Perspectivas

Milei y los gobernadores eligieron la confrontación: posiblemente todos pierdan

Con la sanción de cinco leyes que generan un fuerte aumento del gasto, los mandatarios provinciales quieren sacarle al gobierno fondos para gastar en la campaña electoral y al presidente le faltó política. El análisis de Rodolfo Cavagnaro.

Rodolfo Cavagnaro

El jueves pasado se cumplieron las amenazas que los gobernadores le habían hecho al presidente Milei y los Senadores dieron sanción definitiva a tres leyes, que ya tenían aprobación en Diputados y media sanción a dos proyectos muy reclamados por los mandatarios provinciales relacionados con fondos cuya propiedad está en discusión.

¿Qué pasó para generar esta reacción? Concretamente, al presidente Milei le faltó política, justo en un momento en donde está negociando alianzas electorales en todas las provincias y Karina Milei está muy dura, porque no negocia, sino que impone y algunos no están dispuestos a ser pisoteados porque, en definitiva, tienen el territorio y muchas cosas que cuidar. Los términos groseros con que el presidente se refiere a los que quiere que sean muy aliados no son muy apropiados.

La sanción de las leyes restituyendo un aumento a los jubilados, aumentando el monto del bono y reabriendo la moratoria se suma a la inquietud de los gobernadores para que les compartan los ATN previstos en la Constitución y el Impuesto a los combustibles, que nació con la idea de tener una asignación específica destinada a obras viales en su mayor parte, y otra se sumó para financiar al Anses.

El Gobierno hace cuentas y calcula que si sale todo esto costará unos 2,5% del PBI y con eso perdería el superávit fiscal y se podría volver peligrosamente al circuito inflacionario. Esto es lo que buscan en forma explícita los miembros de kirchnerismo, porque saber que eso dañaría a Milei y los gobernadores porque están acostumbrados a la inflación y la necesitan para licuar sus deudas.

Si se analiza la naturaleza de los reclamos podrían decirse que son "justos" y lo pongo entre comillas por los kirchneristas fueron parte de los responsables de la destrucción del sistema al incorporar casi 6 millones de personas al sistema, que no habían hecho aportes. Además, ellos mismos deben recordar que Cristina Fernández vetó una ley que imponía el 82% móvil, argumentando que llevaba a la quiebra del sistema. Ella lo llevó a la quiebra de la otra forma de las moratorias.

Pretender reabrir la moratoria es conducir al sistema a la quiebra, estafando a los aportantes que cumplieron e hicieron los aportes necesarios. Pero estos mismos legisladores son los que se oponen a modificar el sistema laboral para permitir ampliar el empleo en blanco, porque tienen una alianza con grupos de abogados que lucran con la informalidad. El problema es que los reclamantes no plantean formas de financiar el mayor gasto o hacen menciones poco efectivas (gravar los honorarios de los directores de sociedades anónimas).

El tema de los discapacitados necesita una profunda revisión porque en 10 años la cantidad de discapacitados creció de 140.000 a 1.500.000 y en Argentina no hubo ni una guerra ni una pandemia de enfermedades que justifiquen semejante crecimiento. Solo en Mendoza se calculan 95.000, más del 5% de la población, y no hay respuestas científicas que permitan no solo enfrentar la situación sino prevenir su crecimiento.

Los pedidos de los gobernadores

La situación de la demanda de los gobernadores es muy sintomática. Desde 2024 la situación era igual a la actual pero nunca se les escuchó hacer reclamos, pero ahora, antes de las elecciones, salen con estos reclamos y con una furia inesperada. Quizás piensen, en forma inocente, que con esto harán que el presidente renuncie. Lo de la inocencia es una ironía porque se sabe que la mayoría nunca quiso hacer el ajuste que el momento requería, han aumentado impuestos, pero no les alcanza y quieren más, por eso no dudan en hacer este apriete que, saben, es impagable.

El tema de los ATN y del impuesto a los combustibles adolecen del mismo problema: tiene una asignación específica, para justificar su existencia, pero ese destino no se cumple. En realidad, no deberían existir impuestos de asignación específica salvo que estén protegidos por una fiducia, es decir, que se haga un fideicomiso donde los fondos estén protegidos por un administrador confiable. De no ser así, todos los recursos deberían ir a una misma bolsa (rentas generales) y su destino debería estar fijado en el Presupuesto.

El presidente ha prometido vetar todas las leyes y en caso de que los vetos sean rechazados, ir a la justicia para protestar por la ilegitimidad de las normas, pero tiene un problema. Si veta, la Corte no se abocará porque el veto significa validar la sesión por lo que si quiere impugnar en la justicia no debería vetar.

Si el presidente hace veto, es probable que las aves de rapiña insistan con la sanción y ya sería ley. Milei reconoció que si no le queda alternativa cumplirá con la ley, pero que, en diciembre, con nuevas mayorías parlamentarias, pedirá la derogación de estas normas. Esta hipótesis también es discutible. Si le fuera muy bien podría modificar algo la composición del Parlamento, pero tendrá una cámara de diputados muy dividida y un senado donde el peronismo seguirá tendiendo mayoría, con lo cual todo parece más visceral que racional.

Repercusión en la economía

Todo esto ha generado una conmoción en la economía porque todos temen que lleguen hordas de gastadores seriales a prometer planes "platita". No obstante, los mercados, aún, se ha mantenido tranquilos, aunque aparecen algunas señales particulares. El gobierno ha venido haciendo compras a través del Tesoro y muy a su pesar, ha debido convalidar un precio que supera la mitad de la banda de flotación. El viernes el dólar libre cerró a $1.275.

Por ahora no hay indicios que este movimiento del precio de la divisa, de casi 50 pesos en pocos días, se haya traducido en aumentos de precios. Al menos por ahora las Consultoras que hacen relevamientos no han detectado movimientos bruscos. Por ahora, los cálculos de inflación sitúan el índice de junio entre 1,9 y 2,1% y el de julio mantendría una tendencia similar, al menos por los datos relevados en las primeras semanas de este mes.

No obstante, se está notando que el segundo semestre viene medio lento, ya que muchas empresas están postergando sus decisiones hasta después de conocer los resultados electorales de octubre. Estas acciones son iguales que las que le hicieron a Macri, por lo cual no sería descartable que luego le pidan a Milei que busque la reelección y la consiga para decidir sus inversiones.

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