Opinión

Vadillo: "Cornejo tiró a la basura las banderas del radicalismo"

El presidente del Partido Verde y candidato a legislador nacional, Mario Vadillo, opinó sobre el acuerdo electoral entre la UCR y La Libertad Avanza.

Mario Vadillo

La alianza entre Alfredo Cornejo y Javier Milei marca el quiebre definitivo del radicalismo con sus principios históricos. Mientras cada vez más dirigentes radicales denuncian esta entrega, desde el Partido Verde venimos construyendo la única alternativa electoral con ética pública, justicia social y defensa ambiental de cara al 26 de octubre.

Hace unos días, un joven militante radical se animó a decir lo que muchos mendocinos ya venimos sintiendo hace tiempo: que la UCR de Mendoza rompió con sus raíces democráticas para someterse al liderazgo autoritario de un dirigente que ya no representa valores republicanos, sino intereses personales. Esa carta abierta, dirigida a Franja Morada y a la Juventud Radical, fue una señal clara de que hay sectores que no están dispuestos a callar más.

Cornejo no es un funcionario técnico, ni un ideólogo liberal, ni un líder de consenso. Es, lisa y llanamente, un operador del poder real. Acapara decisiones, impone obediencia, silencia organismos de control y transforma cada espacio institucional en una herramienta para sus negocios o su estrategia política. No cree en la república, la fuerza hasta que se doblegue a su voluntad.

Alinearse con Javier Milei, un presidente que destruye universidades, que ataca a los organismos de derechos humanos, que hambrea a los jubilados y que niega la soberanía nacional, no puede considerarse una táctica política. Es una rendición sin condiciones frente al "antipueblo" que los verdaderos radicales de antaño sabían identificar con claridad.

El radicalismo hablaba antes de la "Contradicción Fundamental": Pueblo versus Anti Pueblo. ¿Dónde está parado hoy Cornejo, el mismo que privatizó rutas nacionales con fondos mendocinos, que le entregó el agua a los grandes grupos y que ahora aplaude el ajuste criminal de Milei?

La respuesta es tan evidente como dolorosa: Cornejo no representa a la UCR, representa a Cornejo. Siempre fue así y basta con ver algunos años atrás, donde estuvo con Kirchner, después con Macri y ahora con Milei. No tiene convicciones, tiene un feroz instinto de supervivencia política, y una obediencia total al poder económico. Por mantenerse en pie, es capaz de pisotear cualquier bandera, cualquier historia y cualquier principio.

Los verdaderos radicales lucharon por una Argentina con justicia social, con universidad pública, con derechos humanos y con ética republicana. Lo de Alfredo Cornejo es el negocio de la política disfrazado de institucionalidad, es la entrega sistemática de la soberanía provincial a quienes tienen billetera, mientras a los ciudadanos comunes sólo les queda la resignación.

Una opción con dignidad

Esto no es una crítica nostálgica, es un llamado urgente a despertar. Porque cuando quienes gobernaron durante décadas se vuelven cómplices del saqueo, necesitamos que otras voces se levanten, que las banderas que otros tiraron a la basura, alguien las levante con coraje y con dignidad.

En Mendoza hay quienes no se arrodillan y uno de ellos es el Partido Verde, que es la muestra concreta de que todavía existe una fuerza política que no se vende, que no pacta con los verdugos del pueblo y que no está dispuesta a callar frente a la entrega de la provincia al poder económico.

No venimos a ser funcionales, venimos a ser alternativa. A defender a los usuarios, a los consumidores, a los jubilados que quedaron solos, a los trabajadores precarizados y a los ciudadanos que todavía creen en la ética pública. También venimos a proteger el ambiente, frente al saqueo de nuestros ríos, cerros y acuíferos, porque no hay justicia social sin justicia ambiental.

Mientras Cornejo juega con la soberanía provincial como si fuera suya y repite los mismos negociados de siempre, nosotros construimos una oposición que se planta con dignidad, que defiende lo público, la vida y el futuro de Mendoza.

Lo decimos con claridad: el 26 de octubre la ciudadanía tiene una opción. No hace falta elegir entre lo viejo y lo destructivo. Hay una alternativa real, con coraje, con justicia social, con soberanía ambiental y con dignidad.

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