamiento provenía de las rentas de correo y los impuestos de aduana. Las provincias se reservaban los impuestos patrimoniales y los impuestos internos, como base. Esto se desequilibró totalmente a poco de andar por los desequilibrios financieros de la Nación y de las provincias que, sin controles, también abusaron del gasto público.

En la actual demanda aparece un contrasentido. Si le piden al gobernó que baje impuestos para reactivas la economía, tendrá que afectar impuestos que se coparticipan. No obstante, han comenzado, con creatividad, pidiendo que les coparticipen el impuesto a los combustibles. No sabemos sobre cual otro han puesto la mira.

El impuesto a los combustibles nació con la idea de financiar un programa de obras públicas y hoy solo financia al Tesoro. Cuando las provincias piden que les compartan este impuesto no sabemos si lo hacen para hacerse cargo de las obras públicas nacionales o si lo usarán para financiar sus propios gastos y le seguirán pidiendo a la Nación que les haga las obras públicas.

Es claro que la mayoría de los mandatarios los provinciales solo quieren financiarse porque casi no tienen recursos propios. No les interesa el equilibrio fiscal nacional ni lo entienden y si ven que pueden generar inflación la empujarán porque no saben manejarse con estabilidad. La estabilidad los deja al descubierto, por eso salen a atacar a la Nación, porque siempre hay que tener un culpable.

Se suele mencionar el caso de Mendoza y la realidad es que Cornejo no pasó ninguna "motosierra". La disminución de personal se debió a no cubrir vacantes por renuncias y jubilaciones, pero no hubo ningún ataque frontal al exceso de empleados, que aún subsiste. Habiendo sido prolijo, podría haber avanzado más para poder multiplicar obras como escuelas, hospitales o centros de salud. Hoy, con los Fondo del Resarcimiento, se están comenzando algunas obras mientras el fondo se ha desvalorizado. Si no se apuran, lo terminarán usando para pagar gastos corrientes.

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