Opinión

La responsabilidad, un valor en tiempos líquidos

La ética, los equilibrios, las responsabilidades: los pesos en la balanza de la vida. La opinión y el análisis de Mauricio Castillo.

Mauricio Castillo
Técnico universitario en Gestión y Administración en Instituciones Públicas - Coach Laboral y Ejecutivo

En esta época donde el "yo primero" parece regir muchas de las decisiones cotidianas.

Que hablemos de responsabilidad no es solo oportuno, es urgente; más aún cuando se trata de quienes están en situación de mayor vulnerabilidad: nuestros niños y adolescentes.

Responsabilidad, ¿palabra vacía? Aquí me detengo, leo, analizo y pienso, ¿puede ser que sea una palabra que represente un valor fundante, una brújula ética que puede llegar a guiar la vida social y política?

En un sentido profundo, ser "responsable" es hacerse cargo del otro. No solo de los propios actos, sino de las consecuencias que estos tienen sobre los demás. Cuando ese "otro" es un niño, la vara moral se eleva.

De Kant a la ética contemporánea: "Deber, consecuencia y contexto".

La ética racional de Enmanuel Kant, responsabilidad se entiende como un imperativo categórico: "Actúa sólo según aquellas máximas por la cual puedas querer que se convierta al mismo tiempo, en ley universal". Es decir, el deber moral no depende del resultado, sino de la intención correcta. Nos habla de una de una ética del deber, universal y exigente.

Otra corriente, de autores posteriores como Hegel, o de pensadores de la ética aplicada contemporánea, como Martha Nussbaum o Adela Cortina, llevan a pensar a la ética en contextos reales, en ese lugar en que las personas no son sujetos abstractos, sino seres históricos, atravesados por su cultura, su entorno y por, en su mayoría, profundas desigualdades.

Contrastando estas corrientes, la infancia surge como un terreno delicado, y aparecen interrogantes como: ¿Se puede exigir responsabilidad plena a quien aún no ha completado su desarrollo?, o Se debe exigir responsabilidad a los adultos y a las instituciones que los rodean?

Niñez y adolescencia: ¿quién o quienes responden por su vulnerabilidad?

En nuestro país, la Ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes regula y ha establecido un marco legal claro: "Los niños y adolescentes son sujetos de derecho, y no objetos de tutela." El Estado, la sociedad y la familia comparten la obligación de garantizar el acceso a derechos básicos: "educación, salud, identidad, afecto, juego, y participación."

Esta ley, no se limita a promover el bienestar físico y emocional; también impone límites a prácticas que perpetúan la exclusión o el abuso, en el ámbito público como en el privado. Desde un docente que no respeta la voz de un alumno, hasta una empresa que explota laboralmente a menores, atravesando por aquellas familias donde hay violencia simbólica o física. Escenarios, campos de batalla ética, donde la responsabilidad, como valor, como ley, como deber moral, considero que debe estar presente.

La "ética" es acción, ni de exhibición ni de discurso.

¿Alcanza con repetir frases hechas sobre valores en actos escolares o redes sociales? Hasta pongo en dudas el presente escrito, pero creo que ya abordarlo puede ser una acción, eso lo dejo al juicio del lector.

La ética se practica en lo cotidiano, en cómo escuchamos a un adolescente confundido, en si permitimos o no la cosificación de la infancia en medios o publicidades; en si naturalizamos la desigualdad como parte de un paisaje que puede parecer normal.

Ética kantiana vs. ética aplicada, la primera nos impulsa a actuar correctamente incluso cuando nadie mira, la segunda nos invita a considerar las circunstancias de cada caso. Ambas, nos exigen no mirar para otro lado.

Pacto de responsabilidad. Necesitamos un nuevo contrato moral que nos permita reeditar el compromiso con los más vulnerables, un pacto que supere el discurso fácil y se transforme en política pública, educación con valores, justicia efectiva, y en decisiones personales valientes.

¿Se trata solo de proteger a niños y adolescentes?, o se trata de dignificar la adultez, con el ejercicio consciente y coherente de la responsabilidad.

Al final, según el propio Kant: "La humanidad debe ser tratada siempre como un fin y nunca como un medio".

Y si eso no empieza por los más vulnerables, niños y niñas y adolescentes ¿Entonces...por quién?

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